Foto: Museo Nacional de Escultura

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Museo Museo Nacional de Escultura
Inventario CE2923
Clasificación Genérica Escultura
Objeto/Documento Escultura de bulto redondo
Autor/a Fernández, Gregorio (Lugar de nacimiento: Sarria, 1576 - Lugar de defunción: Valladolid (m), 1636)
Título San Gregorio Magno
Materia/Soporte Madera
Técnica Tallado
Policromado
Dimensiones Altura = 144 cm; Anchura = 70 cm; Profundidad = 38 cm
Peana: Altura = 8 cm; Anchura = 38 cm; Profundidad = 30,50 cm
Descripción La talla representa a San Gregorio Magno, fraile benedictino que en el año 590 fue elegido pontífice en contra de su voluntad. Por este motivo, viste de pontifical y ostenta los distintivos papales de la tiara con triple corona y la cruz papal de tres travesaños, símbolo de la jerarquía eclesiástica. Su abundante labor intelectual justifica la inclusión del libro sujeto con la mano izquierda y la consideración de doctor como uno de los cuatro Padres de la Iglesia latina. En este caso, la pieza tenía el valor añadido de contener una reliquia del Santo.
Iconografia San Gregorio I Magno
Datación 1609[ca]
Contexto Cultural/Estilo Barroco español. Castilla
Lugar de Procedencia Colegio de San Gregorio, Valladolid (m)(Valladolid Centro, Valladolid (p))
Lugar Específico/Yacimiento Colegio de San Gregorio
Clasificación Razonada La primera noticia relacionada con la escultura se remonta a 1609, año en el que se encarga al ensamblador Melchor de Beya la realización de un retablo para el altar que está en la iglesia del dicho Colegio del señor Santo Domingo, el cual hará de la forma y manera que él hizo, el dicho Melchor de Beya, del señor San Gregorio. Es decir, en dicha fecha se concluyen dos retablos colaterales dedicados a los santos Domingo y Gregorio, retablos que todavía permanecían en su emplazamiento hacia 1783 cuando Antonio Ponz los menciona en su Viaje de España (Tomo XI, Carta II).
Por la relación que escribe el padre Domingo Díaz tras la invasión francesa, se sabe que se habían conservado la esculturas de la Virgen, Santo Domingo, San Gregorio y Santo Tomás, que se encontraban previamente en la capilla y que probablemente fueron trasladas a otro lugar. Al volver los dominicos al Colegio de San Gregorio se trató de recuperar la capilla para el culto, construyendo un nuevo retablo mayor que pudiera paliar, aunque de forma más modesta, la destrucción del primitivo, obra de Gil de Siloe. En el centro de dicho retablo se decidió instalar la escultura de San Gregorio, que nuevamente se encontraba en el edificio que en origen lo albergaba. La nueva pérdida del Colegio para la Orden de Santo Domingo, forzada por la aplicación de los decretos desamortizadores en los años 1835-1836, determinaría el traslado de la escultura a la parroquia de Fuensaldaña. En aquel momento fueron relativamente frecuentes estos movimientos de esculturas de los que en muchos casos no ha quedado constancia documental, pero que se justificaban por razones de culto. En dicha parroquia permaneció hasta 1970, fecha en la que un derrumbe de su bóveda obligó a enajenar parte de su patrimonio con el fin de recaudar fondos para la reconstrucción.
El estudio posterior de la talla, realizado por Jesús Urrea, le permitió reparar en el dato de la inclusión en la vistosa policromía del manto, fruto de un repolicromado del siglo XVIII, de la cruz blanquinegra de la orden Santo Domingo y el emblema heráldico de la flor de lis, que indiscutiblemente relacionaban la talla con el Colegio de San Gregorio. El análisis estilístico y la vinculación en otras obras de Melchor de Beya con Gregorio Fernández fueron al fin argumentos concluyentes para que se adjudicara al gran escultor de la escuela castellana del siglo XVII. Lógicamente, la constancia de la realización del retablo en 1609 supone una pauta certera para datar la pieza, que por otro lado se convierte en uno de los más singulares ejemplos de su admiración por Juan de Juni en el comienzo de su carrera, como puede apreciarse en la gran calidad a la hora de reflejar la morbidez del rostro. No es posible encontrar más argumentos para justificar la incorporación de esta obra a las colecciones del Museo. Al valor intrínseco de la pieza, se suma el primordial lugar de su autor en la escultura barroca española y el hecho de proceder del propio edificio que en la actualidad alberga el Museo.
Bibliografía ARIAS MARTÍNEZ, Manuel; BOLAÑOS ATIENZA, María. Extraña devoción. De reliquias y relicarios. Madrid (m): 2021. pp. 152-153. CAT. 34

HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio. San Gregorio Magno. Museo Nacional de Escultura: colección. 2015. pp. 188-189.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José. Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid: Antiguo Partido Judicial de Valladolid, t. VI. Valladolid (m): 1973. p. 30.

URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Acotaciones a Gregorio Fernández y su entorno artístico. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología. Valladolid (m): 1980, T. 46pp. 379-380.

URREA FERNÁNDEZ, Jesús. San Gregorio Magno. Gregorio Fernández 1576 - 1636. Madrid (m): 1999. pp. 96-97.
Catalogación Hernández Redondo, José Ignacio
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