| Museo |
Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico
|
| Inventario |
CE011497
|
| Clasificación Genérica |
Religiosidad
|
| Objeto/Documento |
Cinturón de amuletos
|
| Autor/a |
Imprenta D.F. Hernández (Madrid)
|
| Materia/Soporte |
Metal
Seda
Papel
|
| Técnica |
Bordado
Cosido
Impresión
|
| Dimensiones |
Longitud = 7 cm; Anchura = 6 cm
|
| Descripción |
Cinta de seda azul y blanca, con motivo floral, de la que penden un pez y una bellota -realizados con seda de colores-, una campanilla de estaño y unos evangelios en forma de libro, forrado de seda azul bordada con flores rojas en anverso y reverso, con galón dorado en el perfil y dos borlas de seda en cierre, en cuyo interior lleva catorce páginas con texto latino.
Los museos españoles están llenos de piezas susceptibles de haber formado parte de estos cinturones mágicos, porque lo cierto es que sobre el elemento textil de base se cosían o se colgaban los objetos más diversos, unos de inspiración religiosa y otros de raíces profanas: medallas, medias lunas, crucifijos, relicarios, bolsitas de tela, higas, cuentas de azabache, coral o vidrio, campanillas de plata o de estaño, colmillos, patas de tejón, peces articulados de plata, sonajeros, chupadores de vidrio, evangelios, ramas de coral, colgantes de cristal de roca, etc. Pero también, aunque en menor medida, se han conservado cinturones completos o, mejor dicho, lo que podríamos suponer que era el aspecto adoptado por el conjunto mientras se usaba, en varias colecciones públicas de España. Todos son distintos entre sí porque, aunque es cierto que parece que buscan a acumular cuantos más colgantes mejor -una tendencia hacia el barroquismo de la que ciertamente han abusado las tradiciones populares españolas en general-, parece evidente que la cantidad y la calidad de los ornamentos dependía en cada caso exclusivamente de la capacidad económica familiar. Igual que el nombre por el que se conocen varía en función de su lugar de origen (paxak, kutunak, ceñidor, dijero, amuleto, etc.). Destacan, entre otros, los pertenecientes a las colecciones del Museo del Traje, CIPE (Madrid), Museo de Jaén, Museo Etnográfico de Castilla y León (Zamora), Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid), Museo Sorolla (Madrid) y Museo Massó (Bueu, Pontevedra). Pero quizás el más sobresaliente sea el cinturón o rastra de bautismo procedente de la Casa Cebollero de Bastarás (Huesca), en la actualidad en el Museo de Creencias y Religiosidad del Pirineo Aragonés y que está formada ni más ni menos que por veintisiete colgantes.
|
| Iconografia |
Ángel
|
| Firmas/Marcas/Etiquetas |
Quatro Santos Evangelios / Madrid / 1867 / Imprenta de D. F. Hernández / Dos Hermanas 17
|
| Datación |
1867
|
| Contexto Cultural/Estilo |
Edad Contemporánea
Romanticismo
|
| Lugar de Producción/Ceca |
Torrico
|
| Bibliografía |
ALARCÓN ROMÁN, Concha. Catálogo Amuletos MPE. 1987. 119, fot; Librito con forro de tela azul bordada con flores rojas en anverso y reverso, borde de galón dorado y dos borlas de seda de cierre. Se hace referencia tan solo a los evangelios, sin mencionar que forman parte de un ceñidor en el que figuran otros objetos..
El mundo de las creencias. 1999. 206, fot; Cinta de seda azul y blanca con un libro, un pez y una bellota, todos de seda de colores, y una campanilla de estaño. Se trata de un ceñidor, también denominado dijero de infante, un objeto que aparece en diversos lugares de la geografía española y que puede estar realizado a partir de materiales más o menos valiosos (plata, colral, seda, hierro, etc.), en función de la capacidad económica familiar. Se compone básicamente de una cinta de tela sobre la que se disponen un número indeterminado de elementos, mezclandose los de significación religiosa con los de carácter profano (en este caso la campanilla, cuyo tintineo es especialmente eficaz contra los amlos influjos) a fin de que el portador esté protegido contra toda suerte de influencias negativas ( el mal de ojo, la enfermedad o el demonio).
La bellota y el pez están provistos de un claro sentido religioso: son una muestra de los llamados relicarios de monjas, pequeñas bolsas realizadas en los conventos de clausura que incorporan en su interior hojas de olivo bendecidas, cera consagrada, etc.). En la misma línea -y también confeccionado por las monjas- hay que situar el libro con los denominados evangelios, aunque éstos parecen acomodarse bastate bien a la descripción que los precesos inquisitoriales haces de las nóminas o textos escritos que usaban en sus curaciones los médicos y sanadores moriscos. Así, en la conocida Encuesta promovida por el Ateneo de Madrid en 1901, los evangelios se registran incluso con el nombre de lóminas y nóminas.
Con el nombre de evangelios se denomina el principio de los cuatro evangelios -o en fechas más recientes sólo el comienzo del evangelio de San Juan- impreso en laín y guardado en el interior de bolsillos de tela o plástico. Su uso como objeto preventivo del mal está documentado en todo el territorio nacional. Ya en 1905, Salillas constata que el uso de los evangelios había reemplazado a otros amuletos en ciertas zonas españolas en las que la Iglesia veía peligro alrecedor de las supersticiones, afirmando, además, que en las regiones donde había desaparecido la creencia en el mal de ojo había desaparecido también el uso de emuletos, utilizándose en cambio los evangelios. En la actualidad se siguen haciendo, vendiendo y usando en ciudades como Murcia o Madrid.
M.A.H.F..
HERRADÓN FIGUEROA, María Antonia. La protección de la infancia. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2013. 47, fig. 3; Bebés. Usos y costumbres sobre el nacimiento, pp. 43-50. Disponible en: <http://museodeltraje.mcu.es/popups/publicaciones/Catalogo_Bebes_usosycostumbres.pdf> Consulta: 2013.
LLOMPART, Gabriel. Dos notas de folklore religioso levantino: Evangelios de Bautizo y peregrinos de representación. 1966. 7-25; RDTP, XXII.
|
| Catalogación |
Herradón Figueroa, María Antonia
|
