Museo Museo de la Alhambra
Inventario 010230
Departamento Museo de la Alhambra (MA)
Clasificación Genérica Vanos; Madera. Elementos arquitectónicos
Objeto/Documento Puerta
Nombre Específico Puerta de Dos Hermanas
Tipología/Estado Puerta de dos batientes
Materia/Soporte Madera de pino
Metal
Hierro
Técnica Agramilado
Ensamble
Claveteado
Ataujerado
Machihembrado
Pintado
Dimensiones Altura = 472,50 cm; Anchura = 146 cm; Grosor = 7,50 cm
Descripción Imponente puerta nazarí de la Qubba Mayor (sala de Dos Hermanas), de madera tallada, ataujerada, machihembrada y policromada, con decoración de lacería y ataurique. Procede del palacio del Riyad al-Sa´id (o Jardín Feliz, llamado hoy de los Leones) en la Alhambra, y se fecha en torno a 1380.
De casi cinco metros de altura, esta puerta de madera de pino consta de dos grandes hojas y un postigo central, abierto entre ellas, bajo el cerrojo de hierro. Evidencia haber recibido numerosas restauraciones a lo largo de sus más de seis siglos en uso, lo que ha favorecido su relativo buen estado de conservación.
El cerrojo de hierro se encuentra colocado en la cara interior de la puerta, por lo que ésta se abría y cerraba desde dentro de la sala.
El postigo, que es independiente en su estructura y decoración al resto de la puerta, permite el paso con las grandes hojas cerradas. Se une a la hoja de la izquierda -vista la puerta desde el interior- por tres bisagras.
Cada gran hoja es autoportante y la estructura de su armazón, o bastidor, se compone de dos robustos largueros verticales, el del eje de giro y el batiente -este adaptado para albergar el postigo-. A los largueros se unen seis peinazos horizontales, mediante ensamble a caja y espiga. De los seis, el inferior y el superior quedan a la vista, mientras que los cuatro intermedios permanecen ocultos por la tablazón y la decoración ataujerada. Por tanto, el espacio interior de la puerta está hueco excepto donde se encuentran los cuatro peinazos ocultos.
Para reforzar la sujeción de los peinazos inferior y superior, y abrazar los largueros, se utilizan unas placas de hierro, con los extremos recortados en forma de palmeta. Cada placa está fijada por potentes clavos de cabeza gallonada y otros más pequeños. En el postigo, las placas de hierro forman un ángulo, en cuya parte horizontal se encuentran soldados los cuatro pasadores del cerrojo de la puerta, que tiene empuñadura bulbosa agallonada. No todos los herrajes son originales.
Las grandes hojas giran por medio de su larguero eje, cuyo extremo superior reforzado por un anillo de hierro (o gorrón) se introducía en el orificio cilíndrico de la gorronera, perforada en una rastra, o viga de madera previa al techo. Por su parte el extremo inferior del larguero encajaba su pivote giratorio en la quicialera de mármol situada en el pavimento.
Las dos hojas de la puerta y su postigo se decoran por ambas caras mediante labor de lacería, con estrellas de ocho puntas que se desarrollan proporcionalmente en ruedas de ocho brazos. Aunque el efecto ornamental es muy similar, hay variaciones en cada cara de la puerta -si bien alguna rueda se repite-. En el postigo, por el contrario, se reproduce la misma decoración en ambas caras.
La lacería se conforma a base de cintas de madera de poco grosor, llamadas taujeles, entrelazadas y clavadas en la tablazón de la puerta. Esta es la técnica del ataujerado. Los taujeles, además, tienen su superficie vista decorada con agramilado, esto es, agrupación de finas acanaladuras paralelas.
Entre los taujeles de la lacería resultan figuras geométricas distintas, que también son piezas independientes de madera con sus nombres propios, como el sino -o estrella central de la rueda-, la estrella mutilada, el zafate redondo, el zafate escotado, el zafate harpado, el zafate alfardón, la almendrilla, entre otras.
Los taujeles y las piezas geométricas constituyen, por consiguiente, como la epidermis de la puerta, al ocultar su estructura de peinazos horizontales y la tablazón. Gracias a la restauración efectuada de la puerta en 1995, se ha podido observar bien el método de ensamblado de los taujeles (de la lacería) y de las distintas piezas geométricas (estrellas, zafates, etc.) para componer la decoración. Consiste en las técnicas del ataujerado y del machihembrado combinadas al mismo tiempo. Así, a los taujeles se les practicó una ranura o hembra en sus cantos, mientras que a las distintas piezas geométricas se les dejó una lengüeta o macho en todos sus cantos. Además, los taujeles se clavaron a la tablazón de la estructura de la puerta, mientras que las piezas geométricas tan solo se encajaron entre los taujeles, por medio de la introducción de la lengüeta de unas en la ranura de los otros. De esta manera los taujeles quedaron fijos mientras que las piezas geométricas solamente cogidas, con la libertad suficiente para permitir su moviendo natural de la madera, ya que no permanecen clavadas ni fijas, sino sujetas. Es así cómo el proceso de ensamblado de los taujeles (lacería) y de las piezas geométricas (estrellas, zafates) fue simultáneo (LÓPEZ PERTÍÑEZ, 2000 y 2006; ALJAZAIRI LÓPEZ, 2011).
Respecto al diseño de la decoración geométrica de la puerta, las dos caras tienen un eje de simetría central, representado por los dos robustos travesaños batientes, lisos, que se juntan en el centro de la puerta cuando las grandes hojas están cerradas. A izquierda y derecha del eje se duplica, como reflejada en espejo, la misma composición de ruedas de lacería con zafates.
Veamos tal composición, en primer lugar, en la cara interior de las grandes hojas, que es la que muestra el cerrojo. Fijémonos solo en una hoja, porque se repite en la otra. Aquí se identifican tres tipos de ruedas con zafates. El primer tipo, considerado más canónico por su regularidad, consiste en una rueda girada de zafates redondos, dentro de un cuadrado; solo aparece una vez, situado aproximadamente en la tercera cuarta parte de la altura de la hoja. El segundo tipo de rueda compone sus ocho brazos a base de dos zafates alfardones, dos zafates harpados y cuatro zafates escotados; y se repite dos veces completo y tres mutilado por todo el resto de la hoja, excepto en el extremo inferior de la misma. Pues aquí figura el tercer tipo de rueda, con dos zafates alfardones, dos zafates escotados, dos zafates harpados y dos zafates mochos (de forma hexagonal irregular).
En la cara exterior de las grandes hojas, por su parte, aparecen en cada hoja cuatro tipos de ruedas de zafates. El primer tipo, más canónico, consiste en una rueda girada de zafates escotados, dentro de un cuadrado; solo aparece una vez, ubicado aproximadamente en el tercer cuarto de la altura de la hoja. El segundo tipo de rueda lo componen ocho alfardones, y se repite una vez completo -por debajo de la línea central de la puerta- y otra vez mutilado -en el extremo superior-. El tercer tipo de rueda es como el tercero de la cara interior, y se repite dos veces completo, en la parte inferior de la hoja. El cuarto, y último, tipo de rueda consta de seis zafates mochos, un zafate harpado y una almendrilla, y se enlaza por encima y por debajo de la rueda tipo uno.
Menor complejidad aparente muestra la decoración geométrica del postigo, pues consta de tres tipos de ruedas de zafates repetidos en sus dos caras. El primer tipo es similar al canónico tipo uno del exterior de la puerta (de ocho zafates alfardones), y se sitúa por encima de la línea media del postigo. El segundo tipo de rueda es original, pues lo componen cuatro zafates alfardones, dos zafates harpados y dos zafates mochos, y se encuentra una vez completo -en la mitad inferior del postigo- y otra vez incompleto -en el extremo superior del postigo-. Rellena los espacios entre los dos tipos de ruedas mencionados, incluso compartiendo zafates comunes, un tercer tipo de rueda, mutilada, con zafates alfardones y zafates mochos. Enmarca toda la composición de ruedas una calle integrada por estrellas de ocho puntas mutiladas, zafates alfardones, zafates harpados, zafates escotados y almendrillas.
Gloria Aljazairi López (2011) ha propuesto una hipótesis de trazado geométrico de la puerta, a partir de su patrón (ha encontrado dos patrones que fijan el diseño del lazo), su canon (de veinticinco unidades) y su proporción de las calles y cuerdas, mediante la aplicación de tres cartabones.
Por otro lado, las numerosísimas piezas geométricas que rellenan la lacería no se dejaron lisas, sino que el artista nazarí ornamentó sus superficies con un fino y rico tallado, que recuerda en cierto modo a la labor de la orfebrería, a base de composiciones vegetales -en los zafates y estrellas mutiladas- y de diseños geométricos -en los sinos, o estrellas centrales de las ruedas-. Las profusas composiciones vegetales, con simetría especular, son variadas en las configuraciones de sus tallos -curvos o espirilíneos-, palmas de una o dos hojas, pimientos, cogollos pequeños y brotes. Por su parte los diseños geométricos exhiben variadas soluciones a base de cintas entrelazadas que dibujan diferentes figuras geométricas.
Mª Carmen López Pertíñez (2006) destaca la calidad artística de dicha ornamentación en los siguientes términos: quizá lo más llamativo en la decoración de la puerta sea, además de la utilización de una variación geométrica en el diseño de la cara exterior respecto de la interior, las diferentes versiones que llegan a realizarse sobre un mismo tema vegetal en la decoración del interior de los zafates. Así, aunque el recorrido de los tallos es en esencia el mismo, la disposición de los brotes y hojas pueden verse alteradas. Estas variaciones son difíciles de detectar a simple vista, no perjudicando el resultado final de la obra y contribuyendo a hacerla más original y excepcional.
De la policromía original que hacía destacar las composiciones decorativas talladas, la puerta conserva escasos restos. Así un perlado blanco trazado con finísimas líneas negras rodea las piezas geométricas; azules y rojos se aprecian en los fondos de los zafates; y negro en las almendrillas. También se distinguen restos de color en los gramiles de las cintas.
La compacta y cuidada ornamentación de ambas caras de la puerta, tanto si esta se encontrara abierta como cerrada, armonizaba perfectamente con la exuberante y preciosista decoración del palacio del Riyad al-Sa´id.
En 1995, por iniciativa del Patronato de la Alhambra y Generalife, y bajo el patrocinio de Sierra Nevada ´95, la empresa SIBILA de conservación y restauración de obras de arte, realizó la restauración de la puerta de madera de la Qubba Mayor, para su posterior traslado definitivo a las nuevas salas visitables del Museo de la Alhambra en el Palacio de Carlos V (LÓPEZ PERTÍÑEZ, 2020).
La gran puerta de madera de la Qubba Mayor se hallaba situada en el lado norte del patio de los Leones, frente a su homóloga de la Qubba al-Garbiyya (la Qubba occidental, llamada desde el siglo XVI sala de los Abencerrajes), que aún hoy permanece in situ, aunque en peor estado de conservación y con su postigo cortado. Ambas se ornamentan a base de ruedas de lacería, con un efecto general similar, aunque con variaciones. Son obra de en torno a 1380.
Según Mª Carmen López Pertíñez (2006), las puertas con decoración ataujerada-machihembrada son las más características de época nazarí, y entre los escasos ejemplares subsistentes, el más antiguo es la puerta de la Dar al-Manyara al-Kubrà (Casa Real Grande de la Carpintería, ahora Cuarto Real de Santo Domingo) en Granada, de finales del siglo XIII. Muy similar a ella es la puerta, procedente del Generalife, que se conserva en el Museo de la Alhambra (número de inventario 1692) (ALJAZAIRI LÓPEZ, 2013).
Datación 1380[ca]
Contexto Cultural/Estilo Nazarí
Lugar de Procedencia Palacio de los Leones. Sala de Dos Hermanas, La Alhambra(Granada (m), Vega de Granada (comarca))
Lugar Específico/Yacimiento Palacio de los Leones. Sala de Dos Hermanas
Clasificación Razonada La cronología de la imponente puerta de madera ricamente ornamentada se deduce de la fecha de construcción de la Qubba Mayor, en el palacio al-Riyad al-Sa´id. La obra se data en torno a 1380, durante el segundo sultanato de Muhammad V (1362-1391). En este período alcanzan arquitectura y decoración una evolución efectista y de preciosismo.
La Qubba Mayor concentra los elementos básicos de una vivienda áulica, provista de arco monumental de entrada, con la gran puerta de madera aquí tratada, pasillo transversal con una letrina y escalera a la planta alta, amplia sala-linterna cuadra (de 8 m. de lado) con fuente-surtidor central, una gran bóveda octogonal de mocárabes, dos habitaciones laterales y un piso alto con tres ventanas con celosía que miran al interior de la sala. Al norte, la sala se continúa con la sala de Ajimeces y el mirador de Lindaraja, lugar de especial personalidad y belleza, cubierto por una armadura de madera con vidrios de colores, desde el que se veían los jardines exteriores.
Tipo de Colección Colección Museística de Andalucía
Bibliografía Puertas, siglo XV. Arte y Cultura en torno a 1492. Sevilla: Sociedad Estatal para la Exposición Universal Sevilla 92, S. A., 1992. Pp. 241-243.

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Observaciones No disponible para exposición temporal.
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