Museo Museo de la Alhambra
Inventario 002827
Departamento Museo de la Alhambra (MA)
Clasificación Genérica Metales. Elementos Domésticos
Objeto/Documento Candil
Tipología/Estado Candil de piquera
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundición
Técnica de moldeado
Soldado
Cincelado
Dimensiones Altura = 10,30 cm; Longitud = 16,50 cm
Descripción Candil de piquera almorávide, en bronce, con decoración epigráfica -Bendición completa- y vegetal, en relieve. Procedente del pueblo de Jimena (Jaén), es datable entre finales del siglo XI y principios del XII. Perteneció a la colección de Manuel Gómez-Moreno Martínez.
De pequeño tamaño, presenta el característico ruedo -o pie- elevado, troncocónico y hueco; depósito de forma bulbosa; alto embudo, o gollete, troncocónico invertido y afacetado octogonal, con charnela en el borde para la tapadera, hoy perdida; larga piquera de sección afacetada, punta roma con reflector elevado; y asa figurativa, casi completa, con forma de un estilizado animal canino.
Todos estos elementos componentes del candil muestran sus superficies vistas profusamente ornamentadas.
En la figura del animal hay una clara intención de estilización. Sus patas traseras, que sirven de entronque del asa con el depósito, aparecen decoradas por una palma de dos hojas con largo pedúnculo. Su tronco tiene una de sus caras laterales cruzada longitudinalmente por una serie de cortas líneas oblicuas, con una línea de puntos en su borde hacia la parte del vientre; mientras que la otra cara, más desgastada, aparece lisa con la línea punteada en su borde hacia el lomo. La cola del can se vuelve sobre sí misma, apoya en el lomo y componía, a juicio de A. Fernández-Puertas (1975), un motivo ornamental en forma de ese antes de perder el trozo que cerraba la curva superior, de la cual queda el arranque y el remate, enganchando probablemente en ella la cadena de la despabiladera. El largo cuello del estilizado animal muestra una de sus caras laterales decorada por cuatro hojas acorazonadas, alternas dos de ellas con minúsculo orificio en cada foliolo y las otras rayadas; mientras que la cara opuesta ofrece nueve hojas también acorazonadas. La expresiva cabeza presenta dos orejas puntiagudas, nariz afilada, ojo hendido y hocico prominente, descansando su mentón en sus extremidades delanteras. Solo una de estas patas está ornamentada, consistente en la alternancia de tramos lisos con otros punteados por el punzón. Acaban ambas en unos ensanchamientos de la lámina de bronce con vanos circulares -la charnela-, para la varilla de giro de la desaparecida tapadera.
No es inhabitual, como indica P. Marinetto (2019), la representación de animales en las asas de candiles metálicos hispanomusulmanes, como ciervos, dragones o gallos, entre otros.
El elevado ruedo del candil ostenta una amplia banda, delimitada por dos líneas de puntos horizontales, en cuyo interior se lee la inscripción en árabe Baraka kamila (Bendición completa), en letra cúfica. La segunda palabra está completamente perdida y solo queda clara su terminación en ta´ marbuta, según A. Fernández-Puertas (1975). Los fondos aparecen cincelados a base de finas líneas paralelas, unas veces en sentido oblicuo y otras en vertical.
La decoración del depósito empieza abajo con una línea de puntos, que hace de borde inferior de una estrecha cenefa rellena con una serie continua de hendiduras verticales. Esta cenefa se repite por encima de una amplia banda epigráfica horizontal, interrumpida por el asa y la piquera, y en la que leemos por un lado la expresión votiva Baraka kamila (Bendición completa), en letra cúfica, y en el otro la misma, pero con su texto árabe incompleto, ya que faltan las dos últimas sílabas del vocablo kamila (FERNÁNDEZ-PUERTAS, 1975). Una segunda banda exorna la parte alta del depósito, con dos cortes, uno bajo el asa y otro a línea con el reflector de la piquera; en su interior se extiende un tallo ondulado provisto de excrecencias en el arranque de sus correspondientes contracurvas, las cuales acaban en palmas de dos hojas, una de ellas enroscada a modo de voluta. El fondo aparece relleno de líneas paralelas obtenidas mediante cincel.
La piquera exhibe ambas caras ornamentadas por un tallo que nace del pico de esta, compone una gran onda y remata en una palma de dos o tres foliolos adosada al borde interno en su parte semicircular. De este tallo vertebral nacen dos secundarios que terminan en palmas con foliolos muy desgajados y aligerados en su interior por minúsculos vanos. Los fondos aparecen lisos o rayados.
El embudo consta de ocho caras convergentes hacia la base; la cara que ostenta el asa aparece lisa, mientras que su opuesta tiene un punteado lineal por sus bordes, y tres grupos de puntos, a modo de esquemáticas rosáceas, en su eje central. Las otras seis caras muestran un tallo ondulante con sus correspondientes contracurvas que acaban en palmas de dos hojas -una de ellas enroscada- con su borde externo paralelo a las aristas de las caras.
Este candil, a juicio de A. Fernández-Puertas, se vació en un molde más tosco que el de su contemporáneo, el ejemplar de Montefrío (con número de inventario 2828 de este Museo de la Alhambra), siendo más basto el dibujo del ataurique y de sus letras, las cuales presentan errores; sin embargo, el prodigioso diseño del asa zoomorfa hace olvidar los demás defectos (FERNÁNDEZ-PUERTAS, 1975).
En 2018, se ha comparado el punteado mediante punzón de nuestro candil con el de otros objetos metálicos coetáneos, y se identificado la marca de un punzón de cinco puntas en el emblemático grifo de Pisa (Museo dell´Opera del Duomo), el león de Mari-Cha (Louvre Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos), el aguamanil con pico vertedor en forma de león del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el candil de Montefrío y este de Jimena. Ello refuerza la atribución de todas estas piezas a al-Andalus en época almorávide (BASSI, 2018).
La pieza aquí tratada perteneció a la colección de Eduardo Cobos, luego de Manuel Gómez-Moreno Martínez y finalmente fue adquirida mediante compra por el Patronato de la Alhambra en el mercado. Se asentó en el libro de registro del Museo el 29 de diciembre de 1953.
En cuanto al estado de conservación de este candil, es relativamente bueno, si bien tiene pequeños orificios en el depósito y piquera, una rotura mayor en la unión del depósito con el embudo, y ha perdido el extremo final de la cola del animal. A ambos lados del depósito tiene un remache circular que cubre el orificio dejado por el pasador del molde.
Una parte de la importante manufactura de la metalistería en al-Andalus fue la de los candiles de piquera. Su prototipo parece ser andalusí -quizá de inspiración oriental-, que partiría de modelos cerámicos de época emiral, evolucionando sus ruedos, que adquirirán más altura, y aumentará el tamaño de sus depósitos, que llegaron a quedar abiertos en época nazarí, como sucede en las piezas cerámicas (ZOZAYA, 2010). Frecuentemente estos candiles se disponían sobre soportes específicos que los elevaban del suelo, llamados almenaras, como los ejemplares conocidos de Liétor, en Albacete, y el hallado en aguas de Ibiza. Al margen de su uso religioso, estos objetos de iluminación se convirtieron en un elemento suntuario presente en las residencias de las clases acomodadas (VALLEJO TRIANO et álii, 2019).
El Museo de la Alhambra exhibe una reducida pero selecta colección de candiles de metal, a través de los cuales se puede apreciar su evolución crono-morfológica: con números de inventario 2825, 142576, 2826, 2827 y 2828.
Iconografia Epigrafía árabe; Perro
Inscripciones/Leyendas Peana, Cúfica, Árabe
Baraka kamila (Bendición completa)
Depósito, Cúfica, Árabe
Baraka kamila (Bendición completa)
Datación 1091-1157
Contexto Cultural/Estilo Almorávide
Uso/función Contenedores de fuego
Lugar de Procedencia Jaén(Andalucía, España)
[Jimena]
Clasificación Razonada Este candil ha planteado dudas sobre su lugar de procedencia, Jimena o Jimena de los Caballeros (Jaén) o Jimena de la Frontera (Cádiz), a lo largo de sus sucesivas publicaciones, desde la primera de ellas en 1951 por Manuel Gómez-Moreno Martínez. En cualquier caso, se tiene la certeza de que formó parte de la colección de este erudito granadino y con anterioridad de la de Eduardo Cobos. Es este segundo coleccionista quien proporciona la clave para poder asegurar que la pieza procedía del municipio de Jimena, en la provincia de Jaén.
Eduardo Cobos, en palabras de M. Gómez-Moreno Martínez (1908), era un ilustrado granadino, buen amigo y notario de Jimena (Jaén), quien a comienzos del siglo XX le informó de descubrimientos arqueológicos en esa zona de la provincia jiennense, y poseía objetos procedentes de allí. De hecho, en 1915, Francisco de Paula Valladar publica, en la granadina revista La Alhambra, la noticia del hallazgo en el municipio jiennense de Jimena del candil en cuestión, ilustrada con una fotografía del mismo. Valladar afirma en su artículo que tal noticia del hallazgo se la debía a su buen y querido amigo Eduardo Cobos, ilustrado notario de aquella población -Jimena- y erudito e inteligente aficionado a las artes y a las letras. En julio de ese mismo año se reproduce la noticia en la revista jiennense Don Lope de Sosa, en el apartado Crónica mensual de la provincia de Jaén (AZUAR RUIZ, 2020).
Posteriormente, en fecha indeterminada por el momento, el candil pasó de la colección de Eduardo Cobos a la de Manuel Gómez-Moreno Martínez, y este lo publicó en 1951 en su fundamental obra Arte árabe español hasta los almohades. Pero adscribe la pieza a época califal y, en el pie de foto, indica como su procedencia Jimena, a secas, y en el texto, Jimena de la Frontera. Esta última procedencia gaditana será la que recoja Leopoldo Torres Balbás al tratar de la pieza en su magna obra, de 1957, Arte hispanomusulmán, hasta la caída del califato de Córdoba.
Será Antonio Fernández-Puertas (1975), quien realiza el primer estudio detallado del candil, en el que gracias al análisis de su ataurique y, sobre todo, de sus caracteres epigráficos, llegó a la conclusión de que no se trata de un ejemplar de época califal, como se había creído hasta ese momento, sino una obra de la metalistería andalusí de finales del siglo XI o más probablemente de los primeros años del siglo XII. Este investigador indica la procedencia de la pieza como Jimena de la Frontera una vez en la introducción y, como Jimena de los Caballeros (Jaén), seis veces en el resto del texto y pies de foto.
La cronología almorávide ya aparecerá en la ficha del catálogo de la exposición Arte islámico en Granada, debida a Juan Zozaya (1995), quién posteriormente revisó la pieza en su estudio Candiles metálicos andalusíes (2010).
También se he exhibido en las exposiciones Memorias do Imperio Árabe (MAKARIOU, 2000), Le Maroc médiéval (TUIL et álii, 2014) y Las artes del metal en al-Andalus (MARINETTO SÁNCHEZ, 2019). Rafael Azuar Ruiz (2020) lo incluye en su documentado estudio Bronces andalusíes de época almorávide.
Esta pieza, en cuanto a la clasificación crono-tipológica de los candiles metálicos andalusíes, establecida por Juan Zozaya (2010), pertenece al grupo II.a, cuyas características principales son poseer un pie alto y una figura de cánido en el asa acodada. En este grupo incluye los siguientes ejemplares: el candil del Museo Arqueológico de Jaén procedente, al parecer, también de la localidad jiennense de Jimena (con número de inventario DA02823); el de la David Collection de Copenhague (nº 36/2001); y uno hallado en Córdoba, hoy en paradero desconocido (ZOZAYA, 2010).
Además, por su decoración vegetal y epigráfica, nuestro candil guarda semejanzas con uno del grupo II.b, como es el ejemplar de Montefrío (con número de inventario 2828 de este Museo de la Alhambra), cuyo estudio minucioso de Antonio Fernández-Puertas (1975) permitió fecharlo entre finales del siglo XI y principios del XII, por sus rasgos caligráficos, en todo semejantes a los del famoso grifo de Pisa (Museo dell´Opera del Duomo).
Tipo de Colección Colección Estable
Bibliografía Arte árabe español hasta los almohades. Arte mozárabe. En: GÓMEZ-MORENO Y MARTÍNEZ, Manuel. Madrid: Plus-Ultra, 1951. III. P. 335, fig. 392c.

AZUAR RUIZ, Rafael(ed). Bronces andalusíes de época almorávide. Arqueología de al-Andalus almorávid. Alicante: Museo Arqueológico de Alicante, 2020, Pp. 141-159, esp. 142-143. Fig. 2.

BASSI, Mirco. Il Grifone di Pisa: tecniche costruttive e modalità di decorazione. The Pisa Griffin and the Mari-Cha Lion. Metalwork, Art and Technology in the Medieval Islamicate Meditarranean. Pisa: Pacini Editore, 2018, Pp. 47-57.

Candiles con soporte. En: TORRES BALBÁS, Leopoldo. Madrid: Instituto Miguel Asín, 1957. XXII. Crónica Arqueológica de la España Musulmana, XL. Pp. 198-202.

Candiles epigrafiados de finales del siglo XI o comienzos del XII. En: FERNÁNDEZ-PUERTAS, Antonio. 1. Granada: Universidad de Granada, 1975. 24. Pp. 107-114.

Candiles metálicos andalusíes. En: ZOZAYA STABEL-HANSEN, Juan. 14. Madrid: Asociación Española de Arqueología Medieval, 2010. Pp. 197-258, esp. 220. Lám. V.d.

Lámparas árabes. En: VALLADAR Y SERRANO, Francisco de Paula. 414. Granada: Tip. Lit. de Paulino Ventura Traveset, 1915. XVIII. P. 283.

MAKARIOU, Sophie. Candil de piquera. Memorias do Imperio Árabe. Santiago de Compostela: Consorcio de Santiago de Compostela, 2000. P. 143. Ficha 156

MARINETTO SÁNCHEZ, Purificación. Candil/qandil con el asa en forma de perro. Las artes del metal en al-Andalus. Madrid: Museo Arqueológico Nacional, 2019. P. 178.

MARINETTO SÁNCHEZ, Purificación. La representación figurativa en el mundo musulmán. Granada: Patronato de la Alhambra y Generalife, 2020. P. 25, fig. 33. Disponible en: <https://es.calameo.com/read/0049246972294b8250873> Consulta: 08/02/2021.

MARTÍNEZ NÚÑEZ, María Antonia. Al-Andalus durante el período almorávide a través de la documentación epigráfica. Arqueología de al-Andalus almorávide. Alicante: Museo Arqueológico de Alicante, 2020, Pp. 59- 77, esp. 67, fig. 12.

Pictografías andaluzas. En: GÓMEZ-MORENO Y MARTÍNEZ, Manuel. 1908. Pp. 89-102.

SÁNCHEZ GÓMEZ, Paula; MORENO LEÓN, M.ª Eva; PÉREZ ASENSIO, Manuel. Materiales almorávides del Museo de la Alhambra. Al-murabitun (los almorávides): un imperio islámico occidental. Estudios en memoria del profesor Henri Terrasse. Granada: Patronato de la Alhambra y Generalife, 2018, pp. 222-273. Pp. 222-273, esp. 257-259. Il. 15.

TORRES BALBÁS, Leopoldo. Arte hispanomusulmán. Hasta la caída del califato de Córdoba. España musulmana: hasta la caída del Califato de Córdoba (711-1031). Historia de España. Madrid: Espasa-Calpe S. A., 1957. P. 754.

TUIL LEONETTI, Bulle. Lampe à huile. Le Maroc médiéval: un empire de l´Afrique à l´Espagne. Paris: Louvre éditions, 2014. P. 252.

VALLEJO TRIANO, Antonio; AZUAR RUIZ, Rafael. El metal de la vida cotidiana de al-Andalus. Las artes del metal en al-Andalus. Madrid: Museo Arqueológico Nacional, 2019. Pp. 50-56, fig. 6.

ZOZAYA STABEL-HANSEN, Juan. Candil de bronce. Arte islámico en Granada. Propuesta para un Museo de la Alhambra. Granada: Comares, 1995. Pp. 236-237.

ZOZAYA STABEL-HANSEN, Juan; VON GLADIB, A. Öllampe. Schätze der Alhambra, Islamische Kunts aus Andalusien. Milano: Skira, 1995. Pp. 164-165.
Observaciones No disponible para exposición temporal.
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