Museo |
Museo Juan Cabré
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Inventario |
0556
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Clasificación Genérica |
Industria cerámica; Menaje contenedor
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Objeto/Documento |
Urna
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Materia/Soporte |
Cerámica
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Técnica |
A torno Pintado Aplicación de cordones
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Dimensiones |
Altura = 230,50 mm; Diámetro boca = 190 mm
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Descripción |
Urna de cuerpo bitroncocónico, cuello estrangulado con listel, zona superior exvasada y labio redondeado. La base es concava con pie ligeramente diferenciado y ónfalo central.
Bajo el labio se dispone una decoración plástica en relieve de pequeños resaltes semilunares en forma de cordón digitado, mientras que el resto de la pieza presenta decoración pintada de color rojo vinoso. Bajo el cordón digitado aparecen varias franjas horizontales de distintas anchuras que finalizan en una serie de elementos trenzados dispuestos en diagonal, quizá estilizaciones vegetales, en la zona de los hombros. Bajo la carena se disponen otra serie de fajas horizontales muy juntas. La decoración se halla parcialmente perdida.
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Datación |
400[ac]=301[ac] (Siglo IV a.C.)
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Contexto Cultural/Estilo |
Horizonte Ibérico Pleno
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Uso/función |
Funerario
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Lugar de Procedencia |
España(Europa)
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Clasificación Razonada |
Se trata de una urna cineraria, es decir, un recipiente destinado a contener las cenizas del difunto. Se corresponde con las formas del grupo 14 de Pereira Sieso (1988) y grupo 11 de Pereira Sieso (1979) para los hallazgos de Toya, pieza número 2, fig. 15, p. 321.
Los tipos son paralelizables a los que aparecieron en abundancia en las excavaciones de Tútugi (en Galera, Granada). El mismo Cabré explica que la necrópolis fue expoliada por un individuo al que llamaban Pernazas.
Dentro el arte ibérico una de las producciones más desarrolladas fue la cerámica. El uso del torno y de hornos oxidantes de gran perfección permitió el florecimiento de la cerámica en la que se plasma, tal vez mejor que en ningún otro objeto de la cultura material, la personalidad de cada pueblo, los influjos externos e internos y la evolución cronológica.
La cerámica es normalmente de pasta clara y ofrece vasos de mesa, platos, cuencos y jarros y otras tipologías destinadas a contener alimentos como las ánforas o cenizas del difunto como las urnas. La pintura, cuando existe, es monócroma, con colores de tipo mineral extendidos a torno, con composiciones geométricas que varían según épocas y áreas. Sólo ocasionalmente aparecen estilos figurados que son de una belleza y personalidad sorprendentes.
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Bibliografía |
CABRÉ AGUILÓ, J.. El Sepulcro de Toya. Archivo Español de Arte y Arqueología, nº 1. Madrid. 1925. pp. 73-101. PEREIRA SIESO, J.. La cerámica de la cuenca del Guadalquivir I. Propuesta de clasificación. Trabajos de Prehistoria, 45. 1988. pp. 143- 173. PEREIRA SIESO, J.. La cerámica ibérica procedente de Toya (Peal de Becerro, Jaén) en el Museo Arqueológico Nacional. Trabajos de Prehistoria, vol 36; nº 1. 1979.
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