Descripción |
El artista recoge uno de los temas más frecuentes en su repertorio iconográfico, los asuntos marinos y portuarios. En el cuadro, el pintor sitúa una barca en el puerto con tres pescadores que, tras la jornada, recogen los aparejos de pesca y las piezas capturadas en el día.
La pesca ha sido una de las actividades económicas más tempranas de muchos pueblos del mundo y con la que han cubierto una parte de sus necesidades alimenticias, obteniendo además, con su comercialización, los ingresos para atender las exigencias personales o familiares más perentorias. La dureza de las condiciones de trabajo y el diseño de los buques en los que los tripulantes se tenían que desenvolver, con espacios muy reducidos, dormitorios comunes, sin las mínimas condiciones higiénicas ni de intimidad alguna, comedores limitados, etc., hacían difícil la convivencia entre los pescadores, y ha hecho que sea tradicional la ausencia de las mujeres en los barcos.
La mujer ha permanecido ausente,en esta actividad humana, durante la fase de captura, desarrollando fundamentalmente trabajos ejecutados en tierra, como la preparación y reparación de las artes de la pesca, el marisqueo o la comercialización del pescado.
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