Descripción |
Escena que se desarrolla en un amplio interior en el que aparece en primer termino una figura femenina sedente que mira al frente y que sujeta en su mano derecha un pliego de papel con la firma del autor. La mujer está vestida de negro, con una toca blanca que cae por debajo de sus rodillas y un velo negro cubriendo su cabeza. A sus pies descansa, en un suelo compuesto por cuadrados de color blanco y negro, un perro de color marrón. En segundo plano, a su derecha, se abre otra estancia en la que se encuentra un grupo de seis figuras; tres femeninas de mayor tamaño y otras tres menores. En el fondo de esa habitación aparece una estatua femenina y, a la izquierda, parte de un carruaje. Rodea toda la parte superior del lienzo un amplio cortinaje.
En este retrato de Mariana de Austria (1634-1696), vestida de viuda, se representa por vez primera a una reina en su condición de regente de España: sentada y con papeles en la mano, símbolos del ejercicio real del gobierno. Al fondo puede verse al joven rey Carlos II, un niño de cuatro años, atendido por su aya y otros sirvientes en una de las habitaciones del Real Alcázar.
La reina, vestida con las tocas de viuda, que el dan el conocido aire monjil, está sentada en un sillón de terciopelo, bajo una gran cortina de brocado. Al fondo, tras una puerta se ve la Pieza Ochavada del Alcázar de Madrid, decorada con las esculturas de bronce de los planetas, de Jacques Jonghelinck, donde el rey niño Carlos II es atendido por uan dama arrodillada que le ofrece un búcaro. Hay también dos dueñas y dos enanos. La escena, como se ha dicho repetidas veces, parece directamente inspirada por las Meninas e incluso se ha pensado que la enana que hay detrás del Rey, sea la propia Maribárbola.
El lienzo es repetición fiel, de calidad notable, del retrato conservado en la National Gallery de Londres, firmado también, y fechado en 1666. Este ejemplar será de fecha inmediata, muy próximo, pues, a la muerte de Felipe IV (1665).
El estilo de Mazo, directamente derivado de Velázquez, extremando su ligereza de pincel pero sin su sobria y difícil maestría, aparece aquí con toda claridad.
Parece indudable, que el esquema compositivo de los retratos de Doña Mariana por Carreño, posteriores a 1669 y bien conocidos, procede de Mazo, pero supo, sin embargo, añadir la severa gravedad del escritorio, que subraya el carácter político de la gobernadora, que quiso dar a los retratos de la reina.
Este retrato oficial de la reina viuda Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV, fue donación en 1913 del norteamericano Mister Archer Huntington que, además de ser patrono del Museo del Greco, era amigo personal del marqués de la Vega-Inclán. El cuadro hace alusión a la condición de reina viuda y regente de la Monarquía que ha de llevar los asuntos del gobierno. La cortina y ciertos elementos como el papel que sujeta con su mano derecha o la posición sedente de la retratada, siguen la tradición del retrato cortesano barroco. El pintor Martínez del Mazo, yerno de Velázquez, logra así una imagen de la reina menos amable, pero más eficaz. La escena del fondo presenta al rey Carlos II rodeado de su corte infantil en una de las salas del antiguo Alcázar de Madrid. Se conservan varias versiones del mismo tema obra de Carreño de Miranda en el Museo Nacional del Prado, Hospital Tavera de Toledo, Museo de Bellas Artes de Asturias o en la madrileña Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
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