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Museo Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano
Inventario 1995.01.0106
Clasificación Genérica Escultura
Objeto/Documento Escultura
Autor/a Serrano Aguilar, Pablo (Lugar de nacimiento: Crivillén, 10/02/1908 - Lugar de defunción: Madrid (m), 11/1985)
Título Fajadito
Materia/Soporte Esparto
Venda
Madera
Escayola
Técnica Técnica mixta
Dimensiones Altura = 46 cm; Anchura = 13 cm; Profundidad = 17 cm
Datación 1964
Lugar de Procedencia Europa
Clasificación Razonada Dentro de su interés por la situación del ser humano en la sociedad contemporánea y coincidiendo con su periodo de mayor proyección internacional a través del éxito obtenido con sus Bóvedas para el Hombre, Pablo Serrano comenzaba a trabajar en torno a 1962-1963 en la serie de los Fajaditos o, como inicialmente les denominó, Figuras satíricas, creaciones sobre las que pesa un gran desconocimiento provocado por factores de muy diverso tipo que deben ser expuestos para tratar de acercarnos al sentido de esta serie. El primero de ellos se encuentra en el hecho de que, en comparación con sus creaciones anteriores, los Fajaditos fueron concebidos como una serie pequeña y cuando se emplea este adjetivo no es para calificar su innegable valor artístico y simbólico, sino para hablar del reducido tamaño de las obras, del número de piezas que realizó (Pablo Serrano afirmaba en una entrevista que había realizado 24 obras, pero Lola Durán en su catálogo razonado ha registrado 36 fajaditos, un número no muy alto teniendo en cuenta el tamaño que tenían y el trabajo que podían implicar respecto a otras creaciones) y al hecho de que en su mayoría fueran obras únicas (en su casi totalidad eran bronces de tirada única, salvo, al menos, tres obras realizadas con madera, vendas y escayola) cuestión que llama la atención si se compara con otras series en las que Serrano hacía varias copias, a pesar de tener un tamaño mucho mayor y, por tanto, resultar más costosas desde un punto de vista económico. En este sentido se debe añadir que únicamente seis Fajaditos tuvieron una tirada múltiple que, por añadidura, fue muy limitada, al reducirse a dos, tres y, sólo en un caso, cuatro ejemplares. En segundo lugar, hay que referirse también como causa de este desconocimiento al hecho de que la presencia que tuvo esta serie dentro de la actividad expositiva de Serrano fue prácticamente nula, no siendo hasta las muestras organizadas después de su fallecimiento cuando los Fajaditos han sido incluidos dentro de la trayectoria completa del autor, si bien nunca con un peso considerable. Aunque las diversas causas de este escaso protagonismo no se pueden afirmar con una certeza absoluta, sí se debe apuntar una cuestión determinante como fue el hecho de que, frente a su actividad pública, Serrano aparentemente prefiriera centrar la difusión de estas obras en el ámbito privado a través de su distribución entre coleccionistas. Se desconoce la identidad de las personas que adquirieron estas obras, teniendo únicamente testimonio, por la documentación consultada, de que al menos ocho Fajaditos de tirada única eran propiedad de coleccionistas estadounidenses, en este caso los únicos identificados. Obviamente, no se puede achacar a la venta de las obras (hecho consustancial a la creación artística) ni a su escasa tirada la ausencia de esta serie dentro de las exposiciones que realizó Serrano durante su carrera, pero sí vincularla al protagonismo menor en aquellas realizadas posteriormente debido a que, a día de hoy, una parte muy considerable de esta serie se encuentra en paradero desconocido. De los hechos hasta aquí expuestos debe concluirse una cuestión esencial que queda sin respuesta: nos referimos a la causa que llevó a Serrano a dar tan poco protagonismo a esta serie a la que, parece, prefirió dar un perfil bajo, como si se tratara de una expresión artística surgida en su intimidad de creador y que quiso distribuir con igual discreción.

Pobrecitos fajaditos, jodiditos en vida, muertecitos. Con una boca nada más, con un ojo nada más, con la nariz nada más, con un oído nada más. Fajaditos condecorados. Algo quieren decir, pero no pueden, están fajaditos. Tienen un libro. Tocan mal un instrumento. Sus cabezas son de tarro de farmacia, sus cabezas son de automóviles de plástico. Con un ojo solamente. Nada más con un bracito. Nada más, nada más nada, nada, nada Estos son los versos que Serrano escribió en 1964 para referirse a este conjunto de esculturas, que en la línea humanista que vertebraba buena parte de su carrera, estaba protagonizado por personajes deformes y desproporcionados que, como su nombre indica, aparecen completamente fajados, término definido en el Diccionario de la lengua española de la RAE como Dicho de una persona: azotada o golpeada. Las vendas que cubren a estos seres (tal es su deformación, que se duda de la idoneidad de añadir humanos) no cumplen un fin sanador sino una función inmovilizadora y de ocultación, al cubrir la mayor parte de su anatomía; sólo en algunos casos quedan a la vista bocas o manos que no hacen sino aumentar la sensación de monstruosidad de estos seres en los que, por su carácter grotesco, se puede advertir la huella del último Goya. Por la dimensión reducida en que fueron realizados, podrían acercarse a la idea de la vulnerabilidad, pero si su tamaño fuera mayor ¿generarían lástima o más bien temor? Esto nos conduce a una cuestión esencial ¿Qué simbolizan estas figuras satíricas? Algunos han interpretado esta serie como una denuncia de la falta de libertad de expresión; otros han visto un retrato de aquellos que no tienen voz ni presencia en la sociedad actual. Se podría considerar que los Fajaditos, que tienen un valor atemporal, son aquellos que se encuentran más allá de los márgenes fijados por la sociedad, a los que Serrano ni juzga ni tampoco observa desde posiciones de misericordia o de rechazo. Simplemente, los presenta. Paradójicamente, a estos seres arrinconados, el destino artístico les ha deparado quedar también relegados a una posición oculta y marginal dentro de la trayectoria de su autor. Este hecho no implica que la serie no esté absolutamente intrincada en la producción artística de Serrano y así, tanto por su concepto como por su configuración plástica, se debe poner en relación con las series directamente anteriores y posteriores; por un lado, las Bóvedas para el hombre que, sin esperanza no serán otra cosa que cuevas o agujeros para la bestia, parecían estar pensadas para acoger a estos seres deformes, grotescos, a medio camino entre la lástima y el rechazo que provoca su aspecto; por otro lado, los Hombres bóveda y, sobre todo, los Hombres con puerta, en las que, desde presupuestos plásticos y conceptuales ya diferentes, se mantenía la propuesta de seres deformes que, como los Fajaditos, estaban cubiertos por vendas que ocultan/protegen sus muñones. Desde el punto de vista de su factura, Serrano partía de la realización de modelos hechos con madera, escayola y vendas que fundía en bronce sobre el que aplicaba un patinado oscuro, obteniendo como resultado una riqueza de texturas irregulares que acentuaban la carga expresionista de cada una de las piezas. Este fue el proceso seguido en la casi totalidad de los Fajaditos debiendo señalar la excepcionalidad de algunas obras que fueron concebidas para no trasladarse al bronce y que estaban realizadas con escayola, vendas, madera y cuerdas, de las que el IAACC Pablo Serrano conserva el ejemplar más interesante. En torno a 1963 y 1964, introdujo Serrano algunos cambios en estas obras al añadir a los materiales señalados pequeñas piezas metálicas de deshecho que transformaron el aspecto de estos personajes que también se fundieron en bronce. Manteniendo la deformación marginal propia de esta serie, estos seres adquirían ahora una apariencia que les aproximaban a una especie de hibridación con la máquina, tratamiento plástico y planteamiento conceptual que Serrano desarrolló paralelamente a Juana Francés, que en esas fechas estaba trabajando en sus primeros Homúnculos, seres deformes creados a partir de desechos mecánicos, electrónicos etc que hacían referencia a la tecnologización del ser humano. Ambos, desde distintas soluciones plásticas, buscaban aproximarse y reflexionar sobre una preocupación que fue común a ambos, la condición del ser humano en la sociedad contemporánea.
Bibliografía DURÁN UCAR, Dolores. Pablo Serrano. Catálogo razonado de esculturas. 1930-1985. Fundación Azcona, 2017. 348.

ORDÓÑEZ FERNÁNDEZ, Rafael. CATÁLOGO DE LAS OBRAS ORIGINALES DEL ESCULTOR PABLO SERRANO QUE FORMAN SU COLECCIÓN PARTICULAR Vol. III. 1984. 345.

RODRÍGEZ BARBEL, Mª Carmen. Pablo Serrano una nueva figuración un nuevo humanismo. 2011. p.738.

VV.AA.. Pablo Serrano. Fundación Museo Pablo Serrano. Madrid: Electa, 1994. 67.
Catalogación Grau Tello, María Luisa
Derechos de explotación Gobierno de Aragón. IAACC Pablo Serrano, 2024
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