| Descripción |
Manuscrito en pergamino constituido por 28 folios que contienen cada uno su ilustración, representando a otros tantos personajes femeninos ataviados con una indumentaria tradicional. La vestimenta aparece minuciosamente recreada por un observador y habilidoso artista, capaz de reproducir con gran detalle tanto las prendas como la calidad y textura de los tejidos empleados en su confección.
Así mismo, cada una de las mujeres representadas, sostiene una caprichosa cartela a modo de escudo mixtilíneo en azul sobre el que figura, en letras de oro, el texto indicativo de su condición y/o localidad de la que proceden. Dichos lugares pertenecen a un amplio espacio geográfico que abarca desde el sur de Francia (San Juan de Luz) hasta Santiago de Compostela incluyendo localidades que se situarían en el Camino de la Costa y en el Camino Francés.
Parece probable establecer el recorrido de su autor iniciando su ruta en Pamplona, para proseguir por Logroño, la provincia de Burgos, Ponferrada, hasta Santiago de Compostela para después regresar por el Camino del Norte o de la Costa, por Oviedo, San Vicente de la Barquera, Santander, Langreo, San Sebastián, Rentería, Hondarribia y San Juan de Luz.
Una parte importante de las mujeres representadas en el códice del MDPS cubren su cabeza con un tocado corniforme, tradicional en la cornisa cantábrica desde, cuando menos, el siglo XV hasta el XVII. Son muchas las controversias originadas a cerca de su utilización, con recomendaciones y prohibiciones explícitas tanto de las autoridades civiles como eclesiásticas. Estas medidas chocaban con la fuerza de una ancestral tradición que se imponía a las mulleres, conforme a su condición social, con la obligación de cubrir su cabeza con un incómodo tocado que recuerda formas itifálicas y que se interpreta, de forma tradicional, como una manifestación evidente del sometimiento al varón. Al respecto resultan de gran interés los comentarios recogidos por Laurent Vital en relación al primer viaje efectuado por Carlos V a España en el año 1517 que, procedente de Flandes, desembarca en Villaviciosa y visitan Ribadesella y San Vicente de la Barquera, donde ven mujeres autóctonas con el curioso tocado corniforme. El cronista, deseoso de saber los motivos de tan estrafalaria indumentaria, pregunta a los paisanos y saca sus propias conclusiones, tendentes a que el lucimiento de una tan desvergonzada prenda sobre su cabeza es un castigo ancestral que representa la sumisión de la mujer al hombre por su antigua rebelión ante éste.
Bieito Pérez Outeiriño
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