Descripción |
Placa rectangular de bronce fundido y forma arquitectónica provista de un asa en su reverso. En el basamento está decorada con, escudos eclesiásticos, mientras que la escena central presenta a María y a san Juan con Jesús en la cruz. El portapaz se ha venido utilizando desde los primeros tiempos del cristianismo durante el rito de la misa, con el objetivo de que los fieles dieran sobre él el beso que simboliza la paz, adquiriendo a partir del siglo XIII la forma de pequeño retablo. Era usual que se fabricaran por parejas, una destinada a las mujeres y la otra a los hombres, de manera que cada una de ellas presentaba unos motivos iconográficos acordes con sus usuarios. Los portapaces se dejaron de utilizar por motivos higiénicos a partir del siglo XIX.
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