Museo Museo Nacional de Artes Decorativas
Inventario CE19466
Clasificación Genérica Retrato; Pintura
Objeto/Documento Cuadro
Autor/a Esteve, Agustín (Lugar de nacimiento: Valencia, 1753 - Lugar de defunción: Valencia, 1820)
Título La Duquesa del Parque
Materia/Soporte Pintura al óleo
Técnica Óleo sobre lienzo
Dimensiones Altura = 166 cm; Anchura = 80,50 cm
Marco: Profundidad = 4,80 cm; Anchura = 131 cm; Altura = 172,50 cm
Descripción Retrato femenino en un escenario campestre con fondo montañoso. Representa a una mujer joven sentada sobre una roca, delante de dos árboles cuyos troncos se entrecruzan. La retratada luce cabello castaño claro muy corto. Cubre su cuerpo, levemente girado hacia su derecha, con un vestido blanco largo de escote cuadrado, talle bajo el pecho y mangas cortas abullonadas. Calza zapatos planos blancos. La joven sostiene con su mano derecha una rosa de color rosa pálido, probablemente tomada del ramo que descansa a su lado. Con la mano izquierda acerca hacia sí un recipiente dorado, situado también en la roca, en el que se ve a dos palomas.
Iconografia Retrato femenino
Datación 1800[ca] [Se consigna esta datación en virtud, principalmente, de la indumentaria que viste la retratada. Se trata de un vestido camisa cuyo uso se limitó a un corto periodo, entre 1790 y 1810, aproximadamente.]
Contexto Cultural/Estilo Edad Contemporánea
Lugar de Producción/Ceca Madrid (España, Europa)
Clasificación Razonada Pintura inicialmente atribuida a Goya, figura entre su producción en varios catálogos del primer tercio del siglo XX. Ya en 1943, Martin S. Soria lo atribuye a Agustín Esteve. La autoría de este último ha quedado prácticamente confirmada gracias a la imagen radiográfica que muestra una pintura subyacente con el motivo de Aníbal cruzando los Alpes. La escena y las dimensiones del cuadro coinciden con las de la obra que Esteve presentó en 1778 a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para optrar al primer premio de la primera clase de pintura. Esta y otras cuestiones de catalogación son aportadas por Teresa Fernández-Muro Ortiz en su Informe de la historia material, redactado en 2012 con motivo de la restauración de la pintura en el Instituto del Patrimonio Cultural de España realizada entre 2010 y 2011.

El retrato representa a la Duquesa del Parque, según consta en todas las referencias conocidas hasta el momento. En particular, parece tratarse de María Josefa de Salcedo Cañaveral y Cañas, como ya recogía Martin S. Soria y coincide Teresa Fernández-Muro. Diferentes elementos vinculados a la fecha probable de realización del retrato vienen a apoyar esta identificación. María Josefa de Salcedo Cañaveral y Cañas casó en 1800 con Lorenzo Fernández de Villavicencio y Cañas. Nuria Moreu Toloba ha apuntado que la representación de las dos palomas podría aludir a dicho matrimonio [julio 2020]. La retrada lleva vestido camisa, indumentaria en uso por un breve periodo de tiempo en torno a los años del cambio de siglo. También el cabello a lo tito, de filiación francesa, refuerza esa cronología. En España dejó de llevarse con el comienzo de la Guerra de la Independencia en 1808 [La observación sobre el peinado ha sido proporcionada por Carolina de Miguel Arroyo, julio de 2020].

Aunque el retrato ha sido tradicionalmente datado en torno a 1810-12, la fecha de 1800 parece encajar mejor con los detalles comentados y la propia biografía de la retratada, que tendría 17 o 18 años en el momento de realización de la pintura.

El cuadro formó parte de la colección del Marqués de la Vega Inclán, según publicaba en 1903 Valerian von Loga [citado por Teresa Fernández-Muro en su informe]. Más adelante, en un momento indeterminado entre 1909 y 1918, el cuadro pasó a manos de la Marquesa de Bermejillo, en cuya colección permaneció bastantes años.

Con respecto al autor del retrato, la trayectoria artística de Agustín Esteve y Marqués (Valencia, 12.5.1753-Valencia, c.1820) está marcada por la inmensa figura de Goya y por su labor como retratista oficial de la nobleza española durante el reinado de Carlos IV. De la impronta que en su labor profesional dejó Goya no caben muchas dudas ya que fue su colaborador desde 1780 hasta que la Guerra de la Independencia los separó definitivamente. Tampoco es discutible su éxito entre la elite ilustrada. Agustín Esteve destacó fundamentalmente por los innumerables retratos que realizó a los nobles de la Corte y a los altos burócratas cortesanos.
Bajo la protección de Godoy y las familias Osuna y Alba, Agustín Esteve desarrolló una carrera exitosa en la Corte hasta 1808. Como en el caso de otros artistas de su generación, la invasión francesa de 1808 y el período convulso que se inicia hasta 1814, unido a la aparición de otros pintores y el declive natural del envejecimiento, provocará que a partir de la restauración fernandina de 1814 su estrella se eclipse en encargos menores y que incluso, al final de su vida, llegue a pasar apuros económicos.
Agustín Esteve y Marqués nació en Valencia el 12 de mayo de 1753 siendo hijo de Antonio Esteve, un escultor valenciano que le inculcaría su amor por las artes. De familia de artistas, los Esteve, tenían su centro de actuación en Valencia y fue allí donde, lógicamente, Agustín Esteve recibió las primeras clases de pintura. Así, sabemos que acudió a las clases que se impartían en la Escuela de la Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia y desde allí acudió a Madrid donde, en 1772 ganó un primer premio de tercera clase (dibujo) en el concurso anual de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde continuaba sus estudios. Las noticias de Agustín Esteve en la Academia madrileña no son muy abundantes aunque todo parece indicar que no sería de los alumnos más destacados puesto que, como se ha mencionado anteriormente, en 1778 se presentó al primer premio de la primera clase de pintura de esta institución con una pintura representando a Aníbal cruzando los Alpes en el que quedó en último lugar con un sólo voto.
Tras su paso por la Academia de San Fernando, en donde se observa sobre Esteve el magisterio de Mengs, aquél se hizo ayudante de Goya, como se observa en la gran influencia que el pintor aragonés tiene en el arte de Esteve a partir de esta fecha. La actividad al lado de Goya debió ser intensa desde 1780 como tenemos ocasión de comprobar con la muerte de Carlos III cuando el nuevo rey encargará numerosos retratos a Goya para diferentes instituciones, muchos de ellos fueron realizados directamente por Esteve basándose en los originales de Goya.

El trabajo con Goya no impidió a Agustín Esteve el desempeño de otras actividades artísticas. Las buenas relaciones en entabló con los grupos dirigentes de la Corte, fundamentalmente con la casa de Osuna, de la que llegó a ser un retratista oficial, y de Alba le proporcionaban numerosos clientes convirtiéndose así en el principal retratista de la Corte a finales del siglo XVIII. La enumeración de los retratados resultaría fatigosa pero entre ellos encontramos a la flor y nata de la sociedad madrileña: Godoy, los duques de Osuna, la marquesa de San Andrés, el General Ricardos, el cardenal Lorenzana, Campomanes, Ramón de Pignatelli, el marqués de Ariza, etc.
El patrocinio de Goya y la intensa actividad retratista de Esteve tuvo finalmente su recompensa al ser nombrado, el 14 de junio de 1800, como Pintor de Cámara con un sueldo de 6.000 reales anuales, el sueldo más bajo de entre los pintores de cámara. Lo exiguo del sueldo se ha intentado explicar por la posibilidad de que Agustín Esteve fuera soltero pero todo parece indicar que estaría motivado por su escasa antigüedad en el cargo, la gran cantidad de pintores de Cámara que había en ese momento y los elevados sueldos de Maella y Goya. Con la entrada en Madrid de los franceses y la subida al trono de José I, se planteó a Agustín Esteve la misma disyuntiva que al resto de los pintores de Cámara sobre la fidelidad al nuevo soberano. Esteve, como el resto, se puso a las órdenes del nuevo rey y recibió sus sueldos como tal pintor de Cámara. A pesar de ello al regreso de Fernando VII no tuvo problemas para reincorporarse al servicio de su antiguo señor al no haberse significado al favor del hermano de Napoleón.
Sin embargo, a la altura de 1814, con 61 años, su salud se resiente. Sus mejores tiempos habían pasado ya. Y más teniendo en cuenta que el exilio de Goya y el ascenso de Vicente López le arrinconarían entre los pintores de Cámara. Aún así, todavía pinta dos retratos ecuestres de Fernando VII y de su hermano el Infante Don Carlos en 1815 y participa en los retratos oficiales de la doble boda entre Fernando VII y Don Carlos con las princesas portuguesas Isabel y María Francisca de Asís de Braganza, respectivamente. Pero fueron éstos sus últimos coletazos artísticos. A partir de esta fecha Esteve deja de trabajar pidiendo, ya en 1819, su jubilación que fue aceptada por el rey el 13 de enero de 1820. Retirado en Valencia muere poco después entre la indiferencia general.
Bibliografía España 1808-1814 : de súbditos a ciudadanos. Toledo: Sociedad Don Quijote de Conmemoraciones Culturales de Castilla-La Mancha, 2008. v. III, p. 238.
Catalogación Diego Generoso, Celia; Aragón Segui, Lucia
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