Foto: Masú del Amo

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Museo Museo Nacional de Artes Decorativas
Inventario CE22047
Clasificación Genérica Escultura; Colección de Arte Oriental
Objeto/Documento Escultura
Materia/Soporte Laca
Madera
Técnica Laca (madera)
Dorado
Dimensiones Altura = 137 cm; Profundidad = 48 cm; Anchura máxima = 40 cm
Boca (recipiente): Diámetro = 47 cm
Descripción Figura masculina de pie, en madera lacada oscura con restos de dorado en el rostro, pecho al descubierto y mano, así como en la flor sobre la que se asienta. Dispuesta en pie, su mano derecha muestra la palma abierta, de frente. Le falta la otra mano. Colocada sobre peana y flor de numerosos pétalos.
Iconografia Buda; Flor de loto
Datación 1701=1800
Contexto Cultural/Estilo Arte Japonés
Lugar de Producción/Ceca Japón (Asia)
Bibliografía BARTOLOMÉ, Alberto; CASTRO, Carmen. Asia en las Colecciones Reales del Museo Nacional de Artes Decorativas. 2000. p. 128; Escultura de Buda representado de pie sobre una flor de loto en posición de héroe. La mano derecha realiza el gesto abhaya-mudra. Va vestido con una túnica sencilla que sigue la tradición del oeste de la India.; Santillana del Mar: Fundación Santillana.

Orientando la mirada : arte asiático en las colecciones públicas madrileñas. Madrid: Grupo de Investigación Complutense Arte de Asia Conde Duque, 2009. p. 268-269, il. 132; Este Buda erguid o en samapada, la actitud de máxima dignidad adecuada a la imagen de un dios, emerge de una flor de loto (símbolo de pureza y universalidad) y se dirige al fiel en una ingeniosa mezcla de tres mudra: abhaya (sin temor) y vitarka (discusión de la doctrina) con su mano derecha, y varada o vara (don, con cesión, caridad, etc.) con su mano izquierda (desaparecida). Se trata en realidad de Amida Nyorai, una adaptación japonesa del culto budista Mahayana a Amithabha (también llamado Amitayus e incluso Amrita).Aunque su origen, como el de toda la imaginería budista, es indio, resulta un tanto indeterminado, pues los primeros textos a él dirigidos son traducciones chinas de los siglos II y III. De hecho su culto se desarrolla en Tíbet (desde que lo introdujera Padmasambhava) y muy especialmente en Japón, donde en la secta Jödo-shu es la divinidad principal, e incluso en la Jödo-shinshu constituye su única divinidad. En Japón el culto a Amida (poéticamente Mida) se caracteriza por una cierta tendencia pietista, comparable a la actitud ascética y retirada de la clausura cristiana. Es el Buda del Oeste, donde está su paraíso de la Tierra Pura (en japonés Gokuraku Jödo), en el que las almas, puras y libres de todo deseo, le invocan sin cesar. Aunque una de sus características principales es la del poder intelectual (de ahí la vitarka mudra), es por antonomasia la divinidad que consuela, toda compasión. Esta función salvadora le otorgó una popularidad considerable, hasta el punto de que el amidismo modificó profundamente el pensamiento del pueblo japonés, pues, debido a su ascendencia solar, se le asoció al kami Amateratsu (la diosa solar, protagonista de los mitos fundacionales de Japón). Desde el siglo IX se le dedican numerosos templos, que reciben el nombre de Amida -Do o Sala de Amida, y que pretenden reproducir en la tierra el Paraíso de Amida. Carmen García-Ormaechea
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VV.AA.. Asia nas coleccións do Museo Nacional de Artes Decorativas: [exposición]. 2002. p. 103 il. 115; BUDA
Madeira lacada
Xapón
Século XVIII
130 x 46 x 40 cm
Escultura de Buda representado de pé sobre unha flor de loto en posición de héroe. A man dereita realiza o xesto abhya- mudra. Vai vestido cunha túnica sinxela que segue a tradición do oeste da India.; A Coruña: Museo Belas Artes de Coruña, 2002..
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