Museo Museo Nacional de Artes Decorativas
Inventario CE22051
Clasificación Genérica Metalistería; Colección de Arte Oriental; Escultura
Objeto/Documento Escultura
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundido
Dimensiones Altura = 101 cm; Anchura = 79 cm; Profundidad = 67 cm
Descripción Escultura en bronce con restos de dorado en la espalda. Representa a Buda sentado con las piernas cruzadas, mostrando las plantas de los pies hacia arriba. Las manos, una sobre la otra, también con las palmas hacia arriba.
Iconografia Buda
Contexto Cultural/Estilo Arte Chino
Lugar de Producción/Ceca China (Asia)
Bibliografía BARTOLOMÉ, Alberto; CASTRO, Carmen. Asia en las Colecciones Reales del Museo Nacional de Artes Decorativas. 2000. p. 127; La imagen antropomórfica de Buda se representa con una serie de atributos que le son inherentes: postura recta, aureola o nimbo de santidad, peinado en moño (símbolo de la vida espiritual), círculo o lunar (pintado o esculpido en el entrecejo; simboliza la iluminación). Los párpados entornados (pureza de los pétalos de la flor de loto), pliegues en el cuello (felicidad). Manto monacal (símbolo de austeridad) y los pies descalzos (símbolo de mendicidad). El tipo de pedestal puede ser variado aunque el más frecuente es la flor de loto.; Santillana del Mar: Fundación Santillana.

Orientando la mirada : arte asiático en las colecciones públicas madrileñas. Madrid: Grupo de Investigación Complutense Arte de Asia Conde Duque, 2009. p. 272-273, il. 134; Se trata de la imagen de culto china más impactante de la exposición y, además, protagoniza los bronces orientales de las colecciones públicas madrileñas. Pertenece a la dinastía Ming y, a pesar de su sobria iconografía, podría datarse más concretamente en el reinado de Wanli (1573-1620), teniendo en cuenta que el patrocinio de este emperador favoreció la realización de imágenes budistas destinadas a los templos de Beijing. Desde el punto de vista técnico, es un bronce de gran calidad (lo que contribuye a su buena conservación), fundido en una sola pieza y sin defectos significativos; hay que resaltar el modelado fluido de los pliegues, el único elemento dinámico de esta pieza. Iconográficamente se ciñe a la perfección a la imagen universal de Buda de Meditación y sólo cabe diferenciar el aspecto chino de su fisonomía y la manera principesca de vestir el manto, propia más de la moda1a china que india. A pesar de su austeridad y de su serenidad, esta imagen transmite una sensación de majestad y dignidad, que lleva al espectador a paladear un auténtico rasa trascendental (véase Buda, Cicerone del Pensamiento Oriental). A partir del siglo II, el budismo indio, ya en su forma Mahayana, viajó por la Ruta de la Seda, impregnándose de creencias y cultos locales hasta alcanzar China, donde también sufrió ciertas transformaciones, aumentadas con el transcurrir de los siglos. Por eso es tan interesante la pureza de este ejemplar. A ello podría colaborar el hecho de que se trate de un Buda de Meditación, ya que fue precisamente el budismo Dhyana el que consiguió mayor relevancia en China, desde que en el siglo VI el monje budista indio, Bodhidharma, fundara en el sur el primer monasterio budista de meditación. El arte budista de meditación (Dhyana en India, Chan en China y Zen en Japón) se caracteriza por su austeridad, sencillez y expresión de los materiales. Carmen García-Ormaechea
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VV.AA.. Asia en las Colecciones del Museo Nacional de Artes Decorativas: [exposición]. 2005. p. 80, il. 095; Centro Cultural Caixanova, enero-febrero 2006 [textos, Museo Nacional de Artes Decorativas; comisario, Alberto Bartolomé Arraiza]. Vigo: Caixanova, 2005..

VV.AA.. Asia nas coleccións do Museo Nacional de Artes Decorativas: [exposición]. 2002. p. 102, il. 114; A Coruña: Museo Belas Artes de Coruña, 2002..
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