| Descripción |
Caja española rectangular con toda la superficie cubierta de cuero liso con monturas de hierro, éstas están claveteadas y remachadas, las de la tapa, el frente y los laterales se organizan en cuadrones, formados por estrechas fajas horizontales y por barreados verticales punteados por escudetes circulares, que hacen las veces de ornamentación.
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| Clasificación Razonada |
La estructura de la arqueta, de una madera de estructura poco reconocible -por el deterioro superficial y la acumulación de suciedad- que parece ser un tipo de conífera, está armada a la manera simple de otros ejemplares catalanes de la época: el vaso está compuesto por tablas de madera unidas a testa y claveteadas, y la tapa por una sola pieza articulada al cuerpo principal por hembrillas simples y pletinas.
Toda la pieza está revestida de cuero liso, que en tiempos debió de estar teñido, quizá embetado o tapetado de color oscuro para proteger el interior de la humedad. El encorado es de cordobán (piel de carnero o de cabra curtida), material hidrófugo de calidad alta que se empleó repetidamente en las producciones de este tipo.
La estabilidad de la armadura está garantizada por la guarnición de delgadas chapas de hierro (hoja de lata en los inventarios de la época) claveteadas y remachadas. Las de la tapa, el frente y los laterales se organizan en cuadrones, formados por estrechas fajas horizontales y por barreados verticales punteados por escudetes circulares, que hacen las veces de ornamentación. Es un sistema compositivo y de refuerzo habitual en Cataluña, que se empleó también en piezas de otros tamaños, desde baúles a cofres; en este caso, presenta una variante relativamente poco común a la hora de resolver los escudetes decorativos, que tienen forma de óvalos ligeramente lanceolados, más adecuados para el formato de la pieza, acordes con las tracerías góticas en boga por entonces.
Las cantoneras de la tapa y del vaso, y las tres fajas de refuerzo de la trasera se ornamentan con golpes interiores de buril redondo; las de la base permanecen lisas, para facilitar el buen asentamiento del mueble, que no estaba provisto de pies separados, sino de resaltes, como era corriente en estas piezas. La cerradura, de cerraja volada y pieza de condenar, es la original.
Se trata de una pieza temprana perteneciente a una producción que fue muy abundante a fines de la Edad Media: las arquetas encoradas y guarnecidas, que se produjeron en Francia, en el Reino de Aragón y en el de Castilla, en versiones diferenciadas por su ornamentación y por la forma de tratar los materiales. Ésta es característica de un taller catalán, probablemente barcelonés o vigatano -puesto que en ambos lugares está documentada su fabricación-, que se puede datar en la segunda mitad del siglo XIV.
Existen otras piezas semejantes con revestimiento de pergamino, como las pertenecientes al Museu del Arte de la Pell de Vic (Colección Colomer Munmany), al Museu Episcopal de Vic y al Museu del Cau Ferrat (Sitges).
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