| Descripción |
De medio cuerpo y ligeramente vuelta hacia la derecha del espectador Sor Juana aparece ataviada con el hábito de gala de la orden jerónima, cuyo convento mexicano fundó, según explica el largo texto biográfico que acompaña al retrato. La imagen se corresponde con los habituales retratos de "monjas coronadas" muy repetidas por los pintores mexicanos durante el siglo XVIII. En ellos se representaba generalmente la joven el día de su toma de hábito, ornamentada profusamente con coronas de flores -de ahí el nombre del género- y otros adornos del mismo tipo, con el escudo de la orden sobre el pecho, de gran tamaño y a menudo pintado por los artistas de moda del momento, y acompañada por diferentes imágenes del Niño Jesús.
En términos generales el retrato cultivado durante el período colonial en México tuvo una función social muy determinada, ya que se limitó a la representación de personajes de significación oficial. Gobernantes, militares y religiosos, todos ellos retratados con la indumentaria propia de sus cargos y acompañados por elementos simbólicos que refuerzan esta función son los temas más comunes. La aparición del retrato de "monjas coronadas" supone por ello una importante aportación iconográfica, aunque es indudable que estas obras también reforzaban el prestigio social no sólo de las retratadas, sino de sus propios familiares, que con sus donaciones al convento solían buscar un aumento en la consideración pública. Por lo tanto no es infrecuente que, como en este caso, la figura aparezca acompañada por el escudo familiar y por la leyenda biográfica que en muchas ocasiones es añadida posteriormente.
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