Clasificación Razonada |
Este espejo es pareja del nº de inventario CE27481/1, representando al dios Marte. Ambos espejos están realizados a finales del siglo XVII y son atribuidos a Andrea Belvedere. Este pintor italiano especializado en bodegones, fue representante de pintores de flores napolitanos del siglo XVII. Trabajó el estilo Barroco decorativo y su obra anticipó los refinados y delicados aspectos del Rococó europeo. El Barroco español está influenciado tanto por el barroco flamenco, como por el italiano. A la corte madrileña llegaron una cantidad masiva de obras y autores en la segunda mitad del siglo XVII, entre ellos, Andrea Belvedere, que fue pintor de corte en Madrid entre 1694 y 1700, invitado por Carlos II, probablemente inducido por la recomendación de Luca Giordano. En este momento es en el que podría haberrealizado estos espejos.
La obra de Andrea Belvedere no es demasiado abundante, hay que apuntar que, a su vuelta a Nápoles alrededor de 1700, abandonó la pintura totalmente y dedicó sus últimos 30 años a la literatura y al teatro, no obstante, sus cuadros supondrán un modelo de influencia para las generaciones posteriores de artistas de bodegones, como Tommaso Realfonso, Nicola Casissa y Gaspare López.
Algunos ejemplos de este tipo de espejos, lo encontramos en salas de palacios italianos, como los que se conservan en el Palazzo Colonna, diseñados por Carlo Maratta y pintados por Mario de Fiori, también con flores y amorcillos. En todo caso, entronca con una forma de tratar los reflejos de espejos y cristales que se desarrolló en Italia, y sobre todo en Nápoles, durante el siglo XVII: se aprecia en un grupo muy interesante de stipi (papeleras o escritorios) decorados con vidrios pintados por detrás, cuyos primeros ejemplares se remontan a los años cuarenta de la centuria -por ejemplo los debidos al monogramista VBL- y que conocieron su período de máximo esplendor hacia 1700, cuando los discípulos de Luca Giordano y quizá el mismo pintor, intervinieron en su realización. La documentación conservada en diferentes archivos, y las piezas testigo conservadas en ciertas colecciones españolas a las que se incorporaron ya en la fecha de su realización (Can Vivot y una colección privada barcelonesa entre otras) indican que tanto espejos como escritorios con pinturas sobre materiales que les prestaban una interesante reverberación tuvieron gran éxito en España a pesar de lo costosos que resultaban. Estos espejos representan un jalón de importancia para ilustrar la historia del gusto en nuestro país, y en especial las complejas relaciones artísticas existentes con Nápoles, cuya estrecha relación con la corona española contribuyen a ilustrar y subrayar.
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