Foto: Gemma Obón Tolosa

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Museo Museo Arqueológico Nacional
Inventario 1993/80/156BIS
Clasificación Genérica Medallística
Objeto/Documento Medalla
Tipología/Estado Conmemorativa
Autor/a Jonghelinck, Jacques [Reducción del diseño de Leone Leoni.]
Leoni, Leone (Fecha de nacimiento: 1510 - Fecha de defunción: 1590) [Diseño original]
Título Medalla de Carlos V e Isabel de Portugal
Conjunto Negativo sobre placa de vidrio y FM
Materia/Soporte Plata [Plata sobredorada]
Técnica Acuñación
Dimensiones Diámetro = 36 mm; Peso = 25,50 gr
Descripción Reducción del diseño de Leone Leoni.
Anverso: IMP · CAES · CAR - OLVS V · AVG · ·. Cabeza del Emperador a la derecha con corona de laurel y armadura, barbado y cabello corto.
Reverso: · DIVA · ISABELLA · CA - ROLI · V · VX · (adorno floral). Cabeza de la emperatriz Isabel de Portugal a la izquierda, descubierta, y con media melena recogida parcialmente por un rodete. Lleva un vestido con cuello alto y ricamente adornado

A lo largo de la década de 1540, Leone Leoni, escultor y medallista favorito de Carlos V, realiza un conjunto de medallas que retratan al emperador, su hijo el príncipe Felipe y su difunta esposa, Isabel de Portugal. Algunas, si no todas, fueron encargos del propio Carlos, como la dedicada a Isabel, fallecida años atrás, en 1539. Esta medalla que reúne a los dos esposos es, sin duda, un magnífico ejemplo de la calidad técnica y artística que llegó a alcanzar Leoni en sus medallas, tanto por el retrato de un maduro Carlos como por la belleza de la efigie de Isabel, para la que se inspiró en una pintura, también póstuma, de Tiziano.

Aunque fue identificada durante décadas como obra directa de la mano de Leone, estudios más recientes atribuyen esta medalla, junto con otras piezas de idéntico formato y tamaño, a una serie de "reducciones" ejecutadas, probablemente, por Jacques Jonghelinck, discípulo de Leoni y también medallista de fama. Así, las medallas de Leoni, generalmete de bronce, mayor formato -unos 73 mm- y con retratos de amplio busto, fechadas hacia 1546-1549, se transforman en la década siguiente en piezas de plata, más pequeñas y centradas exclusivamente en las cabezas, lo que otorga una prestancia incluso mayor que el prototipo a la personalidad del retratado.

A primera vista se trata de una medalla de exaltación imperial, en la que se reúne al poderoso emperador con su esposa, Isabel de Portugal, emperatriz y regente de los reinos españoles durante las frecuentes campañas en Europa de su marido. Sin embargo es un testimonio de una historia más íntima: la de la recuperación por parte de Carlos de la imagen de su difunta esposa, ya que la emperatriz había fallecido años atrás. Un proceso en el que intervinieron tanto el propio Carlos como el pintor Tiziano y el escultor Leoni.

Isabel había muerto en 1539, durante el parto de su quinto hijo. Tenía entonces 36 años y Carlos sólo conservaba un retrato suyo que no le satisfacía por su mediocre calidad, por lo que encargó a Tiziano que pintase uno nuevo que hiciera justicia a su belleza y dignidad. Finalmente el pintor elaboró tres retratos, de los que sólo se conserva uno, en el Museo del Prado, y una copia de Rubens del tercero, un retrato de pareja en el que el matrimonio aparece de nuevo reunido, al igual que en la medalla que nos ocupa. Estos cuadros tienen su propia intrahistoria: cuando Tiziano le presentó el primer retrato, Carlos le pidió que retocase la nariz, no porque fuera incorrecta o estuviera mal pintada, sino porque no se ajustaba a la imagen ideal que él guardaba de su esposa. Así, la nariz aguileña de Isabel se transformó en una nariz recta de inspiración clásica.

En una carta al cardenal Granvela, fechada en noviembre de 1546, el artista le comenta que Su Majestad le ha encargado grabar un troquel con el retrato de la emperatriz y que lo ha realizado "según el Tiziano". El peinado y el vestido vinculan la efigie medallística de Isabel a la del retrato doble que hoy sólo conocemos por la copia de Rubens, pintado antes de 1548 y destruido en el incendio del Alcázar de 1734, obviamente adaptado a un soporte metálico y de forma circular. Un formato, el de la medalla, que era particularmente prestigioso por sus resonancias clásicas, y que abrió a Leoni la puerta a nuevos encargos que le convirtieron en el escultor de la imagen imperial de Carlos V.

En el siglo XVI, los retratos cumplían la función sustitutiva y evocadora del ausente que en tiempos contemporáneos ha cubierto la fotografía: si bien algunos estaban destinados a la exposición pública, otros se colgaban en estancias privadas y eran contemplados en la intimidad. Como los retratos pintados, las medallas son objetos de prestigio y regalo con un fuerte componente de propaganda e imagen oficial, pero también eran conservadas por razones sentimentales. El inventario realizado a la muerte de Carlos en Yuste, en 1558, menciona un pequeño armario en el que el emperador conservaba un camafeo en el que aparecía con su hijo Felipe II y nueve medallas con los retratos de sus familiares más queridos, entre ellos el de la emperatriz. La transformación del físico de Isabel de acuerdo con el recuerdo de Carlos, unido a la distancia y majestad que transmite la imagen, proporciona uno de los mejores ejemplos de esta relación personal que podía llegar a establecerse con los retratos de aparato.
Inscripciones/Leyendas anverso
IMP · CAES · CAR - OLVS V · AVG
Reverso
DIVA · ISABELLA · CA - ROLI · V · VX · (adorno floral)
Datación 1549[ca]-1562[ca]
Contexto Cultural/Estilo Edad Moderna
Dinastía de los Austrias. España
Clasificación Razonada Álvarez-Ossorio, 1950, nº 156 bis, p. 122
Smolderen, nº F2, p. 419
Catalogador Numismática y Medallística
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Foto: Gemma Obón Tolosa

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Foto: Fernando Velasco Mora

 
 
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