| Descripción |
Cuchara de asta con mango muy corto y vuelto formando una especie de anilla. En el mango hay una pareja de campesinos, entre estos y como eje de simetría hay un jarrón con forma de corazón, en el que hay una gran flor, especie de lirio. Cada uno de los campesinos levanta una mano hacia el lirio. La decoración del traje del hombre es a base de triángulos y la de la mujer a base de líneas. En lo alto, a uno y otro lado, hay unos pajarillos y todo está enmarcado por una orla de triángulos recortados y con sombreado de puntos. Con policromía en sepia. La pala en blanco. El mango está recortado a ambos lados. Hay una greca que se mete dentro de la pala hecha a base de triángulos (decorados a base de triángulos también en el interior) y entre estos detalles semicirculares. El remate del motivo decorativo del mango, que se encuentra en la parte curva de este, recuerda a los rayos del sol.
El mundo del pastoreo, de la ganadería itinerante, es un mundo eminentemente masculino, y aunque tenemos constancia de la existencia de pastoras, su presencia nunca ha sido significativa. Frente al pastor, que itineraba junto a los rebaños y era, por tanto, la fuente de ingresos de la familia; la mujer permanecía en casa al cuidado de los hijos y la vivienda. Estas cucharas son el reflejo de esa segregación. Realizadas por los hombres durante el pastoreo, ya que las horas de vigilancia de los rebaños les permitían dedicar tiempo a la realización de labores artesanales, eran el regalo que llevaban a sus esposas y novias a la vuelta de su trabajo. Esta funcionalidad se expresa en la iconografía elegida para decorar los mangos y las palas de estos objetos (corazones, parejas, palomas...). El papel de la mujer era por tanto puramente pasivo, simples receptoras del objeto, como ocurría en el resto de aspectos de la vida cotidiana de estas comunidades.
Rodrigo de la Fuente Puebla
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