Foto: Miguel Ángel Otero

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Museo Museo Nacional del Romanticismo
Inventario CE1526
Clasificación Genérica Complementos de indumentaria; Objetos de uso personal
Objeto/Documento Tarjetero
Autor/a Editor: Courtois Editeur
Materia/Soporte Tapa: Nácar
Agenda: Papel
Forro: Seda
Lápiz: Marfil
Técnica Tapa: Tallado
Agenda: Grabado
Forro: Muaré
Lomo: Terciopelo
Dimensiones Altura = 6,50 cm; Anchura = 9,30 cm
Descripción Tarjetero rectangular con tapas de nácar, la tapa anterior con escena bucólica con una pareja sacando un pájaro de una jaula y motivos florales en los ángulos. Lomo de terciopelo granate y lapicero de marfil. El interior, forrado con muaré rojo, alberga un compartimento para las tarjetas de visita y una pequeña libreta. La primera hoja del cuadernillo cuenta con una escena grabada representando una dama arrodillada ante una capilla y un caballero tras ella, con la inscripción "Memoria", así como la referencia al editor ("Courtois Editeur, rue Phélipeaux, 26"), que aparece con frecuencia en objetos similares a este (como en el CE1528 de la colección del Museo).

Los tarjeteros podían ser usados tanto por caballeros como por damas, siendo un complemento indispensable para estas, que los llevarían en su bolso, o bien colgados de una cadena, combinando a menudo la función de carnés de baile, agendas y tarjeteros. Las damas nobles y burguesas del siglo XIX tenían la obligación de acudir a las fiestas con un cuadernillo en el que, por riguroso orden de petición, debían anotar los nombres de los caballeros que solicitaban un baile.

Los materiales con que se realizaban estos utensilios eran muy variados: marfil, carey, nácar, azabache, etc. Tanto la materia como los motivos decorativos con que se adornaban, determinaban el estado civil de su propietaria. Así el nácar era usado por las solteras, mientras que el marfil era utilizado por las casadas y las viudas empleaban el azabache. Esto permitía que los caballeros que solicitaban un baile, supieran de antemano el estado civil de la dama.

En los días posteriores a la fiesta era de rigor acudir a casa de los anfitriones para agradecer y comentar los pormenores de la reunión. Las visitas se convirtieron en uno de los rituales decimonónicos más importantes, y se regían por un estricto código que determinaba el día y la hora en que debían llevarse a cabo en función de la razón que las motivaba. Así existían visitas de cumplido; las que se hacían para devolver otra; las de digestión, en los ocho días siguientes a una comida o un baile; visitas de duelo con motivo de un fallecimiento, etc. Los manuales de urbanidad especificaban detalladamente las normas que habían de observarse a la hora de realizar una visita: lugar donde se llevaba a cabo, normalmente en los espacios privados o semiprivados de la casa, personas que acuden: familiares en distinto grado, amigos íntimos, amistades, etc., así como el atuendo más adecuado en cada caso. Para esta ocasión las damas y caballeros utilizaban objetos como este que contenían un cuadernillo de notas y un compartimento en el que guardar las tarjetas de visita.
Este tarjetero tiene la peculiaridad de estar decorado con una escena que podría hacer referencia a la pérdida de la virginidad con el matrimonio, simbolizada en la paloma que la pareja deja escapar de la jaula. En este caso tanto el material en que está realizado, el nácar, como su decoración, aludirían a que su portadora es una mujer soltera.
(Catalogación: Mercedes Rodríguez Collado, 2022)
Iconografia Escena galante; Motivos florales
Datación 1826=1850
Contexto Cultural/Estilo Romanticismo
Edad Contemporánea
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