Clasificación Razonada |
La fábrica de cerámica de El Carmen fue fundada por Juan Niveiro Paje (1816 - 07/11/1887) el 1 de enero de 1849 en el antiguo convento de Carmelitas descalzos de Talavera que había sido desamortizado en 1835. Para su puesta en marcha Niveiro contrató operarios de Manises para que realizasen una producción de carácter utilitario, de tal modo que las piezas de El Carmen se diferenciaba sólo de las de Manises en el bizcocho o soporte de barro ya que la factura, barniz, colores y hasta dibujos eran idénticos.. Sus piezas se marcaban con el escudo de los carmelitas y la leyenda NIVEIRO (MANSO, 2006, p. 403). Esta tipo de producción, alejada de pretensiones historico-artísticas pero de gran éxito comercial (su plantilla se componía de no menos de ochenta empleados que alimentaban hasta tres hornos de cocción), se mantuvo hasta las primeras décadas del siglo XX, incluso también con la dirección de su hijo Emilio Niveiro Gil de Rozas (1858 - 06/1939).
El cambio vino propiciado por la llegada a Talavera en 1907 de Enrique Guijo Navarro (1871 - 1954), pintor cordobés formado en la fábrica de Mensaque y Soto de Sevilla (El arte redivivo, 2008, p. 19), que pasó por Toledo donde Sebastián Aguado le enseño las técnicas de cocción (AGUADO, 1995, p. 88), y que en Madrid había entrado en contacto con el ambiente institucionista de personalidades como Bartolomé Cossio, Francisco Alcántara o los Machado, interesadas en la recuperación de manifestaciones tradicionales. Tras realizar algunas pruebas en El Carmen (El arte redivivo, 2008, nos. 1 y 2, pp. 19, 102 y 103; y Museo Ruiz de Luna, nº inv. 18212) que no fueron suficientes para que Niveiro modificase su producción (NIVEIRO, 1994, p. 118), fundó la sociedad Ruiz de Luna, Guijo y Cía. para la fabricación de cerámica según las técnicas y modelos antiguos.
Este renacimiento de la cerámica de Talavera alcanzó un éxito considerable, lo que influyó para que El Carmen renovara su producción y comenzase a fabricar cerámica historicista, gracias quizá al ímpetu de las nuevas generaciones: su hijo y futuro propietario, Emilio Niveiro Romo (1893 - 12/01/1972), había estudiado en la Escuela de Cerámica de Madrid, de cuya primera promoción formó parte, y donde tuvo como maestros, entre otros, a su fundador Francisco Alcántara (otro institucionista) o Daniel Zuloaga. En 1919, a los 26 años, formó sociedad de manera legal con su padre, de 61). Por esta época su producción historicista debía haber alcanzado un aceptable nivel, de tal manera que en el mismo 1919 El Carmen consiguió el contrato para la restauración de la azulejería de la ermita de la Virgen del Prado, en dura rivalidad con la de Ruiz de Luna (MANSO, 2006, p. 404).
En 1943 se funda la Cooperativa El Carmen por los mismos obreros del alfar, que, tres años más tarde, tomó el nombre de Antigua Cerámica El Carmen, S.L. Por este motivo, el espacio de la antigua iglesia se repartió entre los antiguos propietarios y la nueva Cooperativa, permaneciendo de este modo hasta 1965, año en el que el convento fue clausurado definitivamente.
Los motivos decorativos están inspirados en los repertorios decorativos conocidos como escenas polícromas que se desarrollaron en la cerámica de Talavera desde el último cuarto del siglo XVII y hasta mediados del XVIII: se trataba de escenas al aire libre, sin apenas excepciones, dispuestas sobre una idea de suelo y rodeadas por elementos vegetales. Los pintores podía utilizar como modelos grabados y estampas, aunque raramente los copiaban directamente, si no que más bien eran fuente de inspiración para motivos aislados, gestos, posturas, etc. Algunos de los que más difusión tuvieron en la época fueron las series sobre caza y luchas de animales realizadas a partir de los dibujos para tapices del italiano Antonio Tempesta (1555-1630) y su maestro, el flamenco establecido en Florencia Jan Van der Straet o Giovanni Stradano (o Stradanus, 1523-1605), así como las obras sobre los juegos de niños ideadas por los franceses Jacques Stella (1596-1657) y su hija Claudine Bouzonne Stella (1636-1697) (GÓNZALEZ ZAMORA, César, 2004, p. 169).
BIBLIOGRAFÍA:
AGUADO GÓMEZ, Rosalina; AGUADO VILLALBA, José: Sebastián Aguado: el tesón de un artista. Toledo, Caja Castilla La Mancha, Obra Social y Cultural, D.L.1995
BALLESTEROS, Ángel: Talavera rinde homenaje a Juan Ruiz de Luna. La Voz de Talavera, número extraordinario Especial Siglo XX, 02/09/2008.
FERNÁNDEZ Y SÁNCHEZ, Ildefonso: Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Talavera de la Reina. Impr. de Luis Rubalcaba, 1896
MANSO MARTÍNEZ DE BEDOYA, Cristina: Niveiro. Alfar El Carmen. La cerámica española y Don Quijote. Catálogo de exposición, Talavera de la Reina, septiembre 2005 - enero 2006. Madrid, Empresa Pública Don Quijote de la Mancha, 2005 (11.086).
NIVEIRO DÍAZ, Emilio Ernesto: El oficio del barro: notas de un alfarero. Volumen 5 de Colección Padre Juan de Mariana. Excmo. Ayuntamiento de Talavera de la Reina, 1994.
PRADILLO MORENO DE LA SANTA, Juan Manuel: Alfareros toledanos. Toledo, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, D.L. 1997 (9.833 - I, II).
SESEÑA, Natacha: La Cerámica Popular en Castilla la Nueva. Ed. Nacional. Madrid, 1975. (5.997).
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