Descripción |
Hongo de forma piramidal, de estructura leñosa y color blanco.
Esta especie de hongo que crece en los troncos de los árboles y puede llegar a medir treinta centímetros, era utilizada desde época antigua a modo de yesca para hacer fuego aprovechando sus cualidades de combustión lenta. Esta propiedad, sumada a su escaso peso una vez seco, hicieron de este hongo un elemento especialmente útil para sociedades nómadas como la Sami que precisaban encender fuego a lo largo de sus continuos desplazamientos.
Esta pieza forma parte de la colección Sami formada por Carl Bovallius entre 1889 y 1894, comprada por el ingeniero Ake Sjögren y donada en 1896 al Museo Arqueológico Nacional.
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