Foto: José Luis Municio García

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Museo Museo Arqueológico Nacional
Inventario 1999/99/139
Clasificación Genérica Cerámica; Recipientes
Objeto/Documento Pélice
Tipología/Estado Gnatia
Materia/Soporte Arcilla
Técnica Sobrepintado
A torno
Cocción oxidante
Barnizado
Dimensiones Altura = 28,30 cm; Boca = 13,20 cm; Pie = 12,10 cm
Descripción Esta pélice, junto con la nº 1999/99/140, idénticas en forma y motivos decorativos, han sido realizadas por un mismo alfarero y por un mismo pintor. Forman pareja, posiblemente un encargo especial destinado a la tumba como ofrenda funeraria. La imagen central de ambas pélices es la misma: una cabeza femenina de perfil brota de un suelo representado por una fila de puntitos blancos. El rostro está pintado de blanco, el cabello es dorado con rizos dibujados con barniz diluido marrón, y el cecrífalo que lo recoge es de color rojo, atado con cintas blancas. Ojos, cejas, boca, pendiente y collar han sido realizados con pintura dorada. La única variación entre ambos vasos reside en el objeto situado delante de cada rostro. En éste, una antorcha dorada con brazos en aspa y adornada con cinta roja, una pelota o bola de lana amarilla con líneas negras en el segundo. También en éste, una flor blanca brota del suelo junto al rostro.

El ánodos es imagen del tránsito, de la acción de surgir de la tierra, del renacimiento. La figura femenina ha sido tradicionalmente identificada con Perséfone o Kore, la doncella hija de Démeter, raptada por Plutón, Señor del Hades, quien prendado de su belleza la arrebató de la compañía de las ninfas con las que la muchacha compartía sus juegos, para llevarla al reino subterráneo y convertirla en su esposa. La antorcha en este vaso sería alusión a las que Démeter llevó en la búsqueda de Core, o a las que portaba Hécate, la diosa que comunicó la noticia del rapto a la madre.

Más allá de la narración de un hecho mítico y de un ritual, íntimamente ligado a los misterios iniciáticos de la religión eleusina, lo que aquí vemos es una imagen modélica. El tránsito de la diosa, de esta divinidad ctónica, es acción que se renueva constantemente en el brotar periódico de la naturaleza, pero también en la muerte de los hombres y mujeres, de los iniciados en los misterios. La imagen es entonces espejo del mortal a quien acompaña en la tumba: como Perséfone, la que reina sobre los muertos, el difunto surgirá a una nueva vida, fecunda y eterna. La luz de Hécate alumbrará su camino, y la pelota de Eros será símbolo o contraseña para su ingreso en el Jardín de los dioses, en el paraíso de los bienaventurados.
Iconografia Cabeza femenina; Motivos geométricos; Tirso
Datación 340[ac]-320[ac] (340-320 a.C.)
Contexto Cultural/Estilo Cultura Griega
Lugar de Producción/Ceca Apulia
Historia del Objeto Colección Várez Fisa
Catalogador Antigüedades Griegas y Romanas
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Foto: José Luis Municio García

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