Descripción |
Los contorniatos son piezas monetiformes acuñadas, probablemente, en Roma durante la segunda mitad del siglo IV y el siglo V, sin que sea posible por el momento precisar ni su cronología ni el uso que tuvieron. Su nombre procede del italiano "contorno", que alude a la gráfila en hueco que rodea sus tipos, tanto en el anverso como en el reverso.
A pesar de su aspecto y de su técnica no son monedas, ni parecen productos oficiales. En los anversos aparecen emperadores, algunos contemporáneos pero generalmente del pasado, y personajes como Alejandro Magno, su madre Olimpia, Homero, Sócrates, Horacio o la propia Roma. En los reversos, escenas mitológicas, homéricas y, sobre todo, relacionadas con juegos y con las carreras del circo. El peso de los tipos agonísticos ha hecho pensar que debió haber alguna relación entre estas piezas y los espectáculos o los recintos donde se celebraban; se ha sugerido que podrían haber sido utilizados como entradas, premios, regalos, recuerdos o como fichas de alguna clase de juego. También han sido relacionados con la propaganda pagana de la aristocracia senatorial.
Este contorniato tiene su propia historia: perteneció al infante Gabriel de Borbón y Sajonia, hijo de Carlos III (1752-1788), importante erudito de la época, mecenas, poseedor de una reputada biblioteca y colección de monedas, y traductor de Salustio. Don Gabriel publicó su traducción de La conjuración de Catilina y La guerra de Jugurta en Madrid, en 1772. Para ilustrar al autor latino, ordenó realizar un grabado de este contorniato con su rostro y la leyenda SALVSTIVS AVTOR. Una efigie que, obviamente, es un retrato imaginario del historiador, muerto varios siglos atrás.
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