Descripción |
Constituido por una cinta de lino de color beige; tiene los extremos apuntados que rematan en pequeñas anillas de hierro a las que están anudados cordones de algodón. En su cara interior lleva cadenas con púas de hierro cosidas al tejido.
El cilicio era en origen era una camisa, túnica o faja de tela áspera o pelo de animal. Su nombre deriva de la palabra latina cilicium, capa de pelo de cabra de Cilicia. Su uso está documentado ya en el cristianismo primitivo, pero se difunde sobre todo a partir de la Edad Media entre las órdenes monásticas. Con posterioridad adquiere la morfología de púas de alambre.
Se usa en contacto directo con el cuerpo, atado al brazo o la pierna, para provocar dolor o incomodidad; su utilización, asociada a la religión cristiana, se considera un medio de mortificación para combatir las tentaciones e identificarse con los padecimientos de la Pasión de Jesucristo y alcanzar así los beneficios espirituales derivados.
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