Museo Museo Nacional de Escultura
Inventario CE0823
Clasificación Genérica Escultura; Mobiliario de guardar
Objeto/Documento Escritorio
Autor/a Anónimo
Conjunto Pareja de contadores
Materia/Soporte Escultura: Cera
Madera
Bronce
Técnica Escultura: Modelado
Policromado
Dimensiones Altura = 56 cm; Anchura = 102 cm; Profundidad = 43 cm; Peso = 42,30 Kg
Iconografia Cajón superior izquierdo, izquierda: Santo Domingo de Guzmán penitente;
Cajón superior izquierdo, derecha: San Francisco de Asís;
Cajón superior derecho, izquierda: Tentaciones de San Antonio Abad;
Cajón superior derecho, derecha: Ermitaño;
Cajón medio izquierdo, izquierda: San Juan Evangelista escribiendo el Apocalipsis;
Cajón medio izquierdo, derecha: Santa Bárbara;
Cajón medio derecho, izquierda: Martirio de San Sebastián;
Cajón medio derecho, derecha: San Juan Bautista;
Cajón inferior izquierdo, izquierda: Martirio de Santa Águeda;
Cajón inferior izquierdo, derecha: Santa Inés;
Cajón inferior derecho, izquierda: Aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua;
Cajón inferior derecho, derecha: Mártir;
figura femenina sedente atada a un poste
Datación 1651=1700
Contexto Cultural/Estilo Barroco español. Madrid
Lugar de Procedencia Convento de San Pablo (Dominicos), Valladolid (m)(Valladolid Centro, Valladolid (p))
Lugar Específico/Yacimiento Convento de San Pablo (Dominicos)
Clasificación Razonada Son dos los escritorios con unos países de bulto en las navetas que se recogen, de la sacristía del convento dominico de San Pablo, de Valladolid, durante el proceso desamortizador, figurando desde entonces inequívocamente descritos en los sucesivos inventarios y catálogos del Museo.
Este tipo de muebles, destinado principalmente a guardar documentos, presenta una gran variedad de formas, decoraciones y vocablos para su designación, utilizados indistintamente en la documentación de la época. Ya en el siglo XVIII el Diccionario de Autoridades precisa el contenido de cada término y define contador como cierto género de escritorio con seis u ocho gavetas, sin puertecillas ni adornos de remates o corredores, que son hechos para guardar papeles, descripción que se corresponde plenamente con estas sencillas cajoneras.
Lo que les confiere singularidad es la decoración del frente de sus seis cajones; cada uno acoge dos escenas protegidas por cristales con pequeñas figuras de cera coloreada, situadas en paisajes construidos con materiales diversos, sobre fondos pintados; la importancia de esta decoración llega a imponerse al objeto, determinando que en algunos inventarios se citen estos muebles como escaparates. Aunque en sentido estricto el término escaparate equivale a urna o vitrina, se extendió al contenido la denominación del contenedor cuando éste define el espacio donde se desarrolla una escena.
La utilización de la cera en este tipo de escenificaciones a pequeña escala, conocida en Italia en la segunda mitad del siglo XVI, llegó a España avanzado el XVII. Palomino menciona las diversas modalidades que adopta cuando atribuye al escultor Juan de Revenga cosas de cera, para urnas, cajones, escaparates y describe concretamente este tipo de mueble entre las obras de Gutierrez de Torices: un escritorio, que cada gaveta tiene un cajón en que se representa un país con diversas ideas, cosa en extremo peregrina.
En la pareja de escritorios del Museo los temas representados se identificaron como escenas de la vida eremítica, aunque sólo algunas lo son; lo que les unifica es el agreste paisaje habitado con más o menos coherencia por personajes diversos. En éste se identifican mártires en el suplicio, santas con su atributo, santos en éxtasis, retiro o penitencia; la escena inequívocamente eremítica, es también una de las más interesantes: San Antonio Abad es tentado en su retiro por una elegante dama, mientras un pequeño demonio observa.
En la sacristía de la iglesia de San Eutropio de El Espinar (Segovia) se conservan dos escritorios con igual solución para los cajones, aunque su estructura es más compleja, con un cuerpo central ocupado por una única escena; están firmados y fechados en 1698. No es este el caso de las piezas del Museo cuyo desconocido autor consigue más ingenuo encanto que calidad artística.
Bibliografía AGAPITO Y REVILLA, Juan. Catálogo de la sección de Escultura: 1916. Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid. Valladolid (m): 1916. p. 100, nº 543.

BOLAÑOS ATIENZA, María. Variaciones sobre la tentación. El Diablo, tal vez. El mundo de los Brueghel. Valladolid (m): 2018. pp. 42-55.

FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Rosario. Escritorio o contador. En: URREA FERNÁNDEZ, Jesús(dir). Museo Nacional de Escultura III: La realidad barroca. Valladolid (m): 2005. pp. 36-37.

FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Rosario. Escritorio o contador. Museo Nacional Colegio de San Gregorio: colección / collection. Madrid (m): 2009. pp. 234-235.

GONZÁLEZ MARTÍNEZ, Pedro. Compendio histórico y descriptivo de Valladolid seguido del catálogo de pinturas y esculturas que existen en el Museo de esta ciudad. Valladolid (m): 1843. p. 84.

MARTÍ Y MONSÓ, José. Catálogo provisional de Pintura y Escultura del Museo de Valladolid. Valladolid (m): 1874. p. 79.

PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, Antonio. El museo pictórico y escala óptica. Madrid (m): 1947. pp. 1015 y 1079.

PÉREZ PÉREZ, Ana María. Contador. En: MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA; PATIO HERRERIANO, MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO ESPAÑOL. Figuras de la exclusión. Valladolid (m): 2011. pp. 86-87.
Catalogación Fernández González, María del Rosario
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