| Descripción |
Cráneo. No conserva ninguna pieza dental. La mandíbula inferior está sujeta a la superior mediante dos cuerdas de fibra vegetal en los extremos. El orificio de la nariz ha sido rellenado con una pieza de madera. Las cuencas de los ojos se han rellenado con arcilla recubierta de una pasta negruzca y en el centro se han colocado conchas de cauri a modo de ojos. Los arcos supraciliares están marcados mediante incisiones, rellenas con un dibujo de retícula, también inciso. En la zona de los pómulos se han grabado dos estrellas esquemáticas de seis puntas. Se han realizado perforaciones circulares del hueso en la parte inferior de la mandíbula (3), en el centro de la mandíbula superior (1) y en la parte superior de la calota (2), así como en la zona de unión de la mandíbula inferior con la superior para pasar la cuerda con la que se sujeta la primera a la segunda.
Una de las prácticas rituales más arraigadas en todas las islas de los mares del Sur son las ceremonias en las que se da culto a los antepasados, ya que para sus habitantes los difuntos se convierten en espíritus, mantienen relaciones con sus parientes en dichas fiestas y ejercen control sobre su comportamiento en todas las actividades de la vida cotidiana. En estas ceremonias están presentes los huesos y cráneos de los difuntos, y éstos últimos se preparan con pintura, resina y arcilla para obtener el mayor parecido con el individuo muerto. Posteriomente se guardan en lugares especiales en los que se les da culto.
Esta pieza forma parte de una serie de siete cráneos adquiridos en Londres a un viajero inglés por Ignacio Bauer y Landauer (1891-1961), Presidente de la Comunidad Judía de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, que donó al entonces Museo Nacional de Antropología, Etnografía y Prehistoria, hoy Museo Nacional de Antropología.
EL ACCESO A LAS IMÁGENES DE RESTOS HUMANOS ESTÁ RESTRINGIDO. PARA MÁS INFORMACIÓN CONTACTE CON EL MUSEO: documentacion.mna cultura.gob.es
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