Foto: Ángel Martínez Levas

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Inventario 07577
Clasificación Genérica Estampas; Obra gráfica; Temática religiosa
Objeto/Documento Estampa
Autor/a Editor e impresor: Turgis, Louis Auguste (Lugar de nacimiento: Francia, 02/05/1818 - Lugar de defunción: París, 31/03/1894)
Título San Caralampio
Materia/Soporte Papel
Técnica Litografía
Dimensiones Altura = 459 mm; Anchura = 309 mm
Descripción Formato vertical en cuyo anverso se representa a una figura atacando a otra en un ambiente agreste. Una figura masculina barbada y sin pelo, que viste una casulla, se arrodilla con las manos juntas ante el pecho. Detrás de él, una figura masculina barbada desenfunda y eleva una espada con su mano derecha en actitud de atacar a la figura arrodillada. En la parte superior, a la izquierda, en un halo de luz aparece una figura masculina barbada con pelo largo, que lleva una corona de espinas y una túnica, portando una cruz. Acompañando a esta figura, vemos una figura infantil alada con una corona de laurel en su mano derecha y una hoja de palma en la izquierda.
A la izquierda, vemos una construcción con una torre rematada por una cúpula.
En el tercio inferior se encuentra la letra.

(Catalogación 2019)
Inscripciones/Leyendas Anverso, tercio inferior, centro, Número de lámina
364
Anverso, tercio inferior, centro, Título formal
SAN CARALAMPIO
Firmas/Marcas/Etiquetas Anverso, tercio inferior, bajo la imagen, Autoría de impresor y editor
Paris L. TURGIS Jne. Imp. r. Editeur, r. des Ecoles, 60. - et Maison à New York
Datación 1893[ca] (Fecha de publicación)
Contexto Cultural/Estilo Escuela francesa
Lugar de Producción/Ceca París (Francia, Europa)
Clasificación Razonada Louis Auguste Turgis fue un editor e impresor francés que fundó la imprenta "L. Turgis Jeune" hacia 1853. Se convirtió en una importante editorial de estampas e imaginería religiosa, de mediados del siglo XIX que tenía su sede en París. En 1856, Turgis abrió una nueva sede de su imprenta en Nueva York, con el nombre de J. Turgis & C." Tras su fallecimiento en 1894, su viuda y heredores continuaron con la imprenta hasta que la sede de Nueva York cerrara en 1908, finalizando la actividad de la imprenta en París en el año 1928.

Esta estampa apareció publicada en la obra titulada "Catalogue du fonds de L. Turgis et fils, éditeurs d´estampes et d´imagerie religieuses", en el año 1893. Se trata de un catálogo de las estampas que la empresa de Louis Auguste Turgis ofrecía a realizar, la mayoría de ellos de santos y de temática religiosa, siendo esta la número 364.

La litografía muestra la iconografía más recurrente para representar a San Caralampio, que ilustra el último capítulo de su leyenda. San Caralampio es un santo poco conocido, considerado el primer santo abogado de la peste y que fue martirizado en Asia menor. Su culto llegó a occidente debido a los viajeros que circulaban por Génova, Cartagena y Galicia. De España, pasaría a América, siendo muy venerado en ciudades mejicanas como Comitán y Veracruz, así como en Costa Rica y Colombia.
Según la leyenda, San Caralampio era un sacerdote que predicaba el cristianismo en tiempos del emperador Septimio Severo, a pesar de que los edictos imperiales lo prohibían. El presidente Luciano, ante las negativas de San Caralampio de acatar las órdenes, mandó castigarle a los soldados Porfirio y Bapto. El cuerpo del santo permaneció impoluto, provocando la conversión de los dos soldados y del capitán Lucio, que también intentó herirle sin éxito. Septimio Severo, lleno de ira por las noticias recibidas sobre San Caralampio, mandó a trescientos soldados para que llevaran al santo con clavos en el cuerpo y atado de la barba, desde Magnesia a Antioquía de Pisidia. Mientras, el demonio se apareció al emperador como un rey para advertirle de que perdió su ejército por culpa de un mago llamado Caralampio. Así, Septimio Severo, mandó que hirieran al santo en el pecho y lo quemaran vivo en la hoguera. Incluso, el propio emperador le lanzó ceniza caliente a la cara, provocando la conversión de su hermana, que lloró por sus pecados. Cuando el santo se aproximó a la leña, el fuego se apagó. Septimio Severo le hizo curar a un hombre endemoniado desde hacía 35 años y resucitar a un joven que llevaba tres días muerto. San Caralampio hizo lo que le ordenó el emperador y una multitud de gente se convirtió al cristianismo. Así, el santo se hizo célebre por sus prodigios y milagros, como hacer florecer árboles secos o convertir a buena parte de la población, llegando a conseguir la conversión de la hija del emperador, Santa Galena. Ante esto, el emperador mandó que lo degollaran. Justo antes de recibir el último golpe, el cielo se abrió y Cristo le dijo al santo que le acompañara y le pidiera lo que quisiera por haber padecido tanto en su nombre. San Caralampio dio gracias por su aparición y pidió que no hubiera ningún mal donde se depositaran sus reliquias ni en los lugares en los que se recordara su memoria, eliminando el hambre, la peste... y liberando las almas y los animales de todo mal. Jesús aceptó las peticiones del santo, y justo antes de ser decapitado, su alma ascendió a los cielos con Cristo, pasando a la vida eterna a los 113 años de edad.
Este último momento es el que vemos representado en la litografía. San Caralampio aparece como un anciano, vestido como un sacerdote con la casulla, de rodillas, esperando su martirio. En el momento en el que el verdugo se dispone a cortarle el cuello, se abre el cielo y aparece Jesucristo con la cruz de la resurrección y un ángel con la corona y la palma del martirio.
Catalogación Lozano Sánchez, Israel (12/02/2019)
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