| Descripción |
Carta sin firmar a Sorolla dándole una serie de indicaciones para cuando vaya a visitar ciertos lugares.
Bajo el epígrafe "Tarragona", informa de que la estación está en la parte baja nueva de la ciudad, llamada el puerto, pero que la verdadera ciudad está muy alta, y se sube en coche o en tranvía. La fonda de Europa están en la Rambla de San Agustín o Rambla vieja, cuya calle es la más baja de la ciudad antigua, y hay otra Rambla, la de San Juan, que es muy moderna y más grandiosa, paralela a la vieja pero más baja, y las dos Ramblas constituyen la mejor parte de la ciudad, siendo todo lo demás calles estrechas o medianas.
Le indica lo que hay que ver:
1. La plaza de la fuente, antiguo hipódromo, en uno de cuyos extremos está la casa de la ciudad y en los bajos, el Museo Arqueológico, el cual se puede ver dándole una pequeña propina al portero.
2. La torre de Pilatos, que hoy es una cárcel, y es una esquina de la antigua ciudad, hacia el lado del mar, y es romana.
3. La Catedral: el altar mayor, el altar mayor de la zona izquierda (sin fijarse en el sepulcro de D. Jaime al pie del coro), los tapices y cuadros (que si no están puestos, se los pidan a un sacristán), la pila bautismal y algo más. También debe ver las cuatro puertas de la Catedral, la principal frente a la plaza y la calle mayor, la lateral que es bizantina y la que comunica con el claustro, el cual también deben ver, y finalmente, la que comunica el claustro con el exterior.
4. El claustro de la catedral
5. El palacio arzobispal, detrás de la Catedral y mucho más alto que ésta, y si es posible entrar en el palacio y subir a la torre romana.
6. La iglesia de San Pablo, hoy abandonada, y detrás de la Catedral.
7. El seminario nuevo, también detrás de la Catedral.
8. Las murallas romanas que forman el recinto de toda la ciudad vieja y que deben verse por cuera de la ciudad, ya que tiene ronda para carruajes. Hay un trozo muy bueno desde el palacio arzobispal hacia abajo hasta la puerta del Rosario. Conviene también ver la torre octogonal que está situada en el parque, casi frente a la fonda, y asomarse a ver el mar desde el extremo de las Ramblas nueva y vieja.
Debe acudir a D. Juan Ramonacho, Director del Instituto situado en la Rambla vieja, y a D. Manuel Cuchi, farmacéutico, en la Calle de la Unión o subida desde el puerto a la ciudad, que es muy conocido. Los dos habrán recibido carta suya, facilitándole el ver bien Tarragona y una carta de recomendación para el conserje de Poblet.
Para ir a Poblet, le dice que tome el billete de ferrocarril hacia Espluga, que sale a las diez de la mañana y por la tarde, y por el camino hay paisajes admirables. La llega a Espluga es a las 12 y media, y para ir de la estación al pueblo hay que coger una tartana. En la estación le indicarán una buena casa de huéspedes situada en la Espluga, y también pueden hospedarse en una fonda nueva situada junto a la fuente, en pleno monte.
Después de almorzar, debe dirigirse al monasterio, tomando una tartana si está hospedado en Espluga, pero si está en la fonda pueden ir a pie, ya que el paseo es delicioso. Al conserje, deben presentarle una recomendación del Sr. Hernández, inspector de antigüedades de Zaragoza que les proporcionará el Sr. Ramonacho o el Sr. Cuchi, aunque quizá sea suficiente y más sencillo, darle una propina de dos francos. Una vez dentro deben verlo todo, y cree que el conserje vende algún librito y vistas fotográficas del lugar.
Si el tiempo es favorable, aconseja que vayan desde la estación a la fonda nueva, situada junto a la fuente de agua ferruginosa, para aprovechar después todas las horas que quedan de luz natural.
Le adjunta dos tarjetas y dice que ese mismo día escribirá por correo a los dos señores que le ha citado y al Dean. A éste deben entregarle la tarjeta que le adjunta cuando vayan a la Catedral de Tarragona, para que les enseñe algunas reliquias artísticas de primer orden.
|
