Descripción |
Escapulario rectangular en fieltro blanco, con imagen estampada sobre tela blanca, representando dentro de marco rectangular, a Nuestra Señora del Buen Consejo. La Virgen aparece con aureola y vestida con túnica y manto, en una tierna actitud con el Niño Jesús en su regazo, con la misma indumentaria y con aureola. Alrededor de la imagen doce estrellas en hilo blanco bordadas y colocadas simétricamente. En el reverso del escapulario, dentro de un marco rectangular, aparece en emblema del Papado, con las dos llaves cruzadas de San Pedro y timbrado con la Tiara papal; y alrededor de la imagen un ramo bordado con hilo blanco. En ambas caras, aparecen sendas inscripciones que hacen referencia a las oraciones de la Virgen. El escapulario se completa con una cinta de seda beige, que servía para colgarlo del cuello.
El escapulario es un símbolo religioso de la protección de María Madre de Dios a sus devotos y un signo litúrgico de devoción mariana que trae beneficios espirituales. El escapulario surgió, en torno a las Órdenes Religiosas, como una forma reducida y simplificada de llevar el hábito religioso. Para gozar de sus privilegios, éste debe ser impuesto, la primera vez, a través de un sacerdote y una oración de la Iglesia, convirtiéndose así en un símbolo de Consagración y Protección Divina. Además, todo escapulario debe tener forma cuadrangular o rectangular y estar hecho con dos pedazos de tela unidos entre sí por cordones o cintas, para echarlo al cuello y, así, una parte caerá sobre el pecho y otra sobre la espalda.
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