| Descripción |
Vista de la cabecera del Real Canal del Manzanares rodeada de árboles y arbustos. El monumento consiste en un muro con un arco central rodeado de dovelas y flanqueado por dos medallones con sendos retratos de perfil. En la parte superior, el muro dispone de un antepecho en cuyo centro destaca la escultura de un león sedente sobre un gran pedestal con inscripción en la cara que da al canal. A ambos lados del león, otros dos pedestales de menor tamaño sostienen las columnas de Hércules con la inscripción "Plus Ultra". A ambos lados del muro, una escalinata permite acceder a la parte superior desde las dos orillas del río.
Este dibujo está realizado en el anverso de la segunda hoja de un álbum de dibujos y estampas de José María Avrial y Flores (Madrid, 1807-1891) que representan distintas vistas de monumentos y paisajes de Madrid, Segovia, León y otras localidades de Castilla y León. En realidad, las doce estampas que contiene fueron pegadas a la primera hoja del álbum en un momento posterior. Y de los dibujos, los tres primeros son vistas de Madrid que pudo realizar en la década de 1830, antes de que en 1837 obtuviese por oposición la plaza en la Escuela de Bellas Artes de Segovia y se trasladase allí.
Como reza la inscripción, este dibujo representa el principio del Real Canal de Manzanares, un canal fluvial de navegación que pretendía unir por agua Madrid y Aranjuez para tener salida al río Tajo, y por él al mar. Su construcción fue ideada ya en tiempos de Felipe II pero el proyecto se puso en marcha mucho después, en el marco de las obras públicas acometidas por Carlos III, que continuaron hasta el reinado de Fernando VII con la participación en su diseño de Isidro González Velázquez, arquitecto de S.M. Concretamente, la cabecera del canal, representada en el dibujo, fue construida en 1818, conservándose el proyecto original de González Velázquez en el Archivo del Palacio Real. Finalmente, la infraestructura alcanzó los 20 km de longitud que separan Madrid de Rivas-Vaciamadrid, incluyendo 10 esclusas, una cabecera, un embarcadero en Madrid, y casas de personal y de mantenimiento, aprovechando la fuerza hidráulica para molinos. Se destinó principalmente al transporte de materiales de construcción, aunque el molino de la primera esclusa molía mármol para las porcelanas del Buen Retiro. Sin embargo, parece que sólo se utilizó durante un período de treinta años en tiempos de Isabel II, hasta la aparición del ferrocarril. Aunque una parte ha sido destruida, se conservan varias esclusas, edificios auxiliares y el propio cauce en gran parte del trazado, llegando el agua aún a algunos puntos.
Aunque José María Avrial destacó especialmente por su labor como escenógrafo, muy vinculada al madrileño teatro de la Cruz, son especialmente dignos de mención los numerosos dibujos que han permitido recuperar para la memoria de España muchos monumentos hoy desaparecidos. La delicadeza de su trazo es indiscutible en este dibujo para el que combina la tinta negra en el primer plano con una tinta más clara a medida que el paisaje se aleja, creando así el efecto de profundidad.
El Museo del Romanticismo conserva dos estampas que representan el embarcadero del Real Canal de Manzanares (inv. CE5728 y CE8255) y que, según consta en sus inscripciones, fueron litografiadas por Avrial a partir de una pintura suya. La segunda de ellas forma parte del álbum que nos ocupa, en el que no hay ningún dibujo del embarcadero; tan sólo éste del principio del Canal.
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