Clasificación Razonada |
La Alta Comisaría del Protectorado de Marruecos entre 1925 y 1928, y la Dirección General de Marruecos y Colonias, encargaron la construcción del Pabellón de Marruecos al arquitecto D. José Gutiérrez Lescura, Director de la Escuela de Artes e Industria Indígenas de Tetúan, surgiendo la colaboración entre éste y el pintor y artista especializado en arte musulmán Mariano Bertuchi. La Comisión Permanente, había adjudicado a esta región, una parcela colindante a su izquierda con el otro pabellón colonial del Golfo de Guinea (desaparecido) y a su derecha con el Pabellón de Colombia, que aún se conserva, dando fachada a la Avenida que se denominó de Molini.
El planteamiento del proyecto presentado intenta reflejar la definición arquitectónica de la región, resolviéndolo con la construcción de un edificio principal que reproduce "un tipo de vivienda de moros ricos" notable o nobles, flanqueados por otros de menor entidad, quedando un espacio entre estos y el pabellón central que debía simular una calle típicamente marroquí.
Exteriormente se configura como edificio religioso, y por tanto se articula con cubiertas de alminares, cúpulas y minaretes, que recuerdan a las mezquitas musulmanas, adornados con rejas de diseño árabe, tejados vidriados, celosías y puertas de madera de tracería. Todos los elementos cerámicos, artesonados, puertas, rejas y yeserías fueron diseñados, elaborados y colocados por miembros de la Escuela de Artes e Industrias Indígenas de Tetúan.
Alrededor del edificio central se construyeron edificios secundarios - dos laterales y otro que ocupa parcialmente en su trasera-, todos ellos prácticamente derribados excepto una pequeña edificación que aún se conserva, en los que se ubicaron siete bazares o bakalitos y un café musulmán, en los que se exponían y confeccionaban objetos de cuero, pinturas, joyas y babuchas, que nativos ejecutaban a la vista del público y los venían. Entre estos edificios comerciales y el pabellón principal, quedaba un espacio que simulaba una calle moruna, detalle este muy al gusto de las exposiciones de finales del siglo XIX, dadas a representar el exotismo de otras culturas. Uno de los objetivos del pabellón marroquí sera precisamente la promoción turistica del recién pacificado protectorado, aunque es cierto que la mayor parte del esfuerzo propagandístico se centró en el área de Tetuán.
Una vez concluida la Exposición, y al encontrarse parcialmente abandonado, el Ayuntamiento solicitó al Alto Comisario Español en Marruecos la propiedad de dicho pabellón, ya que debido a las condiciones jurídico administrativas que rigieron los pabellones concurrentes de iguales características, no pasaría al municipio hasta transcurrido los 75 años de su construcción. El 15 de Marzo de 1957 por decreto de la Alcaldía se ubica en este Pabellón el Servicio Municipal de Parques y Jardines que aún continúa en la actualidad.
FUENTES:
- "El Pabellón marroquí", José Lupiáñez Alvarez. Revista APAREJADORES núm. 34 /3º trimestre 1990.
- Historia de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Eduardo Rodríguez Bernal.
- Los pabellones de la Exposición Iberoamericana. Alberto Villar Movellán.
- El recinto de la exposición Iberoamericana. Área urbanizable. Pabellones y conservación. José María Cabeza Mendez
- Guía de la Exposición Iberoamericana 1929-1930,
- "Pabellones comerciales en la Exposición Iberoamericana. El pabellón Domecq". Amparo Graciani García. Revista APAREJADORES núm. 39 /4º trimenestre 1991
- «La presencia de Marruecos en la Exposición Iberoamericana de Sevilla: razones de un resurgimiento manipulado». Alberto Darías Príncipe en Boletín de Arte (Málaga) 19 (1998)
- «Marruecos en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla» de Santos Fernández en África. Revista de Tropas Coloniales (Ceuta) 53 (mayo de 1929).
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