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Museo Museo Juan Cabré
Inventario 0040
Clasificación Genérica Creencias y religión
Objeto/Documento Exvoto
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundido a la cera perdida
Dimensiones Altura = 146,50 mm; Anchura = 33 mm; Peso = 350 gr
Descripción Exvoto ibérico de bronce que representa una figura femenina orante con mitra. El rostro está muy bien definido y trabajado. De composición hierática, las piernas y pies, juntos, se sostienen sobre una base o plataforma rectangular. Muestra una mirada fija, nariz prominente, boca marcada mediante incisión, labio inferior con protuberancia y barbilla pronunciada. Orejas muy marcadas, a modo de buche bajo la mitra, cuello estilizado y nuez muy marcada. Viste una túnica con abundantes pliegues que le cubre todo el cuerpo casi hasta los tobillos. Pechos y glúteos bien marcados. La figura aparece en actitud de ofrenda con ambas manos: en la izquierda sostiene un elemento no identificado, mientras en la derecha, sobre cuyo brazo descansa la túnica, debía sostener algún pequeño cuenco con otras ofrendas.
Datación 400[ac]=201[ac] (Siglos IV-III a.C.)
Contexto Cultural/Estilo Horizonte Ibérico Pleno
Uso/función Religioso / ritual
Lugar de Procedencia España(Europa)
[Probablemente Santuario del Collado de los Jardines]
Clasificación Razonada Se trata de una pieza de magnífica factura. Pertenece a un tipo que no presenta velo ni cabello trabajado, los pliegues del vestido se ciñen al cuerpo y parece llevar un velo sobre los hombros y pecho que recoge con el brazo izquierdo. Presenta una mitra en forma de media luna que pertenece al tipo de tocado bajo y de perfil curvo sin cubrir de Prados (1992).
En cuanto a su origen, probablemente proceda del Santuario del Collado de los Jardines en Santa Elena o del Santuario de Cuevas de la Lobera (o de Vilches) en los Altos del Sotillo en Castellar, ambos en Jaén. Estos santuarios se hallaban enclavados en cuevas junto a fuentes y parajes abruptos, no siendo templos propiamente dichos, sino construcciones semejantes a los tesauroi griegos cuya finalidad sería almacenar durante algún tiempo los exvotos.
Ambos yacimientos, el de Collado de los Jardines y el de Cuevas de la Lobera, están considerados de gran importancia por la gran variedad y número de exvotos de bronce encontrados. Cronológicamente su apogeo se sitúa entre los siglos IV y III a.C., aunque se puede considerar una ocupación anterior desde tiempos pre y protohistóricos, así como un uso continuado en tiempos muy avanzados e incluso posteriores a la romanización.
La técnica de fabricación de estos exvotos era la fundición a la cera perdida, la manera habitual de fabricar los bronces votivos en la Hispania Prerromana. En estas figuras están representados fieles de todas las clases y géneros: mujeres, varones, personas pertenecientes a la élite guerrera, etc. Sin embargo, entre los exvotos ibéricos no se encuentra ninguno que represente a los dioses propios de su religión, ya que en ella el íbero buscaba ante todo una utilidad práctica. De uso ritual o votivo, estas figurillas eran ofrecidas a los dioses en agradecimiento de un beneficio o para implorar una curación personal o propiciar un bien.
La religión ibérica seguramente desconoció el sacrificio de víctimas en los santuarios, salvo quizás el de Palomas. La ofrenda sería el propio exvoto, en el que el devoto trataba de perpetuar su presencia ante el numen. Esta religión fue muy conservadora, no sólo por no dejarse influir por las divinidades de pueblos colonizadores, sino también por no darse fenómenos de sincretismo en los santuarios. En cuanto a los exvotos, los artistas ibéricos no sólo no modifican los temas recibidos, sino que les dan un carácter estático, repitiendo los modelos arcaicos consagrados por la tradición y copiándolos hasta el infinito.
Sin embargo, aunque en los santuarios ibéricos no hay asimilación a ningún dios griego o romano, se puede considerar el uso de exvotos como una influencia de las religiones mediterráneas. Este aspecto se encuentra en todo el Mediterráneo y los bronces ibéricos obedecen a prototipos mediterráneos, griegos o etruscos. Son normalmente de tipo personal, recuerdo de una curación o favor especial alcanzado o deseado de la divinidad a la que se ofrece, en esto son análogos a los exvotos de los santuarios griegos y sicilianos.
Bibliografía ÁLVAREZ OSSORIO, F.. Catálogo de los exvotos de bronce ibéricos. Volúmen I y II. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. 1941.

CALVO, I.; CABRÉ, J.. Excavaciones y Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Memorias de la Junta Superior de Excavaciones. Campañas 1916-1917 y 1918. Madrid, 1917-1918 y 1919. 1916.

LANTIER, R.. Bronzes votifs ibériques. París. 1935.

NICOLINI, G.. Bronces Ibéricos. Ed. Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1977.

NICOLINI, G.. Les Bronzes Figurés des sanctuaires Ibériques. Bibliothèque de L, École des Hautes Études Hispaniques, XLI. Presses Universitaires. París. 1969.

PRADOS, L.. Exvotos Ibéricos de bronce del Museo Arqueológico Nacional. Ministerio de Cultura. Madrid. 1992.

PRADOS, L.. Exvotos ibéricos de bronce: aspectos tipológicos y tecnológicos. Trabajos de Prehistoria, 45. 1988. pp. 175-199.

PRADOS, L.. Los exvotos anatómicos del Santuario Ibérico de Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Trabajos de Prehistoria, 49. 1991. pp. 313-332.
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