| Descripción |
Pintura mural que representa a Sansón, del Antiguo Testamento, como un hombre maduro, barbado y con melena. Está en pie, a izquierda del espectador, girado tres cuartos, con el torso ligeramente inclinado y las piernas flexionadas, en posición de arrancar con sus manos uno de los dos árboles de la escena.
La composición es equilibrada y se adapta hábilmente a la forma trapezoidal del espacio cuyo lado mayor, a la izquierda, se cierra con una greca de efecto tridimensional. La parte derecha ha sufrido pérdidas.
Obra de gran calidad que sigue modelos del gótico lineal e introduce elementos naturalistas del Trecento italiano. El trazo es ágil y seguro. El volumen se consigue mediante el tratamiento de plegado de paños. Predomina el rojo del fondo, verde, ocre y gris.
Esta pintura y la CE000052 se adaptaban a los espacios laterales que ocuparon.
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| Historia del Objeto |
La Institución Príncipe de Viana (IPV) mostró, desde sus inicios, su preocupación por la conservación de la pintura mural navarra y por que la titularidad de estos bienes pasara a la Diputación Foral de Navarra como una forma de protegerlas. Su planteamiento fue realizar campañas que permitiesen conservar las pinturas murales que albergaban algunas iglesias y palacios de la Comunidad Foral y que se encontraban en condiciones precarias.
La IPV tomó como modelo el caso de Cataluña donde la pintura mural era objeto de estudio y, a partir de 1942, se estaba procediendo al arranque y consolidación de los conjuntos pictóricos para su instalación en el Museo de Arte de Cataluña. A raíz de estos trabajos, se había formado, en Barcelona, un grupo de especialistas a los que se dirigió la IPV para que trabajaran en Navarra.
Los trabajos de arranque, traspaso a lienzo y consolidación de las pinturas murales fueron encargados a José Gudiol, historiador medieval, y a su hermano Ramón, restaurador.
Tras haber restaurado las pinturas del palacio de Óriz, en 1943, Ramón Gudiol, elaboró un presupuesto para arrancar y consolidar las pinturas de la catedral de Pamplona. Este presupuesto fue aprobado por la IPV, a la que la Diputación dotó de una partida presupuestaria para sufragarlos.
Antes de iniciarse los trabajos, la Institución Príncipe de Viana solicitó permiso al Cabildo de la Catedral, que aprobó las condiciones propuestas por la Institución para el arranque y restauración de las pinturas del claustro, refectorio y dormitorio de la catedral.
En 1944, se procedió a arrancar las pinturas murales de la catedral de Pamplona, de la iglesia de San Pedro de Olite y de la iglesia de San Saturnino de Artajona para trasladarlas a Barcelona, donde se traspasaron a lienzo, se limpiaron y restauraron, en el taller de los Gudiol.
Los trabajos realizados con estos conjuntos pictóricos finalizaron en el año 1946.
Tras las exposiciones de las pinturas murales, en 1947, en Barcelona, Madrid y Pamplona, IPV solicita al Cabildo de la catedral de Pamplona la autorización para que las pinturas murales fueran colocadas en el Museo de Navarra.
Esta pintura mural forma parte del conjunto de obras de arte que por acuerdo de la Excma Diputación Foral de Navarra, de 21 de noviembre de 1947, el Cabildo de la catedral Pamplona donó a la Diputación Foral de Navarra y ésta realizó un donativo de 1.100.000 pesetas para las necesidades del obispado.
Exposición: Pinturas murales de Navarra, Pamplona, Salón de Actos de los Institutos de Navarra, julio de 1947
Exposición: Pinturas murales de Navarra, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, febrero de 1947. El 24 de febrero de 1947, día de la inauguración, se concede la Medalla de Oro de honor a la Diputación Foral de Navarra, como reconocimiento a la labor realizada en la protección de los valores artísticos e históricos de la provincia a través de la Institución Príncipe de Viana. Catálogo, página 14
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Exposición: Museo Municipal de Arte Moderno de Barcelona, enero de 1947
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