Historia del Objeto |
La Institución Príncipe de Viana (IPV) mostró, desde su creación, en 1940, la preocupación por la conservación de la pintura mural navarra y por que la titularidad de estos bienes pasara a la Diputación Foral de Navarra como una forma de protegerlos. Su planteamiento fue realizar campañas que permitiesen preservar las pinturas murales que albergaban algunas iglesias y palacios de la Comunidad Foral, que se encontraban en condiciones precarias.
La IPV tomó como ejemplo el caso de Cataluña donde la pintura mural era objeto de estudio y, que a partir de 1942, se estaba procediendo al arranque y consolidación de los conjuntos pictóricos para su instalación en el Museo de Arte de Cataluña. A raíz de estos trabajos, se había formado, en Barcelona, un grupo de especialistas a los que se dirigió la IPV para que trabajaran en Navarra.
Los trabajos de arranque, traspaso a lienzo y consolidación de las pinturas murales se encargaron a José Gudiol, historiador medieval, y a su hermano Ramón, restaurador.
Tras haber restaurado las pinturas del palacio de Óriz, en 1943, Ramón Gudiol, elaboró un presupuesto para arrancar y consolidar las pinturas de la catedral de Pamplona. Este presupuesto fue aprobado por la IPV, a la que la Diputación Foral dotó de una partida presupuestaria para sufragarlos.
Antes de iniciarse los trabajos, la Institución Príncipe de Viana solicitó permiso al Cabildo de la Catedral, que aprobó las condiciones propuestas por la Institución para el arranque y restauración de las pinturas del claustro, refectorio y dormitorio de la catedral.
En 1944, se inician las tareas con las pinturas murales de la catedral de Pamplona, para continuar con las de la iglesia de San Pedro de Olite y de la iglesia de San Saturnino de Artajona. Una vez arrancadas, se trasladaron a Barcelona, donde se traspasaron a lienzo, se limpiaron y restauraron, en el taller de los Gudiol.
Los trabajos con estos conjuntos pictóricos finalizaron en el año 1946.
Las pinturas murales de la catedral de Pamplona, de San Pedro de Olite y de San Saturnino de Artajona se expusieron, en 1947, en Barcelona, Madrid y Pamplona. Una vez finalizada la exposición en Pamplona, la IPV solicitó al Cabildo de la catedral de Pamplona la autorización para que las pinturas murales fueran colocadas en el Museo de Navarra.
Esta pintura mural formó parte del conjunto de obras de arte, que por acuerdo de la Diputación Foral de Navarra, de 21 de noviembre de 1947, el Cabildo de la catedral de Pamplona donó a la Diputación Foral de Navarra y por el que ésta, a su vez, realizó un donativo de 1.100.000 pesetas para las necesidades del obispado.
Exposición: Pinturas murales de Navarra, Pamplona, Salón de Actos de los Institutos de Navarra, julio de 1947
Exposición: Pinturas murales de Navarra, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, febrero de 1947. El 24 de febrero de 1947, día de la inauguración, se concede la Medalla de Oro de honor a la Diputación Foral de Navarra, como reconocimiento a la labor realizada en la protección de los valores artísticos e históricos de la provincia a través de la Institución Príncipe de Viana. Catálogo, página 14
Exposición: Museo Municipal de Arte Moderno de Barcelona, enero de 1947
|