Foto: José María Espallargas Herrera

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Museo Museo Juan Cabré
Inventario 0235
Clasificación Genérica Creencias y religión
Objeto/Documento Exvoto
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundido a la cera perdida
Dimensiones Altura = 119,50 mm; Anchura = 44 mm; Peso = 197,60 gr
Descripción Exvoto ibérico de bronce que representa una figura armada. El rostro se halla apenas insinuado, con las orejas y los ojos realizados mediante ligeras depresiones y la zona bucal rehundida mediante limado. Viste túnica corta con cinturón. Porta casco con un penacho o pluma decorativa y sostiene un escudo ovalado en el brazo izquierdo, mientras que el derecho, levantado, debía sostener un arma actualmente perdida. Las piernas aparecen separadas, la izquierda más avanzada, y ha perdido el pie derecho.
El metal es estable y de factura tosca.
Datación 300[ac]=201[ac] (Siglo III a.C.)
Contexto Cultural/Estilo Horizonte Ibérico Tardío
Uso/función Religioso / ritual
Lugar de Procedencia Santuario del Collado de los Jardines, Santa Elena(Sierra Morena de Jaén (comarca), Jaén)
Lugar Específico/Yacimiento Santuario del Collado de los Jardines
Clasificación Razonada Este exvoto, que representa un soldado, aparece en la fotografía número 2957 del Archivo Cabré del Instituto del Patrimonio Cultural de España.
La panoplia de esta figura nos indica que se trata de una pieza de época romana, ya que tanto el escudo como el yelmo que porta son característicos de los soldados de la armada romana. Gracias al gran escudo oval con nervio podemos datar esta pieza a finales del siglo III a.C., dado que escudos de este tipo aparecen en el Arco de Orange. El arma desaparecida probablemente sería un pilum.
En cuanto a su procedencia, el Santuario de Collado de los Jardines se encuentra emplazado en Despeñaperros, en plena Sierra Morena Oriental, en el término municipal de Santa Elena (Jaén) y está considerado de gran importancia por la gran variedad y número de exvotos de bronce encontrados, unos 2.500 aproximadamente. Estos santuarios se hallaban enclavados en cuevas junto a fuentes y parajes abruptos, no siendo templos propiamente dichos, sino construcciones semejantes a los tesauroi griegos cuya finalidad sería almacenar durante algún tiempo los exvotos. Las primeras investigaciones arqueológicas oficiales del Santuario del Collado de los Jardines, sufragadas por la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, se llevaron a cabo entre 1916 y 1918 bajo la dirección de Juan Cabré e Ignacio Calvo. Fruto de estas excavaciones surgió la hipótesis general, aceptada hasta la actualidad, que sitúa cronológicamente el apogeo de este santuario entre los siglos IV y III a.C. No obstante, se puede considerar una ocupación anterior desde el siglo VII a.C., así como un uso posterior en época emiral y en el siglo XVIII.
La técnica de fabricación de estos exvotos era la fundición a la cera perdida, la manera habitual de fabricar los bronces votivos en la Hispania Prerromana. En estas figuras están representados fieles de todas las clases y géneros: mujeres, varones, personas pertenecientes a la élite guerrera, etc. Sin embargo, entre los exvotos ibéricos no se encuentra ninguno que represente a los dioses propios de su religión, ya que en ella el íbero buscaba ante todo una utilidad práctica. De uso ritual o votivo, estas figurillas eran ofrecidas a los dioses en agradecimiento de un beneficio o para implorar una curación personal o propiciar un bien.
La religión ibérica seguramente desconoció el sacrificio de víctimas en los santuarios, salvo quizás el de Palomas. La ofrenda sería el propio exvoto, en el que el devoto trataba de perpetuar su presencia ante el numen. Esta religión fue muy conservadora, no sólo por no dejarse influir por las divinidades de pueblos colonizadores, sino también por no darse fenómenos de sincretismo en los santuarios. En cuanto a los exvotos, los artistas ibéricos no sólo no modifican los temas recibidos, sino que les dan un carácter estático, repitiendo los modelos arcaicos consagrados por la tradición y copiándolos hasta el infinito.
Sin embargo, aunque en los santuarios ibéricos no hay asimilación a ningún dios griego o romano, se puede considerar el uso de exvotos como una influencia de las religiones mediterráneas. Este aspecto se encuentra en todo el Mediterráneo y los bronces ibéricos obedecen a prototipos mediterráneos, griegos o etruscos. Son normalmente de tipo personal, recuerdo de una curación o favor especial alcanzado o deseado de la divinidad a la que se ofrece, en esto son análogos a los exvotos de los santuarios griegos y sicilianos.
Bibliografía ÁLVAREZ OSSORIO, F.. Catálogo de los exvotos de bronce ibéricos. Volúmen I y II. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. 1941.

CALVO, I.; CABRÉ, J.. Excavaciones y Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Memorias de la Junta Superior de Excavaciones. Campañas 1916-1917 y 1918. Madrid, 1917-1918 y 1919. 1916.

LANTIER, R.. Bronzes votifs ibériques. París. 1935.

NICOLINI, G.. Bronces Ibéricos. Ed. Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1977.

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PRADOS, L.. Los exvotos anatómicos del Santuario Ibérico de Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Trabajos de Prehistoria, 49. 1991. pp. 313-332.
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