Foto: José María Espallargas Herrera

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Museo Museo Juan Cabré
Inventario 0243
Clasificación Genérica Creencias y religión
Objeto/Documento Exvoto
Materia/Soporte Bronce
Técnica Fundido a la cera perdida
Dimensiones Altura = 58,50 mm; Anchura = 35 mm; Peso = 37,70 gr
Descripción Exvoto ibérico de bronce en forma de gallo. La figura, de forma estilizada, permite apreciar las características anatómicas del gallo: la cresta, el pico y las barbillas, así como la cola y las patas, estas últimas separadas y acabadas en bloque a modo de peana.
El metal es estable y presenta abundantes acciones de limado y restos de rebaba de la fundición.
Datación 200[ac]=100 (Siglos II-I a. C.)
Contexto Cultural/Estilo Horizonte Ibérico Tardío
Uso/función Religioso / ritual
Lugar de Procedencia Santuario de Cuevas de la Lobera, Castellar (Condado, El (comarca))(Condado (El) (comarca), Jaén)
[Procedencia probable, según Casanovas Romeu y Rovira Port]
Lugar Específico/Yacimiento Santuario de Cuevas de la Lobera
Clasificación Razonada La presencia de exvotos de animales en los santuarios ibéricos no es puntual. Calvo y Cabré explican que en la primera campaña de excavaciones en el santuario del Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén) en 1916 aparecieron exvotos en forma de caballo. En la campaña de 1918 se halló un gallo con las alas extendidas, mientras que en la de 1917 aparecieron osos y toros. El gallo es más frecuente en la pequeña metalistería romana, por lo que tal vez esta pieza pueda asociarse a momentos más tardíos
En cuanto a su origen, probablemente proceda del Santuario de Cuevas de la Lobera (o de Vilches). Emplazado en el paraje denominado Altos del Sotillo, en el término municipal de Castellar (Jaén), está considerado de gran importancia por la gran variedad y número de exvotos de bronce encontrados. Estos santuarios se hallaban enclavados en cuevas junto a fuentes y parajes abruptos, no siendo templos propiamente dichos, sino construcciones semejantes a los tesauroi griegos cuya finalidad sería almacenar durante algún tiempo los exvotos. Cronológicamente su apogeo se sitúa entre los siglos IV y III a.C. No obstante, se puede considerar una ocupación anterior desde época pre y protohistórica, así como un uso posterior hasta tiempos avanzados de la romanización.
La técnica de fabricación de estos exvotos era la fundición a la cera perdida, la manera habitual de fabricar los bronces votivos en la Hispania Prerromana. En estas figuras están representados fieles de todas las clases y géneros, así como animales, como el caso que nos ocupa. Sin embargo, entre los exvotos ibéricos no se encuentra ninguno que represente a los dioses propios de su religión, ya que en ella el íbero buscaba ante todo una utilidad práctica. De uso ritual o votivo, estas figurillas eran ofrecidas a los dioses en agradecimiento de un beneficio o para implorar una curación o propiciar un bien. En el caso de las figuras de animales, se cree que representaban animales domésticos y que estas esculturillas eran ofrecidas para procurar a los animales algún bien, curación o fecundidad o para agradecer algún favor ya concedido.
La religión ibérica seguramente desconoció el sacrificio de víctimas en los santuarios, salvo quizás el de Palomas. La ofrenda sería el propio exvoto, en el que el devoto trataba de perpetuar su presencia ante el numen. Esta religión fue muy conservadora, no sólo por no dejarse influir por las divinidades de pueblos colonizadores, sino también por no darse fenómenos de sincretismo en los santuarios. En cuanto a los exvotos, los artistas ibéricos no sólo no modifican los temas recibidos, sino que les dan un carácter estático, repitiendo los modelos arcaicos consagrados por la tradición y copiándolos hasta el infinito.
Sin embargo, aunque en los santuarios ibéricos no hay asimilación a ningún dios griego o romano, se puede considerar el uso de exvotos como una influencia de las religiones mediterráneas. Este aspecto se encuentra en todo el Mediterráneo y los bronces ibéricos obedecen a prototipos mediterráneos, griegos o etruscos. Son normalmente de tipo personal, recuerdo de una curación o favor especial alcanzado o deseado de la divinidad a la que se ofrece, en esto son análogos a los exvotos de los santuarios griegos y sicilianos.
Bibliografía ÁLVAREZ OSSORIO, F.. Catálogo de los exvotos de bronce ibéricos. Volúmen I y II. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. 1941.

BOUCHER, S.. Bronzes romains figurés du Musée des Beaux-Arts de Lyon. Lyon. 1973.

CALVO, I.; CABRÉ, J.. Excavaciones y Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Memorias de la Junta Superior de Excavaciones. Campañas 1916-1917 y 1918. Madrid, 1917-1918 y 1919. 1916.

GARCÍA BELLIDO, A.. Arte Ibérico en España. Ed. Espasa-Calpe. Madrid. 1980.

LANTIER, R.. Bronzes votifs ibériques. París. 1935.

NICOLINI, G.. Bronces Ibéricos. Ed. Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1977.

NICOLINI, G.. Les Bronzes Figurés des sanctuaires Ibériques. Bibliothèque de L, École des Hautes Études Hispaniques, XLI. Presses Universitaires. París. 1969.

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PRADOS, L.. Exvotos ibéricos de bronce: aspectos tipológicos y tecnológicos. Trabajos de Prehistoria, 45. 1988. pp. 175-199.

PRADOS, L.. Los exvotos anatómicos del Santuario Ibérico de Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaén). Trabajos de Prehistoria, 49. 1991. pp. 313-332.
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