Foto: Hugo Roglan

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Museo Museo Juan Cabré
Inventario 0563
Clasificación Genérica Adornos y complementos
Objeto/Documento Collar
Materia/Soporte Ámbar [y pasta de vidrio]
Técnica Técnica mixta [molde, tallado, soplado]
Dimensiones Longitud = 600 mm; Grosor máximo = 12,40 mm; Grosor mínimo = 2,50 mm; Peso = 18,30 gr
Colgante: Longitud = 30 mm
Descripción Collar formado por 76 cuentas a las que hay que sumar dos cuentas más del colgante. Cincuenta y cinco de ellas son de ámbar de formas toneliformes y cúbicas irregulares y el resto de pasta de vidrio de color azul tornasolado, azul verdoso y azul intenso de formas que varían entre minúsculas cuentas cilíndricas, cuentas cilíndricas alargadas, cilíndricas helicoidales, bitronco-cónicas y globulares. Las dimensiones medias de las cuentas de ámbar es de 9 mm., mientras que las cuatro cuentas cilíndricas de pasta de vidrio tienen una media de 14 mm. de largo y 3 mm. de grosor. Finalmente, el colgante compuesto por dos únicas cuentas de pasta de vidrio tiene unas dimensiones totales de 29 mm. de largo.
Datación 401=600 (Siglos V-VI d.C.)
Contexto Cultural/Estilo Cultura Visigoda
Uso/función Decoración personal, vestuario.
Lugar de Procedencia Necrópolis de Tútugi, Galera (Huéscar (comarca))(Huéscar (comarca), Granada)
Lugar Específico/Yacimiento Necrópolis de Tútugi
Clasificación Razonada La identificación de la procedencia se basa en la fotografía número 1191 del Archivo Juan Cabré de la Fototeca del Patrimonio Histórico (IPCE) Ministerio de Cultura. El negativo de placa de vidrio de esta fotografía lleva una inscripción de puño y letra de Cabré con la palabra Galera y además en el inventario del IPCE se añade la información concreta de Tútugi. En 1918 J. Cabré fue nombrado delegado-director de las excavaciones de la extraordinaria necrópolis tumular ibérica de Tútugi, Cabré levanta una planimetría que publica en 1920 (Cabré, J.; Motos, F.; 1920) en la que ubica todos los restos ibéricos localizados junto con el emplazamiento de un grupo de sepulturas -que el califica de visigodas- situadas en la margen meridional del río Orce, muy próximas a la zona III de la necrópolis ibérica de Tútugi. Esta información permite fijar este conjunto sepulcral visigótico en un área geográfica próxima a la provincia bizantina de Spania donde en consecuencia, la influencia bizantina debió ser muy importante.
La política justinianea de recuperar el Imperio Renovatio Imperii impulsó a Bizanciao a expansionarse por los antiguos territorios del Mediterráneo Central y Occidental ocupando el sureste y el sur de Spania junto con las Islas Baleares y creando una provincia extendida a lo largo de la costa, básicamente desde Denia hasta más allá de Cádiz.

Los visigodos veían en el enterramiento el lugar al que se debe llegar con las mejores galas. La población se enterraba separada del grupo hispano-romano, inhumándose en cementerios caracterizados por el alineamiento de sus tumbas, conformadas por una simple fosa señalizada mediante un pequeño promontorio de tierra. En todas ellas se han encontrado ajuares funerarios acompañando al cadáver, norma contraria a la de las grandes necrópolis tardo-paleocristianas de finales del siglo V y principios del VI en las que se enterraban a los hispanorromanos. Los objetos principales encontrados en los ajuares fúnebres visigodos pueden resumirse en tres: joyas, armas y arreos de caballos de los que sólo se conserva la parte metálica de las piezas: fíbulas, hebillas, broches, collares, anillos, etc. que suelen destacarse por la perfección y finura en su elaboración. Tal trío de productividad nos indica los tres grandes principios godos: la joyería no es sino la representación plástica de la idea de riqueza y poderío que el visigodo, en paralelismo con el Imperio de Bizancio, quiere mantener vivo en su reino; las armas el símbolo de la nobleza y del valor de un pueblo esencialmente dedicado a lo largo de su historia a acciones bélicas; los arreos de caballo el sentido del prestigio social de los jinetes visigodos, la idea del caballero que heredada del mundo clásico, marcará una constante en nuestra sociedad, arte e historia.

Existió en el mundo visigodo gran aprecio por la joyería y el gusto por el adorno personal, las joyas eran un símbolo de prestigio y se consideraban imprescindibles en el atuendo, sobre todo en aquellos que gozaban de un cierto status social.
La orfebrería visigoda es de técnica y estética opuesta a la hispanorromana. En sus piezas se busca sobretodo, un efecto de riqueza y una gran policromía. La riqueza suele ser más aparente que real, ya que los materiales utilizados, en general, no eran excesivamente costosos (láminas de plata y oro, bronce, etc.). La policromía la obtienen por un acompañamiento profuso de piedras preciosas o semipreciosas, vidrios o pastas vítreas de rico cromatismo (como en el caso de este collar). El mérito de esta joyería viene dado por la hermosa apariencia y por la imaginación del artista visigodo al crear piezas de fínisima elaboración con unos materiales de escaso valor.
En los ajuares de las inhumaciones excavadas aparecen todo tipo de adornos personales, en el caso de los collares, eran casi siempre de cuentas realizadas en ámbar, pasta vítrea o piedras duras.
Bibliografía MACZYNSKA, M.. Wesgotischen perlen. Madrider Mittelilungen, 33. 1992. pp. 145-183.

RIPOLL LÓPEZ, G.. La ocupación visigoda en época romana a través de sus necrópolis (Hispania). Col.lecció de tesis microfitxades, núm. 912. Servei de Publicacions de la Universitat de Barcelona. Barcelona. 1991.

ZEISS, H.. Die Grabfunde ausdem spanichen Wesgoten-Reich. Berlin-Leipzig. 1934. Lám. 3 núm. 9.
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Foto: José María Espallargas Herrera

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