Clasificación Razonada |
Las plumillas eran un objeto de escritorio imprescindible en la escuela hasta la introducción del bolígrafo (hacia 1940-50), estando vinculados a los tinteros que podían ser exentos o de pupitre.
El plumín es una lámina de metal con una forma determinada que funciona como punta. Está diseñada para distribuir la tinta de forma más o menos uniforme sobre la superficie a escribir, mediante una ranura central que separa el plumín en dos gavilanes o lados. Puede ser funcional o estar muy ornamentado. Los plumines eran intercambiables porque se deterioraban con más frecuencia por el uso que los maguilllos, y se solían vender en cajas de 100 unidades [NIG 00919]. Además, podían intercambiarse por plumines de diferentes tipos, diseñados para realizar trazos más finos o gruesos o para líneas específicas, según su finalidad: escritura, dibujo artístico, dibujo lineal... los dibujantes de cómic o ilustradores utilizan diferentes tipos de plumines más especializados.
En la escuela, el maestro solía tener una botella con la tinta líquida [NIG 03706] que repartía en los tinteros de sus alumnos, e incluso tenía que prepararla moliendo barras de tinta [NIG 00468] o con unos sobres con polvos de tinta [NIG 03953] y disolviendo los polvos en agua. El alumno debía ocuparse de limpiarlo cada día, y para ello eran más útiles los de cerámica que otros modelos posteriores de hojalata. También existen otros modelos, como tinteros hechos de madera [NIG 02263]. Algunos de los más antiguos eran de vidrio, como la pieza NIG 00933.
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