Clasificación Razonada |
La obra pertenece a la carpeta Metempsicosis, ejemplar nº22, formada por 5 serigrafías y 5 textos asociados, de Tomás Marco. El IAACC Pablo Serrano conserva también el ejemplar nº 6 de esta carpeta.
Abel Martín es considerado uno de los mejores estampadores del siglo XX, gran maestro de la serigrafía y figura clave en la reproducción y difusión del arte contemporáneo en España. Aprende la técnica de la serigrafía en París y la utilizará en sus propias obras y para otros artistas, especialmente su amigo Eusebio Sempere, introduciendo la técnica en España a su regreso en 1960. La serigrafía es una herramienta popularizada en los años sesenta para reproducir colores puros, geometrías exactas, planos sin claroscuros, técnica perfectamente alineada con el arte concreto que practicará Martín.
Abel Martín y Eusebio Sempere realizan bellísimas serigrafías de su autoría y también de sus amigos artistas, difundiendo así el arte abstracto, hasta ese momento desconocido. Al principio, Sempere y Abel trabajan juntos y después, a mediados de los años 60, Abel sólo se encarga del proceso técnico, estampando toda la obra gráfica de Sempere.
Abel Martín trabaja para el denominado Grupo de Cuenca entre los años 1963 y 1964, y después de su creación, para el Museo Abstracto de Cuenca, para el que estampa las primeras carpetas. También realiza serigrafías para, entre otros, Soledad Sevilla, Asins, Chillida, Palazuelo, Millares, Saura, Mompó, Rueda o Andreu Alfaro.
Abel se convirtió en referencia del oficio de serígrafo, con una gran calidad en la realización de estampas y libros que salían de los talleres de Cuenca primero y de su taller en Madrid después. Trabajaba con la convicción de que la obra gráfica merecía status de obra original y de que ponía el arte contemporáneo al alcance de una gran mayoría de público.
Desde 1968 a 1972, Abel Martín estampa sus propias serigrafías, apenas una veintena de obras en tres carpetas, entre ellas Metempsicosis, con textos de Tomás Marco; posteriormente estampa Musical, con texto de Enrique Delgado y seis partituras musicales, y Redes, con un cuento de Florentino Briones, además de una serie de serigrafías sueltas. En todas ellas trabaja desde la geometría, sobre el plano o sobre la curva, por medio de lenguajes de programación muy próximos al Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, en cuyos seminarios participa activamente.
Abel Martín es uno de los artistas pioneros del movimiento analítico-normativo en España, del Arte Óptico, tendencia que surge en los años sesenta siguiendo la senda de la tradición de vanguardia del constructivismo, del arte analítico y concreto. Son tendencias en las que prima la geometría, el orden, lo analítico, la objetividad, con ausencia de la representación, el gesto y lo orgánico.
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