Museo Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano
Inventario 2015.02.0001
Clasificación Genérica Pintura
Objeto/Documento Cartel
Autor/a Colectivo Plástico de Zaragoza (Fecha de nacimiento: 1976 - Fecha de defunción: 1979)
Título ¡Vallas al pueblo no!
Materia/Soporte Tablex
Técnica Pintura al acrílico
Dimensiones Con marco: Altura = 264 cm; Anchura = 287 cm
Descripción Sobre un fondo azul claro, la composición de la obra gira en torno a la imagen central de una paloma blanca, vista través de la mira de un arma de fuego. La parte inferior de la composición está ocupada por la representación de formas ondulantes, principalmente en tonos verdes aunque también en amarillos y rojos, que imitan elementos vegetales. La obra se completa con la importante presencia de inscripciones que ocupan la parte superior de la obra, con el eslogan "VALLAS AL PUEBLO NO!!!", y la parte inferior donde, de izquierda a derecha, se puede leer "LOCALES PARA JOVENES CASA DE LA CULTURA", "TIRO DE PICHÓN" y "PARQUES PÚBLICOS AMNISTÍA".
Inscripciones/Leyendas Lateral superior, Pintura al acrílico, español
Colectivo Plástico de Zaragoza
VALLAS AL PUEBLO NO!!!
Ángulo inferior izquierdo, Pintura al acrílico, español
Colectivo Plástico de Zaragoza
LOCALES PARA JOVENES
CASA DE LA CULTURA
Zona central del tercio inferior, Pintura al acrílico, español
Colectivo Plástico de Zaragoza
TIRO DE PICHÓN
Ángulo inferior derecho, Pintura al acrílico, español
Colectivo Plástico de Zaragoza
PARQUES PUBLICOS
AMNISTIA
Datación 1977
Uso/función Este panel fue realizado con el fin de ser utilizado como pancarta en una manifestación organizada por la ACF de la Almozara para recorrer las calles del barrio.
Clasificación Razonada El Colectivo Plástico de Zaragoza fue uno de los grupos artísticos zaragozanos más involucrados en el proceso de cambio iniciado con la Transición, al situarse dentro de los postulados del arte comprometido, entendido como un instrumento consagrado a la lucha social. Este posicionamiento reflejaba las inquietudes de sus integrantes, algunos de los cuales militaban activamente en organizaciones como el MC, sindicatos obreros y otros partidos de izquierda. Sin embargo, y a pesar de su vinculación en el plano personal, el CPZ se declaró independiente de cualquier organización política con el fin de evitar enfrentamientos internos y salvaguardar su libertad. De acuerdo con su compromiso, el CPZ puso en práctica un activismo social, cultural y político que estuvo dirigido, principalmente, a la reivindicación de mejoras para los barrios. En estos casos, el grupo actuaba como un elemento de apoyo a la labor de las Asociaciones de Cabezas de Familia mediante la realización de pinturas murales, carteles y pegatinas, entre otros, donde mostraban imágenes y lemas alusivos a las demandas que planteaba la asociación en cuestión. Dentro del conjunto de acciones llevadas a cabo por el CPZ, la pintura mural representó su mayor aportación, tal y como reconocía el propio grupo cuando afirmaba que «queda suficientemente claro que, de todas las actividades llevadas a cabo por el C.P.Z., destaca claramente la ejecución de pinturas murales en la calle». Desde el origen del grupo y hasta el momento de su disolución, ésta constituiría su principal vía de actuación dada la repercusión que ofrecía a la hora de difundir la protesta social y los lazos que permitía entablar con los ciudadanos. Era, por otra parte, la manifestación artística que mejor conectaba con el discurso defendido desde el CPZ, concibiendo estas intervenciones como «un medio de comunicación a través de esa pintada, utilizándola a la par como forma desmitificadora del arte, hasta que llegue un día en que todos cojan un pincel y se expresen en las paredes».

La Asociación de Cabezas de Familia del barrio de la Almozara, también conocido como barrio de la Química, fue una de las muchas asociaciones vecinales de la ciudad de Zaragoza que en la década de los setenta adoptó una postura activa en la lucha por la mejora de las condiciones de vida de los barrios, recurriendo en sus acciones a la colaboración con el CPZ, entre otras vías de expresión. Sus exigencias, buena parte de ellas comunes a las manifestadas desde otras zonas de Zaragoza, se referían a la falta de centros escolares, al asfaltado de calles, a la ausencia de zonas verdes y, por encima de todo, al traslado de la Industria Química por el grave perjuicio que ocasionaba su presencia en el vecindario. Con gran insistencia, la asociación se dedicó a enviar cartas de protesta a la prensa local y a organizar manifestaciones y jornadas de debate desde las que denunciar la situación del barrio; en ocasiones, estos actos se vieron frustrados por la denegación del permiso oficial, pero en otros momentos pudieron celebrarse satisfactoriamente. Éste sería el caso de la semana que la asociación dedicó a tratar los problemas que acuciaban a los barrios de la ciudad, a través de conferencias, asambleas y festivales donde también participó el CPZ. Siguiendo su línea de trabajo habitual, la actividad consistió en la realización conjunta, entre los miembros y los vecinos de la Almozara, de cuatro pinturas sobre paneles de táblex en las que se expusieron las denuncias entonadas desde el barrio: el traslado de la Química y del Club Tiro de Pichón, la creación de escuelas y de zonas verdes y el asfaltado de las calles del barrio. Una vez terminadas, estas pinturas fueron exhibidas, a modo de pancartas, en las manifestaciones que recorrieron las calles del barrio, para posteriormente quedar instaladas en la sede de la asociación.

La pintura que nos ocupa fue concebida para reivindicar la creación de más zonas verdes para el barrio, señalando directamente a las instalaciones de la Sociedad Tiro de Pichón, que se convirtieron en el blanco, y nunca mejor dicho, de las protestas de la asociación. El origen de este club se encontraba a finales de los años cuarenta, cuando un grupo de zaragozanos de clase acomodada fundaba y emplazaba en el Soto de la Almozara las instalaciones de la Sociedad de Tiro de Pichón, que se irían ampliando en los años siguientes. Fue en los años setenta, cuando la presencia de este club comenzó a ser objeto de críticas por parte de la asociación de la Almozara que, en 1976, elevó un oficio a las autoridades donde manifestaba su disconformidad por los daños que ocasionaba al barrio; por un lado, razonaban su denuncia presentando «las quejas de los vecinos de ese barrio, cuyas viviendas están próximas a las instalaciones del Tiro de Pichón, en cuya parte posterior, se dice en el citado oficio, se practica el tiro al plato, con grave riesgo de la integridad física de los vecinos»; por otro lado, planteaban el desalojo de las instalaciones, basando su reclamación en el hecho de que el club se levantara sobre unos terrenos que tenían la calificación de «zona verde pública», a lo que añadían que «recientemente se pretendiera extenderlas a terrenos públicos destinados a la construcción de un parque». Esta cuestión se convirtió en la protagonista del segundo mural que, bajo el lema «Vallas al pueblo no!!!», reclamaba el cierre del club. Acompañando al texto, se incluyó también una imagen muy gráfica, consistente en una paloma vista a través del visor de una escopeta, una representación alusiva a la actividad desarrollada en el club que también podríamos interpretar como una metáfora del deseo de terminar con su presencia en la Almozara. El mural se completaba con inscripciones que apuntaban a la creación de casas de cultura, locales para los jóvenes y espacios públicos, servicios que podrían verse satisfechos si los terrenos que ocupaba el club fueran disfrutados por el barrio y no por una sociedad privada. A pesar de las reiteradas protestas, los vecinos de la Almozara no lograron que se trasladaran las instalaciones del Tiro de Pichón que, a día de hoy, siguen ubicadas en ese mismo emplazamiento.

De toda la producción que el CPZ llevó a cabo durante sus años de actividad, estas pinturas, a excepción de un cuarto panel que no se ha conservado, son las del CPZ que han llegado hasta la actualidad, gracias a que la Asociación de Vecinos de la Almozara dejó esas tablas en exposición dentro de sus instalaciones.
Catalogación Grau Tello, María Luisa
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