Descripción |
María, arrodillada en medio de una estancia, interrumpe su lectura piadosa para recibir la noticia de que va dar a luz a un niño al que pondrá de nombre Jesús. El portador de la buena nueva es el arcángel San Gabriel, enviado de Dios Padre, que contempla la escena desde un celaje abierto rodeado de querubines. Todos los elementos que rodean a la Virgen, azucenas, lirios, rueca, actúan como símbolos de su pureza según la iconografía tradicional.
El cuadro está firmado por Alonso López de Herrera, pintor nacido en Valladolid (España) que se trasladó al virreinato novohispano a comienzos del siglo XVII. En él desarrolló una amplia actividad artística en la que evidencia su formación manierista, aunque mantiene un gusto permanente por los elementos naturalistas, que trata con una gran minuciosidad, cercana a los modelos de la pintura flamenca, como puede advertirse en todos los detalles que aluden a los símbolos de la pureza de María, fundamentales en esta representación.
Su obra adquirió un extraordinario prestigio entre sus contemporáneos, que se referían a él como "el divino Herrera".
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