Clasificación Razonada |
Las rosas o joyas de pecho se consideran el antecedente de los actuales broches.
En los inventarios de la época se la llama joya de pecho o joya, a secas, si forma parte de algún aderezo. Consiste, generalmente, en un motivo redondeado (rosa) con morrión, copete o lazada que la acompañarán hasta el siglo XVIII, evolucionando posteriormente en otros modelos. La rosa en su evolución es desmontable y a veces lleva algún pinjante. El armazón puede ser de oro o plata dorada calada o cincelada o de filigrana. Pueden llevar diamantes o piezas falsas, las perlas tipo aljófar se utilizarán mucho en las décadas de los 60 y 70, y se insertaban con un hilo metálico cubriendo la estructura del anverso de la joya. De este tipo de Rosa en la colección del MNAD hay algunos ejemplares que recuerdan a las joyas que se realizaron para la Familia Real y directamente inspiradas en las que pintara Velázquez, que, aunque más modestas y un poco más tardías, se fecharía en la década de los 70, su función decorativa es la misma, por el ejemplo la pieza con el número de inventario 1528.
Otro modelo de Rosas son las que tienen ventana, que se agrandan en los años 70 creciendo en importancia el marco. Dentro de estas ventanas se guardaban una imagen religiosa en la cara exterior y la cara posterior quedaba oculta a modo de devoción particular.
A finales de la centuria, las rosas de pecho, realizadas con filigrana de hojarasca y forma acorazonada, serán la referencia de los futuros petos.
Al final del siglo están de moda los escotes bajos en cuyo se coloca una joya importante, acompañada de cintas textiles. Es frecuente encontrar corbatas con una lágrima colgante, o unidas por lazadas multicolores a otras joyas, cubriendo la pechera del vestido en una sucesión de elementos que anuncia la joya reina del siglo XVIII, el peto. Éste, también se llama brocamante, y es una joya de perfil en media luna que deriva hacia el triángulo invertido y que se concibe para colocarse sobre el corpiño de los trajes femeninos y que sufre una evolución. A principio de siglo, presenta un vértice muy agudo, llegando hasta por debajo de la cintura, bruscamente se acorta y ensancha para volver progresivamente a la forma inicial a mediados de siglo; alcanza sus mayores dimensiones en los años 60. Es una joya importante realizada en oro o plata, con abundante pedrería. El diseño en generalmente es de temas florales calado en la masa del metal. El tamaño y aspecto que presenta viene definido por el número de cuerpos que pueden colocarse en disminución, a veces proveniente de otras joyas, pero siempre sujetos por un sistema de pasadores abiertos.
Según la moda, además del peto era necesario un par de manillas con sus cierres, pendientes y sortijas, y a veces se añadía un collar o una cruz de pescuezo.
Las perlas del tipo llamado aljófar, que están entre el trabajo de filigrana en oro del marco de la pieza, fueron muy utilizadas en España en la artesanía popular, probablemente del siglo XVII.
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