| Bibliografía |
Islas de los Mares del Sur. Barcelona: Fundacion La Caixa, 2001. p. 130; 77 Pájaro malanggan
Nueva Irlanda, archipiélago Bismarck, Papúa Nueva Guinea.
Madera.
Medidas: 24 x 60.
Siglo XIX.
Nº de inventario 2141.
Museo Nacional de Antropología.
La fiesta del malanggan es una ceremonia que se celebra en honor de uno o varios difuntos, presidida por esculturas pintadas y caladas que se preparan y erigen con este motivo, y que representan a estos difuntos. A través de ella se adquiere prestigio por parte del grupo social que la organiza y además se obtienen beneficios, pures los espíritus estarán satisfechos y por ello proporcionarán buenas cosechas. En esta fiesta hay intercambio de regalos y se estrechan con otros gurpos los lazos sociales, políticos y económicos..
Las religiones de África y Oceanía. Consorcio de Santiago, 2000. p. 206; [Fig. 5] Talla zoomorfa utilizada en las ceremonias Malanggan. Nueva Irlanda. Archipiélago Bismarck. Museo Nacional de Antropología, Madrid.; Facies Deitatis. Los rostros de Dios. Consorcio de Santiago y Arzobispado de Santiago de Compostela. Santiago de Compostela. pp. 200-207.
Los Paraísos Perdidos. Ilusión y Realidad en los Mares del Sur. Madrid: Ministerio de Cultura, 2007. 51; 87
Talla malagan
Madera, piedra
Alto: 24 cm. Largo: 60 cm.
Nueva Irlanda. Melanesia. Siglo XIX
Museo Nacional de Antropología
(nº Inv. 2141)
A lo largo de todo el Pacífico, pero de forma desigual de un archipiélago a otro e incluso de una isla a otra, se ha desarrollado el arte en la talla de madera, destacando Nueva Irlanda, en la Melanesia, por sus máscaras de difuntos también llamadas Tatanua. Estas máscaras, junto con esculturas y postes anclados en el suelo, constituían el centro de las ceremonias malagan, donde se combinaba el culto a los muertos con ritos de iniciación y fertilidad. El difunto, representado en la máscara, seguía así formando parte del grupo y daba paso a los nuevos miembros regenerando la sociedad. Quedaban, así pues, ligadas a los momentos claves del ciclo vital de los individuos y a los ritos agrícolas encaminados al favor de los espíritus para la obtención de buenas cosechas y por ende, asegurándose la supervivencia del grupo. Cumplían además otro papel muy determinante en las culturas oceánicas como era el establecimiento de lazos de reciprocidad e intercambios de regalos tanto a nivel familiar, como económico o político, lo que confería prestigio a la organización de la ceremonia. Cada acontecimiento malagan tardaba en prepararse varios meses, manteniéndose en secreto parte de sus componentes, como es el caso de las máscaras que nos ocupan y que, en tiempos tradicionales, se quemaban tras la finalización de la ceremonia.
M.G.E.
SANTOS MORO, Francisco José de. El Mundo de las creencias. SIERRA DELAGE, Marta(A); ROMERO DE TEJADA Y PICATOSTE, Pilar(A). Teruel: Museo de Teruel (Diputación Provincial de Teruel), 1999. p. 110; El culto a los antepasados está presente en todos los aspectos de la vida cotidiana por medio de oraciones y ofrendas. La fiesta del Malanggan es una ceremonia que se celebra en honor de uno o varios difuntos, presidida por esculturas pintadas y caladas, que se preparan y erigen con este motivo, y representan a estos difuntos, A través de ella se adquiere prestigio por parte del grupo social que la organiza, ya que el no realizarla lleva consigo una pérdida de éste prestigio ante los demás grupos, Además, obtienen beneficios, pues los espíritus estarán satisfechos y proporcionarán buenas cosechas por ello. En esta fiesta hay intercambio de regalos y se estrechan con otros grupos los lazos sociales, políticos y económicos..
VV.AA.. Heriotza. Ante la Muerte. Donostia: San Telmo Museoa, 2019. p. 168.
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