Descripción |
En formato oval aparece, en primer término, una mujer desnuda, recostada sobre un diván cubierto de telas y encuadrada en cortinajes rojos. De espaldas, sujeta con la mano derecha una cortina, mientras dirige la mirada hacia el espectador con gesto de serenidad. Lleva el pelo rizado aderezado por una diadema.
Técnicamente esta obra, que no está firmada, está resuelta con gran maestría. Es destacable el trabajo de las carnaciones con la técnica del punteado y el uso de distintos tonos, entre ellos los azules para las sombras que, aplicados aprovechando la cualidad del marfil, aportan mucho realismo. Para el resto de la composición, se ha utilizado una factura más densa y empastada, con pinceladas largas para detallar los pliegues de las telas.
A nivel compositivo resulta una escena muy equilibrada, con claras reminiscencias a célebres pinturas, entre las que destaca la "Venus del Espejo" de Diego de Velázquez. Sin embargo, aquí la fémina mira directamente al espectador, dando como resultado una obra de gran modernidad.
El desnudo no fue muy abundante en la pintura en miniatura. Ya durante el siglo XVIII este género se había desprendido de todo encorsetamiento en la pintura cortesana, especialmente en Francia, donde destacaron artistas como Watteau o Boucher. Sin embargo, este fenómeno no tuvo un claro reflejo en la obra de pequeño formato, por lo que esta obra reviste de gran singularidad, aunque también hay constancia de la existencia de miniaturas de temática o intención erótica.
|