Descripción |
Retrato de don Juan Álvarez Mendizábal de cuerpo entero, de pie, portando un documento en su mano derecha mientras reposa la izquierda sobre el pecho, bajo el chaleco. El ceño fruncido le hace parecer serio o preocupado. Luce amplias patillas y cabellos rizados, y viste camisa de listas, corbata de lazo, chaleco abotonado, levita abierta, pantalón largo y zapatos con lazo.
Durante el siglo XIX la mayor parte de los retratos escultóricos, que buscaban la exactitud formal y el detalle, a pesar de una cierta idealización del modelo, representaban a personajes de la aristocracia o la burguesía que afanaban su permanencia en el tiempo por ese medio. En este caso, se trata del retrato del famoso político Juan Álvarez Mendizábal. En particular, esta obra es una fundición del primer boceto que el artista presentó en enero de 1855 al concurso convocado el 23 de noviembre de 1854 para erigir un monumento al ministro Mendizábal, ídolo de los liberales y engendro diabólico para los católicos, como autor de la malhadada ley de desamortización eclesiástica (GÓMEZ-MORENO, M. E.:1993, 69). El boceto original dio lugar a la obra definitiva, fundida en bronce por los hornos Eck y Duvand, de París, e inaugurada en la plaza del Progreso de Madrid (actual Tirso de Molina) en 1869, siendo fundida tras la guerra civil española. De la escultura del Museo del Romanticismo se hizo una réplica en la Fundación Capa de Madrid en enero de 1986, con destino al Congreso de los Diputados.
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