Descripción |
Hasta mediados del siglo XII d.C., las prestigiosas emisiones musulmanas habían garantizado la circulación del oro en los distintos reinos peninsulares cristianos. Sólo en determinadas épocas de conflicto, este flujo de moneda islámica se interrumpía, obligando a los monarcas cristianos a acuñar piezas áureas. Éste fue el caso de los maravedís castellanos, leoneses y portugueses de los siglos XII-XIII d.C., con los que se inicia la acuñación sistemática del oro en los territorios cristianos.
Los primeros maravedís leoneses fueron diseñados con tipos cristianos ya durante el reinado de Fernando II de León (1157-1188). Alfonso IX, su sucesor, adoptaría una tipología semejante, como podemos observar en este magnífico ejemplar.
Así, en el anverso, encontramos el nombre (Alfonsus), la titulatura (Rex) y el busto esquematizado del soberano, imagen representativa, que no retrato, del poder real y de sus prerrogativas jurídicas sobre la emisión monetaria. Esta imagen se ve reforzada con la alusión al origen divino de su autoridad y con la introducción de distintivos tales como la espada y el, posible, cetro que aparece a la izquierda del campo. En el reverso, se muestra el emblema heráldico del reino, un león, bajo el que, en esta ocasión, se sitúa el símbolo parlante de la ceca: el puente romano, sobre el río Tormes, de Salamanca, ciudad cuyo cabildo había obtenido el privilegio de acuñar oro. Completando esta cara de la moneda, una leyenda de tipo religioso (En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo).
La relevancia histórica de esta emisión se recoge en las Cortes de Benavente de 1202, donde el propio rey Alfonso IX decreta la dación de un maravedí por año y persona no exenta como impuesto de moneda forera. Dado que la circulación de estas piezas quedaba restringida a las grandes transacciones comerciales y a los regalos diplomáticos, para el pago de este tributo se fijó una equivalencia de 90 dineros leoneses por cada maravedí.
A la muerte de Alfonso IX, el maravedí de oro dejó de acuñarse, aunque la denominación reapareció como moneda de cuenta y en ejemplares de plata de Alfonso X el Sabio (1252-1284), también de vida efímera. Posteriormente, el maravedí daría nombre a distintas piezas de vellón y cobre, en uso hasta el reinado de Isabel II.
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Historia del Objeto |
Perteneció a la colección de Domingo Sastre Salas Exposición: Alfonso IX y su época; 2008, Exposición: Falsos; Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2000, Exposición: Dinero y moneda en un concejo medieval: en el umbral del euro (1202-2002); Benavente (Benavente y Los Valles (comarca), Zamora): 2001,
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