Descripción |
Escultura sedente de Tiberio, hallada en Paestum (Italia) junto a la de su madre Livia (nº 2737). La figura, de rostro juvenil y sentada en un trono, presenta el torso desnudo, cubierto solo en parte por el paludamentum, que se fija al hombro derecho con fíbula. Cubre el hombro y cae por la espalda ocultándola entera para aparecer luego por delante y cubrir las piernas. La cabeza es correcta de formas y bien acabada, pero fría de expresión. Falta prácticamente todo el trono pues la estatua vino mutilada de caderas para abajo, sin mano izquierda ni brazo derecho.
Tiberio, nació del primer matrimonio de Livia, fue adoptado por Augusto y le sucedió como emperador. Se divorció de Vipsania, hija de Agripa, para casarse con Julia, nacida del primer matrimonio de Augusto. Durante su juventud desarrolló una brillante carrera militar en campañas en Germania, Panonia y en el Ilírico. Suetonio nos transmite una imagen positiva de Tiberio en su primera etapa de gobierno. Le describe como a un gobernante "sereno y paciente con las críticas, con los rumores y versos difamatorios sobre él y los suyos" y resalta que "a menudo repetía que, en una ciudad libre, la palabra y el pensamiento debían ser libres" (Tiberio, 28, 1). Pero esta visión del príncipe cambia radicalmente tras su marcha de Roma. Afirma el historiador que "una vez en Capri, se desentendió de los asuntos públicos... Por lo demás, con la libertad que le ofrecía el aislamiento y lejos de los ojos de la ciudad dejó por fin salir al exterior todos los vicios que durante tanto tiempo apenas había logrado disimular" (Tiberio, 41, 1; 42, 1). Probablemente ambas facetas de Tiberio sean matizables y propias del gusto por la polarización de la historiografía clásica, pero en cualquier caso es cierto que el alejamiento de Tiberio de la capital, que quedó en manos de Sejano, prefecto del pretorio, desató una dura campaña represiva contra las voces críticas del orden senatorial.
A pesar de la contenida idealización del rostro, este retrato presenta los rasgos característicos de la familia Claudia que se estructuran en un rostro triangular, con grandes ojos y una boca pequeña. Por la estructura del peinado, el Tiberio de Paestum se integra claramente en el tipo retratístico denominado de adopción. Hoy se considera que este modelo fue creado en el año 11 a.C., momento en el que toma como esposa a Julia, hija de Augusto. Frente a otros retratos de Tiberio, muy cercanos a los de Augusto, este tipo muestra una contención del lenguaje clásico, lo que se aprecia en la brevedad de los mechones así como en la línea horizontal marcada por el flequillo. Muestra también cierta influencia del tipo imperium maius, surgido en un momento cercano a su ascensión al trono, hecho que sitúa esta imagen en los primeros años del principado de Tiberio.
El torso heroico, en el que el retrato queda integrado, sitúa nuestra obra en el denominado tipo estatuario de Júpiter entronizado, que fue ampliamente utilizado por los emperadores julio-claudios. Sin embargo, no es habitual encontrar en este tipo de esculturas el paludamento, el manto sujeto con un broche sobre el hombro derecho que distinguía al general en campaña. Mediante este atributo, enraizado en la tradición militar romana, el emperador se presenta ante el pueblo como general victorioso. En las últimas décadas de la República el vínculo entre Júpiter Capitolino y el general triunfante se estrechó progresivamente. Augusto marcará un hito en esta evolución, uniendo su propia figura con la de Júpiter y fomentando su plasmación en la escultura. Sin embargo, esta asimilación no implica que el emperador se identifique con el dios. No es el dios a quien tenemos ante nosotros, sino al que toma su lugar entre los hombres. Al igual que Júpiter en la esfera divina, el emperador asume la máxima autoridad política, exaltada mediante la victoria frente al enemigo.
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