Descripción |
En el centro del cuerpo una escena narra la lucha mítica que sostuvieron Heracles y Apolo por el trípode de Delfos. Ambos llevan un arco y un carcaj de flechas como armas. Heracles viste la piel del león a quien dió muerte en Nemea, la cual le sirve a la vez de coraza y casco. Su rostro, adulto y barbado, contrasta con el más juvenil del dios Apolo, caracterizado por los largos rizos que caen sobre su espalda, así como por la rama sagrada de alurel que corona su cabeza.
Una banda en el hombro del vaso describe en miniatura la despedida de un guerrero, quien vestido con sus armas de hoplita se acerca a u su caballo, sostenido por las riendas por un joven. Un anciano sentado en un taburete, una mujer y dos varones adultos enmarcan la escena.
y un pequeño friso o predella recoge, bajo la escena principal, el viejo motivo animalístico con una lucha entre jabalíes y leones.
El mundo arcaico asiste a los últimos esplendores de la aristocracia griega, y de la ideología que sustentó su predominio, basada en la exaltación de los valores competitivos. Esta moral aristocrática tiene como referente a los héroes, cuyas hazañas canta la epopeya. El héroe modélico es Heracles, héroe civilizador que impone el orden sobre el caos, librando al mundo de monstruos terribles. En un momento de locura, llega a enfrentarse con el dios Apolo por la posesión del trípode de Delfos y de su poder oracular.
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