Clasificación Razonada |
La actual imagen de Diana cazadora responde a un montaje del siglo XIX con el que se integraron las partes que faltaban del torso de una pequeña escultura de época romana, siendo el busto y las extremidades superiores de proporciones mayores que el original.
La profundidad de los pliegues del chitón e himatión ha sido realizada mediante trépano móvil, posteriormente pulido para borrar las marcas del mismo; mientras que las partes esculpidas en el siglo XIX han sido trabajadas mediante golpes de cincel cuyas huellas han sido difuminadas mediante el empleo de la escofina.
Los brazos muestran una disposición no acorde con la posición original según la parte de los hombros visible, forzando la postura al abrirlos y flexionarlos para sostener una jabalina. El brazo izquierdo original no estaría tan despegado respecto del cuerpo, dado que esta zona del tronco carece de volumen; y tendría una posición de caída vertical, flexionado en ángulo recto para sostener un arco. Igualmente, el hombro correspondiente al brazo derecho marca una tendencia elevada, posiblemente para alcanzar, con la mano, las flechas guardadas en el carcaj que Diana llevaría a su espalda, completamente eliminado, siendo visibles las marcas correspondientes del trinchante o punzón, así como del alisamiento de toda la zona correspondiente de la espalda. Al frente, la existencia de un carcaj en origen sólo es reconocible por la correa del mismo, que se muestra casi desapercibida entre los pliegues del chitón.
La parte inferior también corresponde al montaje del siglo XIX, concretamente a partir de una línea marcada en la parte inferior del chitón, que ha sido recortado, como las restantes uniones, buscando una unión limpia en la integración de las dos nuevas extremidades. La izquierda permanece unida a un tronco lateral de apoyo, iniciado en la escultura original; y la derecha levantada y flexionada hacia atrás, quedando oculta la unión de ambas mediante una pieza que reproduce los pliegues del chitón.
Originalmente sólo se puede conocer que las piernas se disponían separadas entre sí, por la apreciación de los muslos a través de la indumentaria, y la dirección de los pliegues del chitón. Una de estas piernas, la izquierda, permanecería adelantada respecto de la derecha, pero no se puede asegurar que esta última estuviera elevada del nivel de suelo, de no ser que la pieza correspondiente a los dedos del pie derecho, de época romana, perteneciera a esta misma escultura, aunque difícilmente por la tipología de ésta. Las sandalias en las imágenes representativas de Diana no son muy frecuentes. Las copias del modelo de Leptis Magna (Rolley, Cl., 1999: La sculpture grecque 2. La période classique, p. 293) muestran siempre, como calzado, unas botas cerradas denominadas endromides que ocultan los dedos de los pies; no obstante, el "tipo Versalles" presenta sandalias como aporte del copista del siglo I-II d.C., que también podemos ver en la Diana hallada en Madrigalejo (Museo de Cáceres) mostrando una Diana cazadora con botas y dedos al aire (Creus Luque, Mª L., 2002: "Diferentes materiales escultóricos romanos en el territorio de Augusta Emerita", Materiales y técnicas escultóricas en Augusta Emerita y otras ciudades de Hispania, Cuadernos Emeritenses 20, M.N.A.R., Mérida, pp. 249-267).
La fijación de extremidades, busto y dedos del pie derecho, así como pliegues frontal y lateral del chitón, se realiza mediante varillas metálicas de sección cuadrangular visibles mediante técnica radiográfica, rematándose las uniones al exterior con argamasa.
La presente escultura se vincula al "tipo Versalles" al representar una Diana cazadora en movimiento, copia de época de Adriano de un modelo del escultor Leocares del siglo IV a.C. Esta actitud de movimiento se intuye a través de los pliegues del chitón, recordando a algunas Diana cazadora, como la del Louvre (Haskello, F. y Penny, N., 1990: El gusto y el arte de la Antigüedad. El atractivo de la escultura clásica (1500-1900), Madrid, pp. 213-215, nº 28), o más parecida en tamaño el torso de la Hispanic Society of America de Nueva York (Lenaghan, P. (ed.), 2000: The Hispanic Society of America. Tesoros, New York, pp. 118-119) procedente de Itálica según A. García y Bellido (García y Bellido, A., 1949: Esculturas romanas de España y Portugal, p. 148, nº 157).
Está concebida para ser vista de frente ya que, aunque no llegan a perderse los detalles en la labra de la espalda, éstos aparecen peor ejecutados.
Aunque las dimensiones del cuerpo original de la escultura sean reducidas, posiblemente estuviera más vinculada a un espacio público que privado, ofrecida por un dedicante particular al constatarse, en las excavaciones de Clunia, un ara votiva con inscripción dedicada a Diana (Palol, P. de y Vilella, J., 1987: Clunia II. La epigrafía de Clunia, E.A.E., p. 23, nº 4).
Se conocen algunos relieves en donde se venera una imagen de pequeñas dimensiones de Diana. En la "caja de sarcófago con escenas de caza de león" (inv. 9590) del Museu d´Arqueologia de Catalunya -de mármol blanco, fechado en torno al 230 d.C.-, en su lateral izquierdo aparece un hombre que, antes de dirigirse a cazar, levanta su mano derecha en actitud de venerar la imagen de Diana -con carcaj, arco y flechas- colocada sobre una columna o pedestal (Claveria Nadal, M., 2001: Los sarcófagos romanos de Cataluña, vol. I, fasc. 1, p. 6). Igual representación aparece en otros sarcófagos de cacerías mitológicas procedentes de talleres de la ciudad de Roma, como el sarcófago de Hipólito del Museo Gregoriano Profano del Vaticano o el de la Galleria degli Uffizi de Florencia. La Diana de Cerralbo cumpliría una función similar en Clunia, dado que las esculturas de esta divinidad no fueron frecuentes entre la decoración doméstica (Oria Segura, M., 1999: "Diana en Itálica: una hipótesis", Faventia 21/2, pp. 85-93).
J. Cabré es el único que atribuye, por escrito, una procedencia cluniense a la escultura. La veracidad de esta información es difícil de comprobar, como de negar. Desde mediados del siglo XVII se conoce la existencia de restos arqueológicos en Peñalba de Castro (Antolinez, L.: Antigüedades de Cruña, Col. Salazar de la R.A.H., legajo manuscrito inédito); y referencias posteriores hablan de hallazgos y tesorillos que se vendían en el extranjero, concretamente en París, en la última década del siglo XIX (García Wattenberg, E. y Arribas Rodríguez, J., 2000: De la galería arqueológica al Museo de Valladolid (1875-2000); discurso de la academia electa Ilma. Sr. Dña. Eloisa García Wattenberg, con motivo de su recepción pública, que tuvo lugar en el Salón de Actos de la Real Corporación, el día 14 de abril de 2000, y contestación en nombre de la Corporación por el académico número Ilmo. Sr. D. Javier Arribas Rodríguez, Valladolid, p. 20).
En la bibliografía existente de los tres últimos siglos que alude a Clunia, no aparece mención expresa de la aparición de esta escultura. Sólo Rodrigo Amador de los Ríos (Amador de los Ríos, R., 1888: "Burgos", en España: sus monumentos y sus artes, su naturaleza e historia, Barcelona, p. 958) interpreta como una "Diana cazadora" a la escultura de Isis hallada en 1852 que ingresa en el Museo de Burgos por orden judicial para evitar su venta fuera de España.
Tanto este Museo como el de Valladolid, muestran una colección de esculturas procedente de Clunia, concretamente de los muros exteriores del palacio de los condes de Miranda y de la fachada de la iglesia de Peñaranda de Duero, entre otros bustos y togados que ha ido apareciendo desde las primeras excavaciones de Ignacio Calvo en 1915.
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Bibliografía |
CABRÉ AGUILÓ, Juan. Museo Cerralbo o Museo del Excmo. Sr. Marqués de Cerralbo, D. Enrique de Aguilera y Gamboa. Madrid: 1928. p. 16; Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. GRANADOS ORTEGA, María Ángeles. Guía abreviada. Museo Cerralbo. Planta principal. Madrid: Ministerio de Cultura, 2006. p. 67. GRANADOS ORTEGA, María Ángeles. Museo Cerralbo. Madrid. Guía breve. Madrid: Secretaría General Técnica. Subdirección General de Documentación y Publicaciones., 2012. p. 64 / il. p. 65. NAVASCUÉS BENLLOCH, Pilar de; CONDE DE BEROLDINGEN GEYR, Cristina. Museo Cerralbo. Guías Artísticas Electa. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2000. p. 51. NAVASCUÉS BENLLOCH, Pilar de; JIMÉNEZ SANZ, Carmen; CONDE DE BEROLDINGEN GEYR, Cristina. El marqués de Cerralbo. Madrid: Ministerio de Cultura, 1996. p. 40. NAVASCUÉS BENLLOCH, Pilar de; JIMÉNEZ SANZ, Carmen; CONDE DE BEROLDINGEN GEYR, Cristina. El marqués de Cerralbo. Nº ed. 2. Madrid: Ministerio de Cultura, 2007. p. 51. RECIO MARTÍN, Rebeca C.. Deconstruyendo a Diana: una escultura romana en el Museo Cerralbo. XI Coloquio Internacional de Arte Romano Provincial : Roma y las provincias: modelo y difusión, Mérida, 18-21 de mayo 2009, Museo Nacional de Arte Romano. Mérida: 2011, pp. 1081-1085. RECIO MARTÍN, Rebeca C.. Diana cazadora. Del Ebro a Iberia. Museo Ibercaja Camón Aznar, Espoz y Mina, Zaragoza, 30 de mayo al 28 de septiembre de 2008. Zaragoza: IberCaja, Obra Social y Cultural, 2008. il. p. 43. RECIO MARTÍN, Rebeca C.. La colección arqueológica del marqués de Cerralbo: datos sobre su procedencia. Museos y antigüedades. El coleccionismo europeo a finales del siglo XIX. Actas del Encuentro Internacional. Museo Cerralbo, 26 de septiembre de 2013. Madrid: Secretaría General Técnica. Subdirección General de Documentación y Publicaciones., 2015, pp. 74-100. pp. 97-98. Disponible en: <https://sede.educacion.gob.es/publiventa/museos-y-antigedades-el-coleccionismo-europeo-a-finales-del-siglo-xix/museos/20164C> SANZ-PASTOR Y FERNÁNDEZ DE PIÉROLA, Consuelo. Museo Cerralbo. Guías de los museos de España. Madrid: Subdirección General de Museos. Patronato Nacional de Museos, 1981. p. 107 / il. p. 108. SANZ-PASTOR Y FERNÁNDEZ DE PIÉROLA, Consuelo. Museo Cerralbo. Madrid: Dirección General de Bellas Artes, 1979. pp. 107-108. UN AMIGO DEL ARTE, (pseudónimo). El nuevo Museo Cerralbo. Arte Español. Revista de la Sociedad Española de Amigos del Arte. Madrid: 1949, pp. 127-160. p. 155 / fig. 6. VAQUERO ARGÜELLES, Lurdes; et álii. Museo Cerralbo. Guía. Madrid: Secretaría General Técnica. Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte., 2010. p. 173.
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