Foto: Museo Nacional de Escultura

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Inventario CE1121
Clasificación Genérica Escultura
Objeto/Documento Escultura de bulto redondo
Autor/a Barral, Emiliano (Lugar de nacimiento: Sepúlveda (m), 1896 - Lugar de defunción: Comunidad de Madrid, 1936)
Título Monumento a Leopoldo Cano y Masas: La Frontera
Materia/Soporte Piedra
Técnica Esculpido
Dimensiones Altura = 94 cm; Anchura = 86 cm; Profundidad = 60 cm
Datación 1935
Contexto Cultural/Estilo Edad Contemporánea
Lugar de Procedencia Convento de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas Calzados), Valladolid (m)(Valladolid Centro, Valladolid (p))
Lugar Específico/Yacimiento Convento de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas Calzados)
Clasificación Razonada El 9 de abril de 1934 moría Leopoldo Cano y Masas, militar, dramaturgo y académico vallisoletano de gran fama en América y en España en esos momentos. Unos días más tarde, la Comisión de Gobierno de la ciudad propone un concurso nacional para erigir un monumento en honor al literato. En las bases de dicho concurso se establecía que debía hacerse en piedra, pues se colocaría en los jardines de la Plaza de la Libertad, y que debía interpretar plásticamente su famoso poema "La Frontera".
Con tan sólo tres propuestas, la firmada por Emiliano Barral (1896-1936) resultó la elegida por el comité de expertos, entre los que se encontraba el arquitecto Constantino Candeira así como el historiador Juan Agapito y Revilla. Su proyecto consistía en un basamento rectangular donde se colocaría la dedicatoria al poeta y, sobre dicho pedestal, la representación del amor fraternal y universal del que habla el poema, es decir, una matrona que cobija bajo su manto a tres niños desnudos. Como dijo el propio Barral "hijos distintos, pero unidos bajo el manto de la misma madre".
Inaugurado el día que se cumplía el primer aniversario del fallecimiento del poeta, contó con los elogios de la prensa local, pero pronto cayó en desgracia, siendo motivo de burlas y escarnios por parte de los ciudadanos. Algunos estudiosos apuntan más al convulso momento político, que a los gustos estéticos de los vallisoletanos como motivo principal de la desvalorización del monumento. Parte de la población lo interpretó como la personificación de La República, en gran parte debido a las ideas políticas de tendencia progresista del artista, pero también hubo voces que apuntaban hacia una ínfima calidad, impropia de la genialidad del artista.
Fuera lo que fuese, lo cierto es que la Comisión de Gobierno planteó al escultor hacer unas pequeñas modificaciones para emplazar el conjunto en algún lugar más discreto, haciéndose eco del sentir popular, tal y como queda patente en la prensa local, publicado en mayo y julio de 1935: "lo más acertado sería quitar de ese lugar el armatoste y, en el mejor de los casos, llevarlo a Campo Grande, donde puede aliviar su pesadez con hiedra y boscaje". Barral se negó, por lo que finalmente se optó por guardar el monumento en los almacenes municipales, sólo unos meses después de su inauguración.
Al año siguiente, en 1936, la Comisión de Gobierno retomó el tema y se decidió colocar el monumento frente al Hospicio Provincial, la actual plaza de la Trinidad, pero únicamente después de que el artista accediera a acometer unas pequeñas modificaciones en la obra. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil provocó su derribo y destrucción.
Eso es lo que se creía, hasta que a principios de los años 80, el profesor Martín González localizó una parte del monumento, en concreto el torso de la matrona, en la parte anterior de la fachada del Santuario de Nuestra Señora del Carmen Extramuros. De lo que sucediera en esos casi 50 años con la obra o lo que haya sido de las partes que no se conservan (basamento, los tres niños y cuerpo de la matrona) nada sabemos.
El sábado 28 de julio de 1984 el torso quedó instalado provisionalmente en el patio de acceso a la Capilla del Museo Nacional de Escultura. En la actualidad se puede contemplar en el Jardín del Colegio de San Gregorio.
Disponemos de muy pocas fotografías para saber cómo era el monumento conmemorativo. Podemos ver dos imágenes en el libro publicado por Jesús Urrea "Pintura y escultura en Valladolid en el siglo XX (1900-1926)". En ellas vemos, por un lado, una gran figura femenina, hierática, mirando al frente, con la pierna derecha adelantada y el brazo diestro levantado, al tiempo que sujeta el manto que le cae al lado del cuerpo. La otra imagen nos muestra a los tres niños desnudos a la izquierda de la mujer, con ambos brazos levantados agarrando la ropa de la madre, al mismo tiempo que hacen ademán de ir caminando.
En el conjunto se aprecia la solidez, la fuerza y el realismo que caracteriza toda su obra. Solidez en cuanto a que el artista es fiel a la materia en la que concibe la escultura: la piedra. Fuerza en cuanto al alma de la escultura, toda ella desprende esa rotundidez que caracteriza la escultura castellana de la primera mitad del siglo XX y, realismo en cuanto que nos descubre las formas femeninas captadas en un sólo instante del caminar de la mujer. En resumen, se trata de un conjunto de volúmenes cerrados y formas plenas, una escultura sobria y contenida que nos habla de una inmensa fuerza interior.
Sin embargo, el torso conservado del conjunto no posee esa fuerza interior, aunque sí una rotundidad clara, dada en parte por las medidas y la materia. Visiblemente influenciada por la Victoria de Samotracia que pudo ver en el Museo del Louvre en sus años adolescentes, podemos apreciar también todas las características propias de sus obras de los años 30: eliminación de los detalles superfluos, escultura de planos levemente insinuados en los que parece que sólo cobra importancia el volumen y una escultura un tanto abstracta y geométrica, todo ello para que cobre importancia la monumentalidad y el estatismo del conjunto, recogiendo así el testigo de los aires nuevos que venían de Europa en aquellos momentos.
Por otra parte, no podemos dejar de mencionar que con la encarnación del amor fraternal y universal en una matrona, a cuya sombra se cobijan los hijos, Barral se siente influido por lo que se ha dado en llamar Realismo Soviético, tendencia artística que recupera el realismo para las formas y el idealismo en los contenidos, y que en nuestra obra se asimila a la transparencia del manto que nos muestra los pechos femeninos en cuanto al realismo, y la simbología de la maternidad en cuanto al contenido.
Utilizando las palabras en las que Barral hablaba de su monumento conmemorativo a don Diego Arias de Miranda (Aranda de Duero, 1930) entendemos de un modo muy claro sus preceptos artísticos y que, podemos asimilar punto por punto al conjunto que dedicó a Leopoldo Cano del que hoy sólo nos resta el torso de la matrona: "...mi convicción es que el monumento deber ser una obra de emoción contenida, en la cual por medio de sugerencias, duerma el recuerdo del hecho que perdura. Conseguido de manera sobria, noble y armoniosa y con la expresión lograda en honrada depuración artística..."
Bibliografía La Frontera. En: MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. Escultura del Siglo XX del Museo Nacional de Escultura. 1987. pp. 8-9.

BRASAS EGIDO, José Carlos; URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Pintura y escultura en Valladolid en el siglo XX (1900-1936). Valladolid (m): 1988. p. 129.

CANO DE GARDOQUI, José Luis. Escultura pública en la ciudad de Valladolid. Valladolid (m): 2000. pp. 75-78.

FERNÁNDEZ DEL HOYO, María Antonia. Desarrollo urbano y proceso histórico del Campo Grande de Valladolid. Valladolid (m): 1981. pp. 483-485.

PÉREZ PÉREZ, Ana María. Entre el arte y la política: La Frontera de Emiliano Barral. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Valladolid (m): 2012, Nº 47pp. 125-138.

PUERTO, José Luis. Emiliano Barral: hacia una contemporaneidad imposible. Biblioteca 22. Estudio e Investigación. Aranda de Duero: 2007, pp. 151-184.

SANTAMARÍA, Juan Manuel. El escultor Emiliano Barral, en el centanario de su nacimiento. Estudios segovianos. Segovia (m): 1997, Nº 95pp. 297-327.

URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Escultura en Valladolid de 1800 a 1936 (discurso de entrada en la R. A. de BB. AA. de la Purísima Concepción. Valladolid: 18 de enero de 1980). MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José(contt). Valladolid (m): 1980. p. 24.
Forma de Ingreso Donación
Fecha de Ingreso 28/07/1984
Catalogación Pérez Pérez, Ana María
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